?Quiere ser astronauta?
La Agencia Europea del Espacio saca a concurso cuatro plazas de cosmonauta - Miles de candidatos han sido examinados; 900 pasan la primera criba
?Cu¨¢nto es 12 por 0? ?Qu¨¦ f¨®rmula se utiliza para calcular el voltaje? Si un aeroplano ha sido recargado con 4.000 kilos de queroseno, que tiene un peso espec¨ªfico de 0,8, ?cu¨¢ntos litros hay dentro del dep¨®sito? Complete la frase "I would apply for the job if I... you" ("Yo presentar¨ªa mi solicitud para el trabajo si... t¨²").
El camino para ser astronauta comienza contestando con rapidez a preguntas similares a ¨¦stas -extra¨ªdas de un cuestionario de la Agencia Europea del Espacio (ESA)- y a otras bastante m¨¢s dif¨ªciles. As¨ª lo han hecho en Hamburgo durante todo el mes de julio los 923 candidatos cuyos excelentes curr¨ªculos acad¨¦micos y profesionales fueron considerados los mejores de entre m¨¢s de 8.000 solicitudes para participar en la primera ronda de ex¨¢menes de la que saldr¨¢ la nueva promoci¨®n de astronautas europeos. Cuando finalice el dur¨ªsimo proceso de selecci¨®n, se escoger¨¢ tan s¨®lo a cuatro hombres o mujeres.
M¨¢s de 8.000 personas se han presentado a la convocatoria
S¨®lo 923 aspirantes superan la primera ronda de ex¨¢menes en Hamburgo
Se requiere rapidez de c¨¢lculo, concentraci¨®n y memoria visual
Duque: Los rusos valoran el sentido del humor para ser cosmonauta
Hoffman: Al principio lo importante del viaje era ir y volver
Un ge¨®logo resuelve en dos d¨ªas el trabajo de un robot durante tres a?os
Cuatro elegidos para la gloria, destinados a protagonizar "futuras misiones tripuladas a la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS, en sus siglas en ingl¨¦s), la Luna y m¨¢s all¨¢", seg¨²n la convocatoria de la ESA. Y con las nuevas misiones m¨¢s prolongadas se consolidar¨¢ un nuevo perfil de astronauta: alguien que a su formaci¨®n cient¨ªfica sobresaliente a?ada un equilibrio psicol¨®gico notable para soportar las largas semanas y meses en un h¨¢bitat "r¨²stico" (como lo definen algunos astronautas en activo) y que acredite rapidez de reacci¨®n, por si se encuentra en alguna ocasi¨®n en el filo de la navaja.
No s¨®lo en el Viejo Continente se buscan astronautas: tambi¨¦n han empezado pruebas similares en la NASA (que no ha especificado cu¨¢ntos estadounidenses seleccionar¨¢), Jap¨®n (tres) y Canad¨¢ (dos). Todos quieren tener a sus nuevos reclutas incorporados a filas en 2009. Porque a todos les ha espoleado su condici¨®n de socios de la Estaci¨®n Espacial Internacional, que acabar¨¢ de construirse en 2010 y podr¨¢ alojar a partir de entonces a seis astronautas en cada turno, en lugar de a tres como hasta ahora.
En el caso europeo, adem¨¢s, su plantilla de astronautas estaba reduci¨¦ndose y envejeciendo. "Tenemos ocho en activo, y su media de edad es de 50 a?os", explica Antonio Torres, responsable de su entrenamiento b¨¢sico en el Centro Europeo de Astronautas en Colonia (Alemania). Desde 1992 -cuando se escogi¨® a Pedro Duque- no hab¨ªa sido necesario plantear un proceso de selecci¨®n, porque unos a?os despu¨¦s se decidi¨® absorber a los astronautas de las agencias nacionales de Francia, Alemania e Italia, para que Europa participara con una sola voz en las misiones espaciales.
Pero de los 16 o 17 integrantes con que hab¨ªa contado el Cuerpo Europeo de Astronautas hacia 1998, se han restado diversas bajas (Duque, por ejemplo, pidi¨® excedencia en 2006, aunque a¨²n se le conserva la plaza). Europa, pues, se ha quedado con pocos efectivos. Y Torres calcula que "con la estaci¨®n espacial acabada, a la ESA le corresponder¨¢ aproximadamente un astronauta por a?o".
