Controvertidas cenicientas
90 deportistas de pa¨ªses sin medios son invitados por el COI
Hay cosas que es mejor no dar por sentadas. Jugar al tenis en estadios con miles de espectadores, por ejemplo. "Cuando lleg¨® el momento del sorteo, el juez de silla lanz¨® la moneda al aire", relata con su queda voz el salvadore?o Rafael Ar¨¦valo, n¨²mero 447 del mundo. "Mir¨¦ hacia arriba, y donde siempre veo el cielo, s¨®lo vi gente. Nunca hab¨ªa jugado en un estadio as¨ª".
Ar¨¦valo empez¨® a jugar en Sonsonate, El Salvador, donde las dos pistas del club de playa que frecuentaba no ten¨ªan ni las distancias reglamentarias. Una beca le llev¨® hace tres a?os a Barcelona. Y una invitaci¨®n, la de la Federaci¨®n Internacional, hasta su partido contra Roger Federer: ayer, en segunda ronda del torneo ol¨ªmpico, Ar¨¦valo pudo pedirle al suizo una camiseta "para que se animen los chavales salvadore?os". Perdi¨® (6-2 y 6-4), pero ¨¦l y otros 89 deportistas han cumplido el sue?o ol¨ªmpico gracias al programa de invitaciones del COI, que favorece a pa¨ªses peque?os, sin medios y subrepresentados en los Juegos.
No se sabe cu¨¢nto durar¨¢ el invento. Jacques Rogge, presidente del COI, expres¨® su desaprobaci¨®n ya hace cinco a?os. Rogge vivi¨® con disgusto uno de los grandes momentos de Sidney 2000: el guineano Moussambani estuvo a punto de ahogarse entre los gritos de ¨¢nimo del p¨²blico cuando tard¨® 1m 52,72s en nadar los 100 metros. El mandatario tach¨® aquello de bochornoso. En Pek¨ªn, donde Michael Phelps vuela y mata en el Cubo de agua, no se ha repetido. Oportunidades, sin embargo, s¨ª que ha habido.
"S¨®lo tenemos piscinas exteriores, sin calefacci¨®n y de 25 metros de largo", explic¨® Yona Walesi, del equipo de Malawi. "Venir aqu¨ª fue un reto para nuestros nadadores. Experimentaron calambres y dolores de cabeza, adem¨¢s de sentir mucha presi¨®n. Sentimos como si nos hubi¨¦ramos colado en los Juegos. Nos decimos continuamente: 'Estamos aqu¨ª, estamos aqu¨ª", a?adi¨®. No fueron las ¨²nicas naciones que descubrieron los ba?adores ultrarr¨¢pidos de Speedo y Arena, los servicios de los masajistas, o la gran ventaja de las piscinas climatizadas. Burkina Faso, Zambia, Azerbay¨¢n o Ruanda, todos ellos pa¨ªses con instalaciones m¨¢s que precarias -la palestina Hamza Abdu, por ejemplo, s¨®lo puede entrenarse en media pileta-, tambi¨¦n recibieron invitaciones.
La egipcia Sherine El Zeiny se convirti¨® en la ¨²nica africana en gimnasia art¨ªstica gracias al programa de invitaciones. Eli Mambwe, de Zambia, enorgulleci¨® a su federaci¨®n de b¨¢dminton. Y las primeras rondas de los 100 metros de atletismo estar¨¢n copadas de velocistas desconocidos y con marcas sonrojantes. "Son plazas elegidas por una comisi¨®n tripartita: el COI, el Comit¨¦ Organizador de los Juegos, y la Federaci¨®n internacional de cada deporte", explica un portavoz de la Federaci¨®n Internacional.
Ar¨¦valo lleg¨® hasta Federer tras ganar a uno de los 100 mejores del mundo, el coreano Lee Hyung-Taik, n¨²mero 96. Su victoria, seguida con ojos emocionados por la mitad de los 11 deportistas salvadore?os presentes en los Juegos, fue impulsada por un sue?o. "Si gano este partido', me dije, 'podr¨¦ sentir la bola del n¨²mero uno del mundo". Lo consigui¨®, y se llev¨® una ovaci¨®n mientras se desped¨ªa de la pista toc¨¢ndola con sus manos. Al mirar al cielo s¨®lo hab¨ªa visto personas.
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