T¨ªmidos avisos

La OTAN, de momento, ha decidido no romper las relaciones con Rusia a ra¨ªz de la invasi¨®n militar en Georgia y en la regi¨®n secesionista de Osetia del Sur. A lo ¨²nico que han llegado los ministros de Exteriores de los 26 pa¨ªses de la Alianza Atl¨¢ntica, reunidos en Bruselas el martes, es a enfriar los contactos regulares del Consejo OTAN-Rusia, el ¨®rgano nacido en 2002 a resultas de los atentados del 11-S para desarrollar mecanismos de consulta y cooperaci¨®n en asuntos de seguridad y terrorismo. Poco es. Los aliados no se han atrevido a secundar a Estados Unidos en la idea de suspender inmediatamente las relaciones y han preferido dejar la puerta semiabierta a la espera de que Mosc¨² retire definitivamente todos sus efectivos de la Rep¨²blica cauc¨¢sica, lo que hasta ayer por la tarde continuaba sin producirse plenamente en incumplimiento del acuerdo de alto el fuego negociado por el presidente franc¨¦s Sarkozy en nombre de la Uni¨®n Europea.

No sale muy bien parada de la reuni¨®n la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte, que, sin llegar a la grave crisis interna que suscit¨® la guerra de Irak, muestra las fisuras entre los partidarios de dar una lecci¨®n al t¨¢ndem Medv¨¦dev-Putin de que la invasi¨®n les costar¨¢ cara (Washington y los pa¨ªses del Este) y quienes se inclinan por conceder todav¨ªa un margen de confianza al Kremlin. Es muy posible que esta ¨²ltima postura s¨®lo sirva para envalentonar m¨¢s a Rusia, resuelta a mantener su presencia militar en la zona, como demuestra la reticencia a asumir el punto del acuerdo de alto el fuego sobre el restablecimiento de la integridad territorial de Georgia y a propiciar las viejas divisiones fronterizas en el continente antes que seguir admitiendo la expansi¨®n de la OTAN.

Los Veintis¨¦is decidieron en la pasada cumbre atl¨¢ntica de Bucarest postergar la adhesi¨®n de Ucrania y Georgia. La crisis de Osetia del Sur deber¨ªa ahora hacerles reflexionar sobre la validez de sus cautelas y a interrogarse si no es hora de dar luz verde a su entrada en el bloque. Es verdad que ello irritar¨ªa a Mosc¨² y empeorar¨ªa m¨¢s las relaciones con EE UU y la OTAN, que pasan momentos muy bajos. Rusia ha considerado como una amenaza directa la instalaci¨®n del escudo antimisiles estadounidense en Polonia. Pero dejar¨ªa claro que los aliados atl¨¢nticos no se quedar¨¢n de brazos cruzados si se repiten nuevas acciones militares en el C¨¢ucaso.