La agencia europea ha decidido despertar de nuevo la pasi¨®n por el espacio con su llamada a filas. "La ESA est¨¢ preparando sus equipos para tomar parte en las misiones de vuelo espacial tripuladas del siglo XXI; el sistema solar es el pr¨®ximo objetivo de la exploraci¨®n humana", se explica en la convocatoria. Parece una oferta de trabajo irresistible en los tiempos que corren por aqu¨ª abajo: "Los astronautas pasar¨¢n su tiempo volando, entrenando o apoyando la preparaci¨®n de otros programas espaciales con su valiosa experiencia", dice Torres.
A esta singular selecci¨®n de personal respondieron inicialmente casi 10.000 personas de los 17 pa¨ªses miembros de la ESA y se admitieron 8.413 solicitudes (preferentemente entre 27 y 37 a?os) que deb¨ªan incluir un certificado m¨¦dico conforme muestran las condiciones f¨ªsicas equivalentes a las requeridas a un piloto privado. Un total de 789 peticiones han correspondido a espa?oles, un 9,4% del total de candidatos de los pa¨ªses de la ESA, por detr¨¢s de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, los pa¨ªses que m¨¢s contribuyen al presupuesto de la agencia.
?C¨®mo es el astronauta ideal? Nadie mejor para contestar que el propio Duque: "Desde luego tiene que ser cient¨ªfico o ingeniero, porque la principal ocupaci¨®n en la nave son los experimentos, y es necesario comprenderlos, al menos un poco; pero adem¨¢s de la formaci¨®n tienes que haber aplicado tus conocimientos en el trabajo con responsabilidad, y tambi¨¦n haber demostrado capacidad operativa".
La capacidad operativa es un t¨¦rmino reiterado por todos los entrevistados para este reportaje, pero, ?qu¨¦ significa? "Haber llevado a cabo actividades en las que uno podr¨ªa tener problemas si no hubiera hecho las cosas bien", aclara el astronauta espa?ol. "Situaciones como bucear con botellas, escalar u otras que requieren solventar el riesgo por ti mismo e integr¨¢ndote en un equipo".
Un veterano instructor de astronautas, el belga Walter Peeters, uno de los responsables de la selecci¨®n de Duque, opina que "el perfil ideal es el de alguien que trabaja en equipo y que tambi¨¦n es capaz de tomar decisiones muy r¨¢pidas". Y como no todos los pa¨ªses seleccionan igual, apunta: "Mis colegas rusos siempre han valorado entre sus candidatos a cosmonautas el sentido del humor, que ayuda a reconducir una situaci¨®n complicada; ¨¦sta es una cualidad que tiene, por ejemplo, Pedro Duque".
Peeters ha dejado de formar a los cadetes interestelares para convertirse en decano de la Universidad Internacional de Espacio (ISU), con sede en Estrasburgo, concebida como cantera para los profesionales del sector aeroespacial. Este a?o, la ISU ha tra¨ªdo su campus de verano a Barcelona, y en ¨¦l participan 112 estudiantes de 27 pa¨ªses. Como dice su ex alumno Jos¨¦ Mariano L¨®pez-Urdiales, hoy al frente de Barcelona Aeronautics&Space Association, "esta universidad es una conspiraci¨®n benigna que permite tender lazos entre los futuros profesionales de empresas y agencias para facilitar la colaboraci¨®n internacional, rompiendo las din¨¢micas que surgieron en la guerra fr¨ªa".
"Entre los estudiantes que participan en el campus", destaca Peeters, "hay varios que est¨¢n participando en las pruebas de la ESA y, en general, un tercio de nuestros alumnos declaran que quieren ser astronautas; hay quien podr¨ªa pensar que deber¨ªan ser m¨¢s, pero tambi¨¦n se debe tener en cuenta que, por razones personales o familiares, muchos profesionales que trabajan en las agencias y empresas espaciales no quieren volar".
