Bernard McKenna, brigadista brit¨¢nico que luch¨® en la Guerra Civil
Bernard McKenna fue uno de los supervivientes del batall¨®n brit¨¢nico de las Brigadas Internacionales que combatieron contra las fuerzas franquistas durante la Guerra Civil espa?ola. A ra¨ªz de su muerte, el pasado 31 de julio a los 92 a?os, se extingue el ¨²ltimo testimonio vivo de entre los brigadistas oriundos de la regi¨®n de Manchester que se sumaron a esa causa.
Su ¨²ltima comparecencia p¨²blica se produjo hace dos a?os, en un acto celebrado en su ciudad natal para rendir homenaje a los voluntarios brit¨¢nicos e irlandeses que lucharon por la libertad y contra el fascismo.
"Mi padre sent¨ªa que su experiencia en Espa?a hab¨ªa sido el episodio m¨¢s importante de su vida", ha escrito uno de sus cinco hijos, Neil, en un sentido recuerdo publicado por el diario The Guardian.
Desde que Franco encabezara el golpe de Estado, McKenna se volc¨® en la recaudaci¨®n de fondos para sufragar el env¨ªo de alimentos y material m¨¦dico al bando republicano. En febrero de 1937, y sin comunic¨¢rselo a su familia, compr¨® un billete con destino a Par¨ªs, donde se puso en contacto con la oficina de reclutamiento de las Brigadas Internacionales.
Result¨® herido en julio, en el primer d¨ªa de la batalla de Brunete, pero, tras recuperarse, particip¨® en los combates del frente de Arag¨®n, siendo alcanzado por la metralla de una bomba. Logr¨® superar las graves lesiones y de nuevo regres¨® a primera l¨ªnea. En la primavera de 1938, los nacionales lo capturaron, lo encerraron en el campo de prisioneros de San Pedro (Burgos) y lo condenaron al fusilamiento.
Estaba convencido de que le iban a matar ("fue el peor momento de mi vida", confes¨® despu¨¦s), pero tuvo la suerte de ser seleccionado para un canje de prisioneros, enviado a una c¨¢rcel en Italia y liberado en octubre de aquel a?o. Siempre guard¨® la factura de cuatro libras que expendi¨® el Foreign Office por su repatriaci¨®n, y que nunca lleg¨® a pagar.
A los dos d¨ªas del estallido de la II Guerra Mundial, se enrol¨® en la RAF para cobrarse, dijo, la revancha ante el fascismo. Permaneci¨® seis a?os y medio en la fuerza a¨¦rea brit¨¢nica, que lo despleg¨® en el norte de ?frica, Oriente Medio e Italia. Tras abandonar las armas, ejerci¨® de profesor especializado en alumnos desaventajados.
Su sensibilidad social naci¨® de una infancia de precariedades en el seno de una familia angloirlandesa de Manchester, s¨¦ptimo hijo de un parado y una empleada de la limpieza, y el ¨²nico que logr¨® sobrevivir. A los 14 a?os, dejaba la escuela para empezar a trabajar en una f¨¢brica textil, inicio de un despertar pol¨ªtico que le llev¨® a adherirse a la Liga de J¨®venes Comunistas y, a la postre, a combatir en un pa¨ªs ajeno por lo que cre¨ªa que era justo.
Jubilado desde finales de los setenta, no abandon¨® sin embargo el combate pol¨ªtico y, seg¨²n ha explicado su hijo Neil, nunca dej¨® de jactarse de haber podido "sobrevivir al jodido Franco".
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