Venganza entre hermanos
Los dos grandes partidos palestinos sufren su peor enfrentamiento desde los combates de Gaza hace un a?o
La ciudad cisjordana de Nablus se ha convertido en el escenario de represi¨®n de los islamistas de Ham¨¢s por parte de las fuerzas oficialistas de Al Fatah, en respuesta a los atropellos de los islamistas en Gaza. Secuestros, palizas y el cerrojazo a organizaciones caritativas afines a los islamistas de Ham¨¢s son moneda corriente en Nablus y la evidencia de que las relaciones entre las facciones rivales palestinas atraviesan su peor momento desde que hace un a?o Ham¨¢s se hiciera con el control de Gaza y expulsara a los leales de Al Fatah, dejando los territorios palestinos divididos en dos: Gaza, en manos de los islamistas; Cisjordania, bajo control del presidente palestino Mahmud Abbas.
La bomba que mat¨® a cinco islamistas en julio desat¨® la violencia en Gaza
Las luchas obedecen a rencillas personales, seg¨²n el hombre m¨¢s rico de Cisjordania
A pesar de las llamadas de los pol¨ªticos de la Autoridad Nacional Palestina a la reconciliaci¨®n y al di¨¢logo la situaci¨®n sobre el terreno apesta a sed de venganza.
El detonante de esta nueva oleada de violencia fue la explosi¨®n a finales de julio de una bomba en Gaza que mat¨® a una ni?a y a cinco milicianos de Ham¨¢s. Los islamistas lanzaron una campa?a de detenciones contra miembros de Al Fatah en Gaza, a quienes acusan de estar detr¨¢s del atentado. Desde entonces se ha desatado una espiral de violencia y detenciones cruzadas. En un reciente informe de la organizaci¨®n Human Rights Watch se asegura que las violaciones de derechos humanos son diarias en los territorios palestinos, como consecuencia de la pelea pol¨ªtica. Sostiene que "las fuerzas de seguridad cisjordanas a menudo torturan a los detenidos durante los interrogatorios" y documenta al menos un caso en el que los abusos terminaron con la vida del detenido. Pero tampoco exculpa a los islamistas. "Las fuerzas de Ham¨¢s en la franja de Gaza han cometido muchos abusos similares", se asegura en el informe.
Abu Kusai, dirigente de las oficialistas Brigadas de los M¨¢rtires de Al Aqsa, es uno de los encargados de mantener a los islamistas de Ham¨¢s con la soga al cuello en Cisjordania. Hace apenas un mes que sali¨® de las c¨¢rceles israel¨ªes en las que se ha podrido durante seis a?os. Su nuevo paso por el penal, lejos de haber apaciguado su ¨¢nimo, parece haberle dado nuevos br¨ªos. Moreno, repeinado y vestido a la moda de los j¨®venes palestinos, advierte en una destartalada oficina del campo de refugiados de Balata, pegado a Nablus: "Nosotros no queremos matar, pero hay que ver lo que Ham¨¢s est¨¢ haciendo en Gaza... Cuando secuestramos a Ghazal [Muhammad, dirigente islamista] la semana pasada, fuimos muy respetuosos con ¨¦l, no le pegamos; y eso teniendo en cuenta que es un miembro importante de Ham¨¢s".
Explica que le secuestraron para presionar a los islamistas y lograr la liberaci¨®n de las decenas de partidarios de Al Fatah detenidos en Gaza, y reconoce que a pesar de su lealtad al presidente Abbas, hoy d¨ªa los m¨¢rtires de Al Aqsa no responden a las ¨®rdenes de nadie m¨¢s que a las de su propio deseo de venganza. "Nos hemos tomado la ley por nuestras manos, porque no puede ser que Ham¨¢s cometa una masacre en Gaza el d¨ªa despu¨¦s de que Abbas anuncie la liberaci¨®n de presos islamistas en Cisjordania. Apoyamos a la Autoridad Nacional Palestina, pero hasta cierto punto. Si no garantizan nuestra seguridad, nosotros sabemos c¨®mo protegernos". Y contin¨²a: "Tenemos listas de la gente de Ham¨¢s. Si la situaci¨®n sigue as¨ª, secuestraremos a gente cada d¨ªa y no seremos tan compasivos como hasta ahora".
Todo son amenazas y acusaciones, t¨² me hiciste, yo te hice... y ninguna visi¨®n de futuro y, mucho menos, deseo de trabajar para la reconciliaci¨®n nacional. ?Queda alg¨²n margen para el di¨¢logo? Un no tajante es la respuesta. Para el miliciano no hay duda de que la relaci¨®n entre los leales a Al Fatah y los islamistas "es hoy mucho peor que hace un a?o", cuando los choques entre los dos grupos en Gaza se saldaron con m¨¢s de un centenar de muertos.
Las amenazas y, sobre todo, las acciones de los milicianos de Al Fatah, han surtido efecto. Los partidarios de Ham¨¢s en Cisjordania est¨¢n amedrentados; saben que son carne de presidio y tratan de mantener el perfil m¨¢s bajo posible. Tambi¨¦n hay quienes, como el jeque Hamid al Bitawi, diputado de Ham¨¢s en Nablus, ofrecen una visi¨®n del conflicto propia de los que saben que el tiempo juega a su favor. "Las brigadas de Al Aqsa pueden amenazarnos todo lo que quieran, pero nosotros no vamos a responder. Nuestro enemigo en Cisjordania es la ocupaci¨®n israel¨ª". Coincide el islamista sin embargo con Abu Kusai en que no hay lugar para el di¨¢logo. "No veo que haya ninguna posibilidad de reconciliaci¨®n entre Ham¨¢s y Al Fatah".
Estas luchas intestinas tienen mucho de rencillas personales y poco de choque ideol¨®gico, seg¨²n el todopoderoso Munib el Masri, el hombre m¨¢s rico de Cisjordania, que dirige su imperio desde su palacete, que corona una de las colinas de Nablus. Ferviente nacionalista, este hombre trata ahora de mediar entre los bandos enfrentados a trav¨¦s de la llamada "iniciativa del f¨®rum palestino". Masri, conf¨ªa en que alg¨²n d¨ªa "los de en medio", el famoso 50% de la poblaci¨®n palestina, que en las encuestas dice no apoyar ni a unos ni a otros, diga "basta, estamos hartos".
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