Y es que la conciliaci¨®n laboral es un derecho de dif¨ªcil consecuci¨®n una vez te conviertes en viajero espacial. El astronauta canadiense Robert Thirsk sabe muy bien lo complejo que es tener los pies en la tierra y la cabeza en el cielo. A sus 54 a?os, casado y con tres hijos, Thirsk volar¨¢ a la Estaci¨®n Espacial Internacional en mayo del a?o que viene a bordo de una nave rusa, Soyuz. Ser¨¢ su segundo viaje espacial (el primero lo realiz¨® en 1996), y pasar¨¢ all¨¢ arriba, dando vueltas a la Tierra, nada menos que cinco meses, el r¨¦cord para un astronauta de su pa¨ªs. Cuando se le pregunta por los aspectos m¨¢s importantes de su preparaci¨®n para ello, enseguida contesta algo que sorprende al entrevistador: "Es una misi¨®n peligrosa y tengo que estar seguro de que todos mis asuntos personales est¨¦n en orden en caso de que no vuelva a mi hogar".
Thirsk es muy consciente de que en los viajes espaciales se puede morir. Y esta eventualidad no s¨®lo ha de ser asumida por ¨¦l, sino tambi¨¦n por su familia. ?Por qu¨¦ someterse a tantos sacrificios y riesgos? "Porque siento una pasi¨®n ardiente dentro de m¨ª por participar en la exploraci¨®n espacial", contesta.
Para emular a Thirsk o a Duque, los 900 aspirantes de Hamburgo han tenido que comenzar demostrando su rapidez de c¨¢lculo, fluidez en ingl¨¦s, habilidades matem¨¢ticas, conocimientos b¨¢sicos de fundamentos tecnol¨®gicos, concentraci¨®n, percepci¨®n y su memoria visual (la m¨¢s compleja de todas, seg¨²n algunos). Este peri¨®dico ha contactado con varios de los que participaron en estas pruebas, pero las reglas de la ESA les proh¨ªben hacer declaraciones a la prensa si quieren continuar en el proceso de selecci¨®n.
De entre ellos se escoger¨¢n a 200, que a partir de septiembre deber¨¢n pasar una nueva ronda de pruebas psicol¨®gicas destinadas a apreciar su comportamiento y personalidad en condiciones reales, con especial inter¨¦s por c¨®mo trabajan en grupo, un aspecto esencial en un entorno en el que se convive y trabaja con gente de otras culturas en un espacio reducido. Tras ese nuevo corte s¨®lo quedar¨¢n 80, a los que se someter¨¢ a un chequeo intens¨ªsimo, sin dejar nada al azar: pruebas cardiovasculares, electroencefalogramas, hematolog¨ªa, neurolog¨ªa, obstetricia, salud dental... "La buena salud es la caracter¨ªstica fundamental del astronauta, porque disminuye mucho los riesgos de la misi¨®n; incluso es importante intentar prever si podr¨ªa desarrollar enfermedades a un cierto plazo", explica Torres.
Los 40 o 50 m¨¢s id¨®neos ser¨¢n oficialmente los candidatos. Todos formar¨¢n parte de una lista de seleccionados, pero el orden en que aparezca cada uno lo decidir¨¢ una decisiva entrevista personal. Y, para m¨¢s tensi¨®n, la pirueta final: esa lista se someter¨¢ al director general de la ESA, el franc¨¦s Jean-Jacques Dordain, quien tiene la potestad de seleccionar a los cuatro astronautas, m¨¢s cuatro de reserva. El resto quedar¨¢ en lista de espera.
El entrenamiento de cada astronauta europeo costar¨¢ aproximadamente medio mill¨®n de euros anuales durante dos o tres a?os. En Estados Unidos, el pa¨ªs que llev¨® al primer hombre a la Luna y que ahora aspira a volver all¨ª e instalar bases permanentes, es recurrente la pol¨¦mica entre los partidarios de las misiones tripuladas y sus detractores, que consideran una aberraci¨®n el dinero que requieren. Estos ¨²ltimos apuestan por enviar ¨²nicamente telescopios y robots al espacio, instrumentos que hasta ahora han dado muy buenos resultados.
