El rodillo ha vuelto
"Nadal es todo clase", resalta Hewitt tras ser vapuleado por el espa?ol
Lleyton Hewitt acab¨® aullando a la luna como los lobos, se intercambi¨® palabras de guerra con Chris Guccione y, con tanto insulto y tanta muerte, termin¨® por cavar su propia tumba. Bien entrada la medianoche del lunes, con los focos repletos de insectos, el doble australiano, Hewitt y Guccione, levant¨® cuatro puntos de partido entre los bramidos del p¨²blico. "Aussie, aussie, aussie!", se o¨ªa a los australianos, insensibles a que sus tenistas se acostaran a las tres de la ma?ana. "Oi, oi, oi!", se contestaban. Las palabras de batalla volvieron a escucharse ayer, un d¨ªa despu¨¦s, con Hewitt encendido y la pista disparada. Todo para nada. El rodillo anda suelto de nuevo. Rafael Nadal ha vuelto y es imposible reducir su juego a una sola arma (6-1 y 6-2). "Es duro decir una sola cosa. Nadal es todo clase", reconoce Hewitt, la cara roja y contra¨ªda por el esfuerzo, la gorra calada sobre el pelo empapado y el zurr¨®n vac¨ªo de cualquier cosa con la que llenar el orgullo: gan¨® tres juegos. "Su bola lleva un peso extremo desde los dos lados. Sobre todo, desde su derecha tiene un peso mucho mayor que la de cualquier otro jugador. Es muy competitivo. Se mueve incre¨ªblemente bien. Est¨¢ jugando mucho mejor sobre pista r¨¢pida de lo que sol¨ªa: contra m¨ª, no cometi¨® un solo fallo", resume el jugador.
Por el lado del cuadro de Nadal se han desinflado todos los monstruos. Perdi¨® Andy Murray, el brit¨¢nico malencarado. Perdi¨® Wawrinka, el suizo de los golpes planos. Y perdi¨® Stepanek, saltito va, lengua viene, de tenis amartillado.
"El cuadro era dif¨ªcil", admiti¨® Nadal, que hoy (10.00) juega contra el ruso Andreev. "Jugar con Starace en una primera ronda es complicado, pero, si le ganas, te da ritmo. Lo he notado ante Hewitt. He vuelto a jugar a un gran nivel. Estoy muy feliz con mi juego, aunque sigo diciendo que llevo muchos partidos encima. ?ste es el a?o que menos d¨ªas he pasado en casa. Llevo mucho tiempo sin poder preparar el f¨ªsico", dijo con la cinta de su acreditaci¨®n llena de pines con banderas de pa¨ªses.
"Ha hecho un partidazo", dice Emilio S¨¢nchez Vicario, seleccionador espa?ol. "Pegarle 6-1 y 6-2 a Hewitt aqu¨ª es muy dif¨ªcil. Debe de haber salido del partido con muy buenas sensaciones. Cada d¨ªa va a ir a m¨¢s y va a seguir creciendo", cierra bajo su roja gorra de Espa?a. "Del partido de Starace al de Hewitt ha habido un salto cualitativo muy grande", coincide Francis Roig, el t¨¦cnico que acompa?a a Nadal en Pek¨ªn.
Siguieron sonando los tambores, sigui¨® retumbando el picante de los Red Hot Chili Peppers por los altavoces y Nadal cerr¨® cualquier debate. Ya no tiene quien le mire por encima del hombro. Hewitt dej¨® ayer de ser el ¨²nico campe¨®n de torneos grandes en activo con un r¨¦cord de victorias favorable sobre el mallorqu¨ªn. Nadal, que es el ¨²nico espa?ol que sigue jugando en Pek¨ªn -Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez perdi¨® 7-6 (3) y 6-1 con Safina; Llagostera, 6-7 (7), 6-1 y 6-4 con Zheng, y Anabel Medina, 6-2, 4-6 y 6-4 con Bammer-, domina a todos los tenistas de su generaci¨®n. De los 30 mejores del mundo, s¨®lo James Blake y David Nalbandian, dos guadianas, pueden presumir de haberle ganado m¨¢s veces que las que han perdido ante ¨¦l. Hewitt, que lleva los gritos del p¨²blico palpitando en las venas, tiene hoy una oportunidad para la venganza. Nadal y Tommy Robredo contra Guccione y ¨¦l.
![Rafael Nadal, en una devoluci¨®n frente a Lleyton Hewitt.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HOJM6L233AYRCFHWMHEJBCUMKI.jpg?auth=4e75736b7dbb6232d553026c4424b7e7c7bd640e572f25e037f96afe3ea0d1fc&width=414)
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