El cad¨¢ver exquisito o la venganza de Don Luis
Lo malo de lo bueno es que te acostumbras. Joan Oll¨¦, por ejemplo. ?Qu¨¦ le est¨¢ pasando a Joan Oll¨¦? No vi su aventura miliunanochesca con Mario Vargas (el calor me lic¨²a), pero en Barcelona, donde sopla algo de brisa, nos tiene un tanto a dieta de talento: una de cal y dos de arena ha sido su men¨² de esta temporada. Cal viv¨ªsima: Coral Romput, que, tomen nota, vuelve al Lliure en oto?o, por clamor popular. Dos de arena consecutivas, o sea, mucha sed a la salida: 1) Yvonne, princesa de Borgo?a, tambi¨¦n en el Lliure, la primavera pasada, un n¨²mero de magia inversa: c¨®mo convertir los bonitos cromos austroh¨²ngaros de Gombrowicz en una colecci¨®n de soldaditos de plomo. 2) El ¨¢ngel exterminador, en el Grec. En pareado lo digo: transmutar, que ti¨¦ delito, el sulfuro de Bu?uel en cad¨¢ver exquisito. Derrengados ante el ¨¢ngel, mis cuates dividieron sus opiniones. La facci¨®n Medio Vaso Lleno recibi¨® la propuesta como una relectura arty, aunque exang¨¹e, de Cegada de amor, mientras que la facci¨®n Medio Vaso Vac¨ªo y Adem¨¢s Caro emparent¨® el montaje con una funci¨®n hiperpresupuestada y son¨¢mbula de Diez negritos en gira por provincias. Tomaron la palabra luego los Esot¨¦ricos del Guinard¨®, sacando a colaci¨®n la Maldici¨®n del Anfiteatro, tambi¨¦n conocida como Morrazo en la Piedra. Seg¨²n la pintoresca secta, no cabe sorpresa ante el bu?uelo, ya que, afirmaron axiom¨¢ticamente, todo espect¨¢culo encargado por el Grec para su sede onom¨¢stica muere al llegar, cual baleado en hospital de serie negra. Pruebas en descargo de Oll¨¦: Cuento de invierno, de Ferran Madico, la temporada anterior (debi¨® llamarse Cuento del invierno de nuestro descontento), e Historia del soldado, que abri¨® la que nos ocupa, o c¨®mo desperdiciar a Marilu Marini y ?ngel Pavlovski, crimen penado en seis estados: el jurado popular dict¨® sentencia con un sonoro abucheo muy aplaudido, y los dos responsables, que dec¨ªan ser y llamarse Nigel Lowery y Amir Hosseinpour, pasaron la noche en la c¨¢rcel del condado.
El lujo en directo fue el pianista y compositor Jordi Sabat¨¦s, pero el trabajo actoral puede calificarse de chirriante y desconjuntado
Volvamos a El ¨¢ngel exterminador, que para eso nos pagan. Hablando de pagar, el l¨ªder de los Situacionistas Mileur¨ªsticos del Raval terci¨® y le hizo mal tercio, se?alando que est¨¢bamos ante un espect¨¢culo "superfluo, pero no barato, esto es, netamente institucional y barcelon¨¦s, si bien la plaga del bibelot vitrinesco y festivalero suele extenderse m¨¢s all¨¢ de...". Vale, Debord¨ªn, no te enrolles, que est¨¢ m¨¢s claro que un caldo de Semon. Antes de pirarse echando humo, Debord¨ªn mascull¨®, sint¨¦tico: "Triple coproducci¨®n: Grec 08, Bit¨® y Expo de Zaragoza, que hace falta mucha agua para tragarse esa p¨ªldora. 