Un trasto en la chopera
Gracias a su instinto innato para los 3.000 metros obst¨¢culos, Marta Dom¨ªnguez parece una experta tras s¨®lo tres carreras
La historia del atletismo cuenta que la prueba de los 3.000 metros obst¨¢culos es la domesticaci¨®n brit¨¢nica -vallas fijas en lugar de troncos de ¨¢rboles, un estanquito en lugar de r¨ªos, pista de tart¨¢n en lugar de camino con hojarasca- del campo a trav¨¦s que sus soldados coloniales practicaban a la fuerza en sus posesiones del Este africano, en Kenia y Tanganica. Es la versi¨®n rom¨¢ntica, la versi¨®n aceptada, quiz¨¢s porque han sido los brit¨¢nicos los que han escrito las reglas de la mayor¨ªa de los deportes, y su historia, pero no estar¨ªa mal que una versi¨®n ap¨®crifa, absolutamente ca?¨ª, bastante menos ex¨®tica pero igual de evocadora, empezara a circular y a cobrar cuerpo. La escribir¨ªa de mil amores Marta Dom¨ªnguez. De hecho, sin que nadie se lo encargara, el viernes ya comenz¨® a dictar el pr¨®logo.
"En realidad, el 3.000 obst¨¢culos naci¨® en la chopera que hab¨ªa detr¨¢s de mi casa en Palencia, por donde yo, de ni?a, corr¨ªa perseguida por las vecinas, hartas de mis trastadas...", dice Marta Dom¨ªnguez, quien, ya una mujer adulta, ha recuperado en la pista, magdalena de Proust, el sabor de aquellos a?os de ni?a salvaje que no cre¨ªa en m¨¢s l¨ªmites que los de su imaginaci¨®n: "No; ¨¦sta no ha sido mi tercera carrera de 3.000 obst¨¢culos. Llevo corriendo esta prueba desde ni?a".
Desde ni?a, desde que prefer¨ªa jugar al f¨²tbol con los chicos antes que a las mu?ecas, desde que empez¨®, v¨ªa escuela del cross, a practicar atletismo, Marta Dom¨ªnguez era la chica para todo, para las vallas, para el salto de longitud, para lo que fuera. En sus primeros Juegos Ol¨ªmpicos, los de Atlanta 1996, corri¨® los 1.500 metros; despu¨¦s, se especializ¨® en los 5.000, donde pudo aunar su velocidad, su vivacidad natural y su capacidad de resistencia entrenada. Pero, cuando vio que su cuerpo ya no daba m¨¢s de s¨ª, que el 5.000 mundial ya se le quedaba muy lejos, su instinto le exigi¨® volver a la infancia. Por ello fue como un regalo que el 3.000 obst¨¢culos femenino alcanzara categor¨ªa oficial. La prueba ha alcanzado nivel ol¨ªmpico por primera vez en Pek¨ªn, justo a tiempo para la palentina, quien, tras un curso acelerado a manos del obstaculista C¨¦sar P¨¦rez la pasada primavera, en su tercera competici¨®n oficial ya se sent¨ªa como pez en el agua, feliz chapoteando en cada paso de la r¨ªa, feliz empapada al cruzar la meta, como una ni?a gamberra, una Guillermo Brown, que, despu¨¦s de haber hecho la trastada, regresa a casa sin preocuparse por la rega?ina que le espera.
Hoy (15.30), junto a otra espa?ola, Zulema Fuentes-Pila, disputar¨¢ Marta Dom¨ªnguez la primera final ol¨ªmpica de la carrera que m¨¢s se acerca a su instinto natural y pele¨®n. A su esp¨ªritu de campeona que prefiere arriesgarse con un cambio que envejecer pensando en el pasado. Le espera una dura pelea con la rusa Galkina, habituada a correr sola en cabeza, con un oc¨¦ano de pista detr¨¢s -su mejor marca, 9m 1,59s, r¨¦cord del mundo desde hace cuatro a?os, es 20s mejor que la mejor marca de Dom¨ªnguez-, otro par de rusas que andan por los 9m 15s, y la keniana Jepkorir, la m¨¢s natural de sus competidoras. "Seguro que saldr¨¢n tirando las tres rusas, pero no actuar¨¢n como equipo", dice Dom¨ªnguez con la sonrisa p¨ªcara de una pillina; "pero temo a Jepkorir, que corre muy inteligentemente".
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