De momento, los hechos
Para evitar conjeturas irresponsables, se necesita un relato contrastado del accidente
La determinaci¨®n de las causas de una cat¨¢strofe a¨¦rea como la que tuvo lugar el mi¨¦rcoles en Madrid requiere meses, incluso a?os de investigaci¨®n. As¨ª lo exige no s¨®lo la complejidad de los sistemas que deben ser analizados, sino tambi¨¦n el grado de certeza que est¨¢n obligados a obtener los expertos, tanto para prevenir nuevos accidentes como para facilitar la determinaci¨®n judicial de las responsabilidades, si las hubiera. En la investigaci¨®n de la tragedia de Barajas intervendr¨¢n organismos oficiales de Estados Unidos, la Uni¨®n Europea y Espa?a, en raz¨®n de la nacionalidad norteamericana del fabricante del aparato, un McDonell Douglas, y de las regulaciones comunitarias en materia de aviaci¨®n.
Son, sin duda, garant¨ªas m¨¢s que suficientes para saber que se conocer¨¢n todos los detalles y todas las circunstancias del accidente. Pero el ¨²nico problema al que se enfrentan las autoridades y la propia compa?¨ªa, pese a la solvencia, el rigor y la credibilidad de este protocolo de actuaci¨®n, es el plazo. Entre la especulaci¨®n irresponsable y las explicaciones incompletas o el silencio, que s¨®lo sirven para alimentar las conjeturas e incluso la frustraci¨®n, existe un terreno intermedio que es el simple relato factual de los hechos. Es algo que se debe en primer lugar a los familiares de las v¨ªctimas y, despu¨¦s, a todos los ciudadanos.
Durante las primeras 24 horas, se dio por cierto que un motor del avi¨®n hab¨ªa ardido al despegar. Ahora se ha sabido que el v¨ªdeo del siniestro no muestra tal incendio, lo que no significa en absoluto que los motores funcionaran correctamente, algo que tendr¨¢ que determinar la investigaci¨®n. Tambi¨¦n se ha sabido que el avi¨®n no se desintegr¨® en su primer contacto con el suelo, seg¨²n se dijo en los momentos iniciales, sino que rebot¨® contra tierra en varias ocasiones. ?stos son los hechos, no las causas del accidente, y es el relato de los hechos el que deber¨ªa colmar el largo periodo de tiempo que resta hasta que se conozcan las causas que los han provocado.
Los proleg¨®menos de la tragedia del vuelo de Spanair a Las Palmas de Gran Canaria hacen m¨¢s necesario, si cabe, este relato pormenorizado, puesto que el piloto decidi¨® suspender un primer intento de despegue al observar anomal¨ªas en el aparato. Fue despu¨¦s, en el segundo intento, cuando ocurri¨® la cat¨¢strofe. A salvo de lo que pueda decidir el juez encargado del caso, informar con mayor precisi¨®n de lo que observ¨® el piloto y de las comprobaciones t¨¦cnicas que se realizaron son una vez m¨¢s hechos, simples hechos, de los que las autoridades y la propia compa?¨ªa no har¨ªan mal en dar cuenta con precisi¨®n, dejando que los investigadores ofrezcan en su d¨ªa la explicaci¨®n. Cuando el an¨¢lisis de la tragedia concluya dentro de uno o dos a?os, los expertos en seguridad a¨¦rea extraer¨¢n de ¨¦l informaciones para evitar que vuelva a suceder un accidente similar. En medio del dolor, ¨¦se es el ¨²nico consuelo.
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