15 actores 15, incluido el propio Oll¨¦, aunque mudito, en el papel del exc¨¦ntrico Russell. Coreograf¨ªa espasm¨®dica, Andr¨¦s Corchero. Y un lujo en directo: el pianista y compositor Jordi Sabat¨¦s, digno de mejores causas". Retom¨® la palabra el representante de Medio Vaso Vac¨ªo, feroz cr¨ªtico del diario Tokyo Nikki. Sacudi¨¦ndose los mitones, calific¨® el trabajo actoral de "ins¨®litamente chirriante y desconjuntado. Todo es forzado y pueril, g¨¦lido, aburrido a morir. Nunca hab¨ªan estado peor Ivan Benet y Pere Eugeni Font y Ricard Borr¨¢s, haciendo teatro antiguo, no sabemos si par¨®dico, aunque bien cierto es que Manuel Carlos Lillo, que encarna al doctor, y Rosa Renom, la due?a de la mansi¨®n providencial, enuncian claro y por derecho, como si vinieran de otra obra, y pena daba la estupenda Roser Cam¨ª condenada a hablar en tr¨¦mulo lorquiano por ignotas razones". Salt¨®, hasta entonces silente, Malaqu¨ªas el Talludito, veterano valedor de c¨®micos: "Hombre, para pena gorda lo de la no menos egregia ?ngels Poch, que tiene que mimar en el escenario el ataque de la mano cortada mientras arriba, en la pantalla, vemos la misma secuencia en primer¨ªsimo plano, iluminada de narices, y con toda la zumba de Don Luis. Ya me dir¨¦is qu¨¦ actriz, por rebuena que sea, puede competir con una doble de tres metros". La noche siguiente, el reanimado Debord¨ªn resumi¨® el concepto para los que no ligaban bola: "Eso, la consabida pantalla, por partida doble: en lo alto y a ratos recuadrada en el centro de un plaf¨®n como mortuorio. Por un lado se proyectaban las secuencias, digamos, de exteriores: que si la huida de los criados, que si las de la polic¨ªa y los curiosos, que si el Te Deum final con los corderos. Otras, como bien dice Malaqu¨ªas, incurr¨ªan en desleal competencia con los esforzados int¨¦rpretes. Y las que no compet¨ªan perd¨ªan por goleada, mismamente la de los amantes can¨ªbales, que abajo sal¨ªan hechos un cromo, chorreando sangre: inevitable recordar el muy ce?ido plano original, apresando sus rostros ext¨¢ticos en suntuoso blanco y negro. S¨ª, arriba y abajo, como en la serie aqu¨¦lla. Todav¨ªa hay clases, amigos. Dos territorios muy claros: arriba, la verdad y la magia. Abajo, el chistecito posmoderno, institucional, barcelo...". Que esa te¨®rica ya nos la sabemos, Debord¨ªn, clamamos todos, resacosos. "Es que me subleva, compa?eros. Es una conjura. Tiene toda la raz¨®n Medio Vaso Vac¨ªo: la dislocante y tradicional conyeta de nuestra tierra iguala a la baja, aniquila de ra¨ªz cualquier pulsi¨®n transgresora: no otra es su misi¨®n. Ponerme, hip, otro dedal de l¨¢udano, si sois tan amables. ?Sab¨¦is qu¨¦ es lo peor? Que el ¨¢cido surrealista se va a tomar viento, que todo queda reducido a una broma trivial y sin mordiente. Burguesa, en una palabra". Medio Vaso Lleno dijo entonces: "Yo no lo veo tan mal. Don Luis debe de estar parti¨¦ndose el pecho de risa. Y ha ganado un mont¨®n de adeptos para su causa". Al salir escuch¨¦ a una pareja diciendo: "L¨¢stima que no pasen la pel¨ªcula entera, porque parec¨ªa muy buena". "?Una pareja? ?Trescientas veintisiete!", matiz¨® Malaqu¨ªas. "Pues eso, que la pasen directamente en el Grec el pr¨®ximo a?o, que nos saldr¨¢ a mejor precio", concluy¨® Debord¨ªn. Se brind¨® por la eterna salud de Don Luis. "Y por Coral Romput, que una cosa no quita la otra", a?ad¨ª yo, bell¨ªsima persona. Luego nos fuimos a ver lo de Complicit¨¦. Quietos ah¨ª, que se lo cuento la semana que viene.
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