La ampliaci¨®n hacia el Este europeo abre nuevas grietas en la OTAN
La crisis georgiana reaviva las diferencias estrat¨¦gicas entre EE UU y Europa
La pol¨ªtica de ampliaci¨®n de la OTAN hacia el Este de Europa, impulsada por la Casa Blanca ante la perplejidad de varios pa¨ªses del viejo continente, est¨¢ abriendo nuevas grietas en la Alianza Atl¨¢ntica. La actual crisis de Georgia, pa¨ªs cuya aspiraci¨®n a ser incluido en las pr¨®ximas rondas de ampliaci¨®n ha desatado la ira de Mosc¨², ha reavivado la brecha estrat¨¦gica que se abri¨® con motivo de la invasi¨®n de Irak entre Washington y Londres, por un lado, y la Vieja Europa, por el otro, tal como la defini¨® el ex jefe del Pent¨¢gono Donald Rumsfeld.
"La divisi¨®n se ha exacerbado", dice el International Crisis Group
Lachowski: "Rusia ha elegido el momento m¨¢s oportuno para desatar la crisis"
Aunque las fricciones son menos aparentes en esta ocasi¨®n -y a pesar de que los actuales Gobiernos de Par¨ªs, Berl¨ªn y Roma sean m¨¢s filoestadounidenses que los anteriores- el conflicto cauc¨¢sico muestra que las divergencias de los dos bloques en la actitud hacia Mosc¨² no han sido reconducidas con los cambios recientes en varias canciller¨ªas europeas y amenazan con ensanchar distancias en el seno de Occidente.
"Este asunto hace aflorar discrepancias que est¨¢n sobre la mesa desde 2002. Puede tener consecuencias muy serias para Occidente. Mosc¨² es un socio fundamental en casi todas las prioridades internacionales: Ir¨¢n, crisis energ¨¦tica, terrorismo nuclear", comenta en una conversaci¨®n telef¨®nica desde Estados Unidos Steven Miller, director del Departamento de Seguridad Internacional de la Universidad de Harvard.
"La divisi¨®n se ha exacerbado", sentencian en un informe publicado el viernes los expertos del centro de an¨¢lisis International Crisis Group, pese a los esfuerzos de las canciller¨ªas de los pa¨ªses miembros de la OTAN en aparentar unidad. "La ampliaci¨®n de la OTAN tiene como precio la enemistad de Mosc¨²", prosigue Miller. "En mi opini¨®n es un error: es una cinta de transmisi¨®n de problemas desde el Este hacia el coraz¨®n del Oeste. Creo que en t¨¦rminos estrat¨¦gicos ser¨ªa enormemente m¨¢s rentable apostar por una buena cooperaci¨®n con el Kremlin que desgastar esa relaci¨®n para anclar a ciertos pa¨ªses en la ¨®rbita occidental. Mosc¨² es demasiado relevante", dice el acad¨¦mico.
Otros, por supuesto, no opinan lo mismo y la diferente valoraci¨®n de los dividendos de las dos opciones paraliza a Occidente, tanto en la OTAN como en la UE. La cumbre del martes en la que la Alianza Atl¨¢ntica decidi¨® enfriar las relaciones con Rusia se centr¨® "m¨¢s en evitar divisiones internas que en solucionar el problema", seg¨²n Andrew Wilson, analista del think tank European Council on Foreign Relations.
Los aliados decidieron en esa reuni¨®n extraordinaria que las relaciones con Mosc¨² no pod¨ªan "seguir como antes", pero no concretaron ninguna medida espec¨ªfica. Washington, Londres y varios pa¨ªses del Este europeo chocaron con el veto de sus otros socios europeos a su prop¨®sito de formular una reacci¨®n m¨¢s dura. El com¨²n denominador alcanzado fue juzgado como m¨ªnimo por muchos observadores.
Si la divergencia est¨¢ sobre la mesa desde hace tiempo, "Rusia ha elegido el momento m¨¢s oportuno para desatar la crisis, con la UE paralizada en su reforma a¨²n no resuelta y la Casa Blanca con un inquilino con fecha de caducidad cercana", observa desde Suecia Zdzislaw Lachowski, experto en relaciones euroatl¨¢nticas del Instituto Internacional de Estudios de Paz de Estocolmo.
"Mosc¨² ha logrado su objetivo: advertir a Occidente de que no acepta su pol¨ªtica y a los pa¨ªses vecinos de que tengan mucho cuidado", prosigue. "Ahora lo previsible es que reconduzca su conducta dentro de cauces menos agresivos -que s¨®lo provocar¨ªan un acercamiento de posiciones dentro de la OTAN- y deje a Occidente frente a sus contradicciones". Contradicciones que, si se han ocultado m¨¢s o menos en los foros pol¨ªticos, han ocupado estos d¨ªas el proscenio en la prensa internacional con avalanchas de editoriales y columnas de opini¨®n.
De un lado se yerguen quienes invocan un fortalecimiento de la OTAN frente a una Rusia m¨¢s agresiva "que busca nada menos que un poder de veto sobre su expansi¨®n", en palabras del diario brit¨¢nico The Times, y exigen una firme respuesta a la desafiante actitud rusa, una consolidaci¨®n de la esfera de influencia y la protecci¨®n a pa¨ªses que libremente han vuelto su mirada hacia Occidente.
Por el otro, est¨¢n quienes subrayan que esa misma expansi¨®n de Occidente -junto con la independencia de Kosovo y el escudo antimisiles en Polonia- ha alimentado un sentimiento de "humillaci¨®n" en Rusia, que "ha abierto el camino al ascenso de Vlad¨ªmir Putin" y ha inducido y permitido a ¨¦ste "sofocar la democracia rusa", seg¨²n escrib¨ªa el premio Pulitzer Thomas L. Friedman en The New York Times. ?No es m¨¢s importante acompa?ar y fortalecer la democracia en Rusia que en Georgia?, preguntan algunos.
"Lo que me preocupa es que en EE UU el debate p¨²blico ha sido poco plural, y los aspirantes a la Casa Blanca se han empleado en competir sobre qui¨¦n lanzaba las amenazas m¨¢s duras contra Rusia", comenta Miller. "Si seguimos con esta din¨¢mica, reforzaremos la deriva autoritaria en Rusia. Aislarla puede convertir en irresolubles muchos problemas de enorme relevancia".
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