No est¨¢ de acuerdo Jeffrey Hoffman, un aut¨¦ntico cowboy del espacio con cinco vuelos a sus espaldas y considerado uno de los mejores astronautas de la historia, que particip¨® en la dificil¨ªsima misi¨®n de reparar en ¨®rbita el telescopio espacial Hubble. "Lo que los robots llevados a Marte necesitan tres a?os para hacer, un buen ge¨®logo lo resolver¨ªa en dos d¨ªas, y har¨ªa m¨¢s cosas". Astrof¨ªsico de formaci¨®n, tiene sobrada experiencia en trabajar con m¨¢quinas en las alturas, ya que particip¨® en tres de los cinco paseos espaciales de la primera misi¨®n de reparaci¨®n del Hubble, en 1993.
En 1978, este astronauta form¨® parte de la primera promoci¨®n de siete astronautas de la NASA escogidos para volar en los transbordadores espaciales, en la que por primera vez s¨®lo se ped¨ªan dos pilotos aeron¨¢uticos. Hasta entonces los pilotos hab¨ªan tenido pr¨¢cticamente la exclusiva para formarse como astronautas de la NASA, y los pocos cient¨ªficos seleccionados hab¨ªan tenido que estudiar adicionalmente en escuelas de vuelo, algo que Hoffman ya no necesit¨® hacer. "La presencia de pilotos se explica porque en los primeros vuelos lo importante era el viaje en s¨ª, ir y volver", a?ade. Cuando se abandon¨® la idea de seguir alunizando y se opt¨® por utilizar el espacio como un gran laboratorio, los cient¨ªficos, ingenieros y m¨¦dicos se incorporaron con fuerza: "Los astronautas son ahora las manos y los ojos en el espacio de los cient¨ªficos", resume Hoffman.
Hoy, con la ISS en la que los astronautas permanecen hasta seis meses y ante la perspectiva de viajes m¨¢s prolongados a la Luna, y tal vez a Marte despu¨¦s, el perfil deber¨ªa volver a adaptarse. El astronauta canadiense Thirsk se atreve a dar una alineaci¨®n de la flota m¨¢s recomendable para componer un hipot¨¦tico viaje a Marte, que durar¨ªa dos a?os o m¨¢s: "Un comandante y un vicecomandante, que deber¨ªan ser pilotos; un m¨¦dico, un ge¨®logo, un bi¨®logo, un ingeniero experto en los sistemas de la nave y otro ingeniero civil especializado en construcci¨®n, para cuando est¨¦n all¨ª".
La paradoja de este reclutamiento simult¨¢neo en varios pa¨ªses es que el dinero p¨²blico destinado al espacio no est¨¢ acorde con las ambiciones expresadas. "La profesi¨®n de astronauta va a seguir siendo selectiva porque los programas espaciales no s¨®lo no est¨¢n creciendo en presupuesto, sino que est¨¢n decreciendo", asegura Duque, que en la actualidad trabaja en el sector como director general de Deimos Imaging, que tiene previsto el pr¨®ximo lanzamiento de un sat¨¦lite. "Para que se puedan instalar bases en la Luna tendremos que hallar alguna forma de retorno econ¨®mico; al menos ofrecer una esperanza de encontrarla", declara.
Aunque el futuro no est¨¦ del todo claro, el fervor por vestir el traje espacial tendr¨¢ consecuencias sin necesidad de que nadie suba a las estrellas, en opini¨®n de Duque: "Los pa¨ªses que tienen m¨¢s ilusi¨®n son China y la India, y esa ilusi¨®n por ser astronauta llevar¨¢ a la Universidad a cientos de miles de j¨®venes que se dejar¨¢n la piel; y quiz¨¢ no llegar¨¢n a conseguirlo, pero se convertir¨¢n en los cient¨ªficos e ingenieros que har¨¢n de sus pa¨ªses las primeras potencias econ¨®micas, mientras nosotros nos quedamos atr¨¢s".
Los que permanezcan en tierra ser¨¢n el capital intelectual de sus pa¨ªses, y los que tomen la autopista hacia el cielo tendr¨¢n un incentivo impagable: "Aunque se retrasasen los programas lunares previstos para el 2020", augura desde Colonia el preparador de astronautas Antonio Torres, "es posible que esta nueva generaci¨®n pueda ir a la Luna durante su vida activa".

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