"Los tambores de ?frica son el latido de la vida"
Randy Weston (Brooklyn, 1926) no pasa inadvertido. Sus 2,06 metros de antiguo jugador de baloncesto le hacen sobresalir por entre las hordas de japoneses que dan vueltas en torno al popular Puppy, el perro gigante obra de Jeff Koons, s¨ªmbolo del nuevo Bilbao, a las puertas del Guggenheim. El pianista y compositor est¨¢ en la capital vizca¨ªna para inaugurar la nueva oferta de ocio cultural 365 Jazz Bilbao, organizada por la Fundaci¨®n Bilbao 700-III Milenium, que traer¨¢ a la ciudad a los grandes nombres del g¨¦nero a partir de octubre, de Ron Carter a Patricia Barber, Eliane Elias, Abdullah Ibrahim...
Autor de media docena de interpretaciones imprescindibles -Hi-fly, Blue moses, Little Niles, Berkshire blues...-, Weston fue cocinero antes que m¨²sico: "Las grandes estrellas del jazz, como Dizzy Gillespie o Miles Davis, sol¨ªan bajar desde Manhattan al t¨¦rmino de su jornada para cenar en el restaurante de mi padre, en Brooklyn. La cocina estaba abierta 24 horas, siete d¨ªas a la semana. Yo le ayudaba y hablaba con todos ellos, me encantaba estar en el ajo y, poco a poco, empec¨¦ a tocar con algunos de ellos, como Kenny Dorham o Cecil Payne".
"Toqu¨¦ con Charlie Parker 45 minutos y estuve en ¨¦xtasis todo un a?o. ?Hab¨ªa tocado con Dios!"
Pregunta. Adem¨¢s de cocinero, su padre era un admirador de Marcus Garvey, el padre de la Vuelta a ?frica.
Respuesta. Fue ¨¦l quien me inculc¨® el sentimiento de pertenencia a la comunidad universal de los afroamericanos. Me hablaba sobre ?frica, sus civilizaciones, sus religiones, me dec¨ªa que yo era un africano nacido en Am¨¦rica, que alg¨²n d¨ªa regresar¨ªa a ?frica... y as¨ª lo hice.
P. Alguien ha dicho que su estilo interpretativo combina la m¨²sica de Thelonious Monk con los ritmos africanos.
R. ?frica es el latido de los tambores, que es el latido de la vida. A trav¨¦s de los ritmos, los tambores evocan el origen sagrado de la vida, de ah¨ª su poder¨ªo. Esto se manifiesta en las m¨²sicas tradicionales de ?frica y Brasil, Cuba, Jamaica, Hait¨ª, en el jazz, en el blues, en Marvin Gaye y en Stevie Wonder. Y en Monk, naturalmente. Recuerdo la primera vez que me invit¨® a su apartamento en la calle 63. Ten¨ªa un cuadro de Billie Holiday, el piano y un aparato de radio sonando muy bajo. Estuve no s¨¦ cuanto tiempo atosig¨¢ndole con preguntas del tipo "?c¨®mo haces esto?" o "?cu¨¢l es el secreto de esto otro?". Y ¨¦l, sin abrir la boca, hasta que, al final, me dijo: "Escucha todo tipo de m¨²sicas". Eso fue todo. Cuando m¨¢s tarde le escuch¨¦ tocando Misterioso entend¨ª lo que me quer¨ªa decir. El poder est¨¢ en la m¨²sica. Hay que escuchar primero y percibir ese poder antes de adentrarse en los detalles t¨¦cnicos.
P. Tambi¨¦n toc¨® con Charlie Parker.
R. Toqu¨¦ con ¨¦l en una sola ocasi¨®n. Yo estaba en un club con unos amigos escuchando a Tadd Dameron y Fats Navaro cuando apareci¨® ¨¦l. Baj¨® ceremoniosamente por la escalera de entrada y todo el mundo se volvi¨®. Era la estrella del momento. El caso es que se sent¨® junto a nosotros, hablamos y en un momento decidi¨® cambiar de club. Mis amigos y yo le seguimos. Entonces ocurri¨® una cosa curiosa. Bird se levant¨® y dijo algo al o¨ªdo al que tocaba la bater¨ªa, ¨¦ste se levant¨® sin decir nada y dej¨® su lugar a uno de mis amigos. Luego hizo lo mismo con el pianista, que se levant¨® sumiso, y yo me sent¨¦ en su lugar. As¨ª hizo con todos los dem¨¢s hasta que ¨¦l mismo se puso a tocar con nosotros. Fueron solamente 45 minutos pero estuve en ¨¦xtasis todo un a?o. ?Hab¨ªa tocado con Dios!
P. En los a?os sesenta fij¨® su residencia en T¨¢nger, donde fund¨® el club African Rhythms.
R. Fue una experiencia muy bonita. Estaba situado cerca del Caf¨¦ Par¨ªs y muy pronto se convirti¨® en uno de los centros neur¨¢lgicos del T¨¢nger internacional. Por all¨ª pas¨® todo el mundo, la ciudad era peque?a y todos nos conoc¨ªamos. Evelyn Waugh fue el primer socio. Entre los habituales, estaban Brian Gysin, William Burroughs, Paul Bowles y muchos tangerinos que aprendieron a apreciar el blues de Chicago y la m¨²sica de James Brown.
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