La estrella que quiso ser un h¨¦roe
Leslie Howard, un mito del Hollywood cl¨¢sico, muri¨® en Espa?a durante la II Guerra Mundial en una operaci¨®n relacionada con el espionaje brit¨¢nico
El 1 de junio de 1943, una patrulla de Junkers 88 alemanes que sobrevolaba el golfo de Vizcaya se lanz¨® en picado tras la estela del vuelo 777 de la KLM. Las metralletas desgarraron el fuselaje del avi¨®n y los Junkers siguieron hasta el mar la ca¨ªda en barrena de su presa. Murieron el piloto y los 13 pasajeros, entre ellos Leslie Howard (Londres, 1893), estrella de Hollywood de viaje por la pen¨ªnsula en una gira de conferencias sobre cine.
Despu¨¦s de 60 a?os, sigue siendo un misterio por qu¨¦ la Luftwaffe se ceb¨® con un avi¨®n que cubr¨ªa la respetada ruta Lisboa-Bristol. En un principio se aventur¨® la hip¨®tesis de que los alemanes confundieron al representante de Howard, Alfred Chenhalls, con el primer ministro brit¨¢nico Winston Churchill, por esas fechas reunido con Eisenhower en Argelia. La perspectiva de an¨¢lisis cambi¨® desde que en 1984 el hijo de Leslie, el tambi¨¦n actor Ronald Howard, recopil¨® en una biograf¨ªa de su padre documentos ingleses y alemanes que probaban que el ataque estaba dirigido contra Howard. En El vuelo de Ibis, de Jos¨¦ Rey-Ximena, se abunda en esa teor¨ªa, insistiendo en que el int¨¦rprete trabajaba para el servicio de inteligencia brit¨¢nico como propagandista e informador.
El actor ha pasado a la historia como Ashley, el amante despechado de Escarlata O'Hara
Los alemanes desconfiaban de ¨¦l y recurrieron incluso a bellas vampiresas para sonsacarle
Actor, pero tambi¨¦n director y autor de cine y teatro, Howard ha pasado a la historia como Ashley, el amante despechado de Escarlata O'Hara en Lo que el viento se llev¨®. Cuando el cerco de Hitler sobre Inglaterra se endureci¨®, el gal¨¢n regres¨® a su pa¨ªs natal, donde, atormentado por no poder participar en la contienda, se concentr¨® en una intensa campa?a de propaganda para convencer a Estados Unidos de que deb¨ªa intervenir en Europa. Escrib¨ªa en prensa, participaba en programas radiof¨®nicos y consigui¨® convertir el cine en un arma. Intervino en t¨ªtulos patri¨®ticos como Los invasores, o Pimpinela Smith, dirigida por ¨¦l mismo, y cre¨® una productora que rodaba pel¨ªculas seg¨²n las directrices del Ministerio de Informaci¨®n, de cuyo Comit¨¦ de Ideas Howard formaba parte.
Anthony Eden, secretario del Foreign Office, encontr¨® en marzo de 1943 una misi¨®n especial para ¨¦l. El Gobierno brit¨¢nico le invit¨® a impartir una serie de conferencias en Espa?a y Portugal. El actor era una cara conocida y en ese momento parec¨ªa poca toda ayuda para evitar que la neutral Espa?a se decantara por el eje Berl¨ªn-Roma.
Las cartas que Eden envi¨® a Howard demuestran que lo tuvo dif¨ªcil para convencer a un hombre hipocondriaco y atemorizado por los peligros de la misi¨®n.
Lleg¨® a la pen¨ªnsula el 28 de abril de 1943. Primero pas¨® por Portugal. Luego, los c¨ªrculos angl¨®filos del triste Madrid de posguerra recibieron a Howard como un dios. Fue la estrella de recepciones, corridas de toros y juergas flamencas. Sin embargo, sus conferencias no fueron tan populares como en Portugal: la implantaci¨®n de las simpat¨ªas nazis a trav¨¦s de falangistas y tradicionalistas era demasiado fuerte.
Aun as¨ª, el ingl¨¦s consigui¨® introducir una inyecci¨®n de moral en los partidarios de los aliados en Espa?a y se dedic¨® a recopilar informaci¨®n por medio de entrevistas con miembros de la propaganda brit¨¢nica y de autoridades espa?olas.
Los alemanes desconfiaban de ¨¦l. El jefe de propaganda y prensa de la Embajada alemana, Hans Lazar, un exc¨¦ntrico jud¨ªo de Constantinopla que gobernaba el espionaje y controlaba las hojas parroquiales de todo Madrid, recurri¨® incluso a bellas vampiresas para sonsacarle.
La fama de donju¨¢n del actor, avalada por su hijo Ron, dota de verosimilitud a la idea de que una Mata-Hari le rondara. Los ingleses tem¨ªan que ¨¦sta pudiera ser la condesa Mechtild von Podewils, una noble alemana con grandes relaciones en el r¨¦gimen. Rey-Ximena profundiza m¨¢s en la turbulenta vida sentimental de Howard y lo relaciona con una actriz espa?ola: Conchita Montenegro.
Donostiarra, nacida en 1912, la actriz lleg¨® a Hollywood en 1930 despu¨¦s de posar para el pintor Zuloaga y escandalizar a media Europa con su desnudo en la pel¨ªcula francesa La mujer y el pelele. Int¨¦rprete de gran belleza, tuvo muchos amantes y se relacion¨® con figuras como Chaplin o Buster Keaton.
En 1931, con 19 a?os, coprotagoniz¨® Prohibido con un casi cuarent¨®n Leslie Howard. Seg¨²n El vuelo de Ibis, el romance en pantalla entre un marino y una princesa del Pac¨ªfico dio paso a una historia que se mantendr¨ªa durante m¨¢s de una d¨¦cada.
El contrato de Montenegro con el estudio Fox expir¨® en 1935 y la actriz volvi¨® a Europa. En 1944, unos meses despu¨¦s de la muerte de Howard, se cas¨® con el diplom¨¢tico Ricardo Gim¨¦nez-Arnau y se retir¨® abruptamente del cine. A partir de entonces se refiri¨® siempre a la interpretaci¨®n como un "pecado de juventud" y apenas conced¨ªa entrevistas.
Rey-Ximena cuenta en su libro c¨®mo la actriz accedi¨® a recibirle poco
antes de su morir en 2007. En un encuentro en su residencia geri¨¢trica, reconoci¨® su relaci¨®n con Howard y que la intenci¨®n del viaje de este fue entrevistarse con altos cargos del r¨¦gimen.
La noticia del derribo del vuelo 777 fue un duro golpe para la moral brit¨¢nica. El Gobierno conden¨® el ataque como un crimen de guerra. La ¨²ltima gran aparici¨®n de Howard hab¨ªa sido el 21 de octubre de 1942, el Trafalgar Day. El actor se caracteriz¨® como el almirante Nelson y se despidi¨® de Londres en el papel del h¨¦roe de guerra muerto en el mar, como ¨¦l mismo ocho meses despu¨¦s en la costa espa?ola.
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