??stos son 'santacolome?os'?

A los toros de La Quinta se les ha acabado la sangre santacolome?a que se dice llevan dentro. A los toros de ayer no les quedaba una gota de ese preciado l¨ªquido bravo. Los seis toros, m¨¢s el devuelto, fueron unos animales sin bravura, sin raza ni cristo que lo fund¨®. Fueron una mala sombra de toros, unos borregos supinos, con forma de toros. En resumen, una mentira de toros. ?Qu¨¦ diferencia de los toros corridos, bajo la misma divisa, hace dos a?os! Entonces los lidiaron tres toreros modestos. Pasar 730 d¨ªas, con sus correspondientes noches, y se apuntan a matarlos otros m¨¢s renombrados. Caso aparte, Padilla que entr¨® en la terna por ser presuntamente amigo de un miembro de la junta administrativa.

Como ayuda a la confusi¨®n, el p¨²blico tom¨® un papel verbenero. Pidi¨® las orejas para Padilla y El Juli en sus dos faenas de escaso valor torero. La faena de Padilla, premiada con oreja -en el primero de la tarde- estuvo nimbada por la vulgaridad. Pase sin dominio, y medios pases. Faena in¨²til, como un tel¨¦fono descolgado. La faena a su otro toro fue a¨²n m¨¢s insulsa. Pero al p¨²blico le encanta Padilla cuando prende las banderillas sobre todo las del viol¨ªn, como le gustan tambi¨¦n sus esperpenteces.

La labor de El Juli no tuvo valor ni calidad. De poco fuiste en su primero y voluntarioso, sin m¨¢s, la de su segundo, premiada con una oreja.

Ese buen torero que desea llegar a ser Miguel ?ngel Perera se estrell¨® con la corrida de La Quinta. Puso voluntad m¨¢xima. Trat¨® de no defraudar. Mas con aquella basura bovina no hay torero alguno que pudiera brillar. Puede llegar a pensar que todo desaparece en un d¨ªa: la celebraci¨®n y lo celebrado (en alusi¨®n a su excelente actuaci¨®n del pasado lunes).