Olimpiadas y pol¨ªtica
Los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn de 2008 han estado precedidos de protestas a escala mundial debido a la ocupaci¨®n del T¨ªbet por parte de China (acaecido en 1950) y a la falta de libertades p¨²blicas en este pa¨ªs, de r¨¦gimen comunista desde 1949. Libertades que anteriormente tuvieron con dificultad cuando sol¨ªa ser un pa¨ªs colonizado. Algunos mandatarios, como el ruso Putin, el franc¨¦s Sarkozy, la alemana Merkel o el norteamericano Bush, han manifestado su desacuerdo con el r¨¦gimen chino. Sin embargo, ah¨ª est¨¢n celebr¨¢ndose los Juegos Ol¨ªmpicos desde la impecable puesta en escena de su inauguraci¨®n el d¨ªa de los ochos, el 8 del 8 de 2008, aunque con ciertos play backs.
Si se hiciera una encuesta del tipo: ?cree usted que la pol¨ªtica y el deporte deber¨ªan ir por separado?, imagino que la respuesta ser¨ªa un s¨ª mayoritario. Pero las olimpiadas modernas, consideradas el m¨¢ximo exponente deportivo a escala mundial, est¨¢n plagadas de influencias pol¨ªticas como queda evidenciado en su historia.
Desde la restauraci¨®n de los llamados Juegos Ol¨ªmpicos modernos en 1896, ha habido problemas extradeportivos en numerosas ocasiones. Sin entrar en celebraciones anteriores a la Segunda Guerra Mundial, la pol¨ªtica de bloques posterior hizo que otras citas ol¨ªmpicas estuvieran salpicadas de problemas de ¨ªndole no deportiva: en M¨¦xico 1968, los atletas americanos de raza negra ganadores de medalla protagonizaron una protesta Black Power; Montreal 1976 sufri¨® el boicoteo de varios pa¨ªses africanos al COI por malentendidos entre Nueva Zelanda y Sur¨¢frica debido al apartheid; Mosc¨² 1980 sufri¨® el boicoteo de Estados Unidos y algunos de sus aliados por la previa invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n; en Los ?ngeles 1984, los pa¨ªses del bloque sovi¨¦tico devolvieron el boicoteo, como volvi¨® a suceder en Se¨²l 1988. Eso sin citar los ataques terroristas de M¨²nich 1972 y de Atlanta 1996.
Si el bar¨®n de Coubertin, fundador del COI en 1894, pensaba que la competici¨®n deportiva servir¨ªa para el entendimiento internacional, debemos ir por esa senda: los deportistas, a conseguir marcas; los pol¨ªticos, a facilitarles el camino, y el resto de los mortales, a disfrutar del espect¨¢culo.
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