"Los j¨®venes no saben qu¨¦ es un fotograma"
Josep Maria Queralt¨® atesora 15.000 c¨¢maras, proyectores de cine y equipos de sonido
Dice que su pel¨ªcula favorita es Cinema Paradiso, la bella historia de Giuseppe Tornatore que cuenta la vida de un ni?o que ayuda al operador de cine de su pueblo -Giancaldo en Sicilia- y de ah¨ª llega a reputado director de cine. Y no es de extra?ar porque la historia de este coleccionista, Josep Maria Queralt¨®, tiene cierta similitud. Como Tot¨® -el ni?o de Cinema Paradiso-, Queralt¨® ayud¨® en el cinemat¨®grafo de su pueblo, Vallbona de les Monges (Conca de Barber¨¤), donde naci¨®, en 1937. Lo hac¨ªa los s¨¢bados y domingos. Con lo que ganaba se pagaba un curso de operador de cine. A diferencia de la historia de Tornatore, no encamin¨® sus pasos hacia la creaci¨®n cinematogr¨¢fica, sino a la parte t¨¦cnica del cine. Y ahora tiene 15.000 piezas, una tremenda colecci¨®n que atesora en un almac¨¦n del Poblenou barcelon¨¦s.
Entre las piezas ¨²nicas, una filmadora de Lumi¨¨re de las 15 que se hicieron y un proyector Edison de 1897
En este caso, la colecci¨®n ha estado estrechamente unida a su ejercicio profesional. Empez¨® arreglando radios -y los electrodom¨¦sticos que cayeran- hasta que mont¨® la empresa Suministros Kelonik, junto con otros dos socios y tambi¨¦n t¨¦cnicos en electr¨®nica y sonido. Corr¨ªa la d¨¦cada de 1970. "Una ¨¦poca de crisis para el cine por el impacto de la televisi¨®n. ?Vaya ojo empresarial!", ironiza al recordar. Se dedicaban a la fabricaci¨®n de equipamientos cinematogr¨¢ficos y su trabajo les llevaba a salas de cine y estudios de grabaci¨®n. Se especializaron en automatizar las cabinas y las minisalas por todo el territorio espa?ol. "Y cuando ¨ªbamos a las salas encontr¨¢bamos unas piezas que no se pod¨ªan abandonar y dejar que acabaran de cualquier manera", cuenta Queralt¨® desde su almac¨¦n barcelon¨¦s. ?sa fue una de las fuentes de su colecci¨®n.
No se trata de piezas de museo que se contemplan y ya est¨¢. Porque este coleccionista se ha dedicado a restaurar muchas de ellas: "me encanta la mec¨¢nica". De hecho, en la entrada del local lo que destaca es la mesa de trabajo con tornos y taladros. Al principio, almacenaba las piezas en una casa, fuera de Barcelona.
Otra fuente de su colecci¨®n han sido, precisamente, otros coleccionistas. "Bueno, m¨¢s bien sus hijos al fallecer los padres. El boca a boca funciona y me ofrec¨ªan las piezas", cuenta. La casa se qued¨® peque?a y hace 10 a?os acab¨® alquilando un local a un paso de la Rambla del Poblenou.
La vista no se aburre ni un segundo en ese almac¨¦n. En un s¨®tano hay unos proyectores de un tama?o considerable. "Ten¨ªan que ser pesados para evitar el movimiento y que se perdiera el foco", explica. Uno de ellos es de fabricaci¨®n rusa, pero Queralt¨® lo rescat¨® de unas salas de Cuba: "All¨ª fue a parar porque los cubanos compraban todo a los rusos. Luego, nosotros lo rescatamos al instalarles equipos modernos". Tambi¨¦n atesora filmadoras de las primeras d¨¦cadas del siglo pasado y un proyector de la d¨¦cada de 1930 que funcionaba a mano con una rueda: "entonces las escuelas de cine ense?aban a cantar para rodar porque era la forma de mantener el comp¨¢s", aclara.
Atesora piezas ¨²nicas. Como una filmadora de Lumi¨¨re de las que s¨®lo se hicieron 15 unidades y un proyector Edison de 1897. Y un curioso y pesad¨ªsimo fusil de fotograf¨ªas Mark III "Camera Gun". Las im¨¢genes se tomaban accionando el gatillo. C¨¢maras del cine mudo, las fotogr¨¢ficas Speed Graphic que no faltaban en las pel¨ªculas de g¨¢nsters cuando los periodistas gr¨¢ficos llegaban al lugar del tiroteo -aqu¨¦llas del fogonazo del flash- y tambi¨¦n equipos de sonido. Como un tocadiscos Lumi¨¨re cuyo volumen funcionaba si la tapa estaba alzada o no. Tampoco falta el precine: sombras francesas, una selecci¨®n de sombras europeas, zotrop, praxinoscope, linternas m¨¢gicas. Y una m¨¢quina que funcionaba con monedas. Mientras habla pone en marcha una caja de m¨²sica de la que salen los acordes de Oh Sole Mio.
Parte de la colecci¨®n de Queralt¨® ha sido exhibida en los ¨²ltimos a?os, como el pasado invierno en La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematogr¨¢ficas, y ahora prepara otra. Hace algo m¨¢s de un a?o firm¨® un convenio de intenciones con la Universidad Pompeu Fabra para que parte de su colecci¨®n vaya a las instalaciones de la facultad de Imagen que se trasladar¨¢ casi frente a su almac¨¦n, en Ca l'Arany¨®. "La palabra fotograma no la entienden los j¨®venes, s¨®lo piensan en digital, y lo pueden aprender viendo y utilizando estos ingenios que guardo".
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