El circo ol¨ªmpico

No s¨¦ qu¨¦ pensar¨¢n ustedes. A veces, la realidad es tan compleja que uno realmente no sabe entender con claridad qu¨¦ es lo que pasa. Uno mira al mundo y no puede nada m¨¢s que quedarse perplejo, abrumado, como un ni?o que mira el alumbramiento de una elefanta en plena sabana, en un reportaje de La 2, y se pregunta ?eso que estoy viendo es de verdad?

En plenos Juegos en China, Rusia bombardea Georgia, EE UU firma un acuerdo con Polonia para crear el escudo antimisiles, Ir¨¢n estrena su primer cohete espacial, y no me queda nada m¨¢s que preguntarme: ?deber¨ªamos estar preocupados los pac¨ªficos hombres y mujeres de bien?

Este teatro que el poder ha montado est¨¢ tan bien dise?ado que los Juegos hacen de nuevo circo romano, mientras las grandes decisiones (casi siempre tomadas por peque?os hombres con desproporcionadas responsabilidades) est¨¢n siendo tomadas entre bambalinas. Y mientras nosotros miramos las carreras de cuadrigas, hay un Ner¨®n que est¨¢ a punto de quemar Roma.

Lo ¨²nico que nos queda es mirar al mundo. Y en vez de sentirnos abrumados de pura complejidad, animarnos a verlo con responsable candidez (c¨¢ndido: sencillo, sin malicia ni doblez). Y comprender que m¨¢s all¨¢ de toda dificultad para comprender la realidad hay un ser humano esperando justicia, alimento, amor, dignidad, paz.