Valencia llena su circuito, aunque no logra subirse a¨²n al carro del 'glamour' de la F-1

Esta vez s¨ª. Una marabunta se apoder¨® ayer de la zona del Mar¨ªtim desde primeras horas de la ma?ana. El p¨²blico, entre los que hab¨ªa asistentes o no al gran premio, acudi¨® en masa al circuito urbano valenciano, que se estren¨® a lo grande con la celebraci¨®n de la primera carrera puntuable para el campeonato del mundo de F¨®rmula 1.

La Polic¨ªa practic¨® 17 detenciones por hurto de carteras en la zona del circuito

Los hab¨ªa de todas las edades, sexos y confesiones. Parejas de novios y matrimonios bien avenidos, grupos de amigos, padres con hijos e hijos con padres. Los unos vestidos de rojo, es decir, de Ferrari. Siempre hay seguidores de Ferrari all¨¢ por donde vaya el circo de la F¨®rmula 1. Los otros, en plan anuncio humano de una conocida empresa de telefon¨ªa m¨®vil, en apoyo al l¨ªder del mundial, Lewis Hamilton, de McLaren. Alg¨²n despitado fan de Kubica, por ejemplo. Y el resto, bien de azul, bien de naranja, recuperaba de la memoria lo grande que lleg¨® a ser Renault, escuder¨ªa con la que Fernando Alonso consigui¨® dos t¨ªtulos mundiales. Eran, los seguidores de Alonso, la inmensa mayor¨ªa. Hab¨ªa, as¨ª pues, much¨ªsimos espa?oles. Y, entre ¨¦stos, una mayor¨ªa de valencianos que por primera vez se aproximaban a la F-1.

Entre todos llenaron las gradas del Valencia Street Circuit, que -salvo algunos huecos en determinadas zonas- present¨® un aspecto inmejorable tras una entrada m¨¢s bien floja los dos primeros d¨ªas de pruebas. Seg¨²n la organizaci¨®n, un total de 212.134 espectadores han asistido al Gran Premio de Europa durante los tres d¨ªas de la prueba. Evidentemente, ayer fue el d¨ªa de mayor asistencia. Entre aficionados y miembros de los equipos, Valmor contabiliz¨® un total de 115.123 personas. La capacidad en tribunas, sin contar los palcos para invitados VIP, supera las 112.000 localidades.

La aglomeraci¨®n en torno al puerto, as¨ª como dentro del mismo circuito, fue aprovechada por los siempre avispados carteristas, que preve¨ªan ponerse las botas a costa de los aficionados al motor. La Polic¨ªa Local practic¨®, al menos, 17 detenciones en las inmediaciones de la zona y en el interior del circuito por hurto de carteras.

Y aunque s¨ª hubo muchos aficionados de a pie, escasearon los VIP de renombre. Pese a los esfuerzos de algunos por subir a Valencia en el carro del glamour que mueve este circo de la F¨®rmula 1, el Gran Premio de Europa todav¨ªa no puede alardear de semejanzas con el de M¨®naco, pese a su proximidad al mar y la llegada de yates de lujo. No ha habido ni tantos yates ni tantos personajes susceptibles de llenar el papel cuch¨¦.

Las principales atracciones eran producto nacional. L¨¦ase Marta S¨¢nchez o Paz Vega. Adem¨¢s de cantantes y actrices hubo muchos pol¨ªticos, deportistas, artistas variopintos o estrellas de la prensa del coraz¨®n, como Carmen Mart¨ªnez Bordi¨² y su esposo, Jos¨¦ Campos. Alejandro Agag y Ana Aznar, yerno e hija del ex presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, tambi¨¦n asistieron. Como era de esperar, pues Agag es socio de Adri¨¢n Campos, ex piloto y empresario en esto del automovilismo. Estuvieron, asimismo, todos los pol¨ªticos locales que quisieron y pudieron. Y otros tantos nacionales, incluido el presidente del PP, Mariano Rajoy -que contempl¨® la carrera desde el edificio Veles e Vents junto al presidente de la Generalitat, Francisco Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢- y el ex secretario general, ?ngel Acebes. De entre los deportistas destac¨® el legendario piloto de F-1 Niki Lauda. Tambi¨¦n asisti¨® el piloto de motociclismo Sete Gibernau, as¨ª como futbolistas del Valencia -los que no estaban convocados para la final de la Supercopa en Madrid- y del Villarreal, caso de los internacionales Cazorla o Nihat. Adem¨¢s, tanto el presidente del Real Madrid, Ram¨®n Calder¨®n, como el del Valencia, Vicente Soriano, estuvieron en el gran premio antes de verse de nuevo en la final que enfrentar¨ªa a sus equipos en la capital.

Con una discreta masclet¨¤, el Valencia Street Circuit puso punto final a su primera gran fiesta con un p¨²blico encantado por el espect¨¢culo. Lo de regresar a casa no result¨® tan divertido. El calor y el cansancio se sumaron a las largas caminatas y las largas colas para poder subirse a un taxi, un autob¨²s o un metro. Algunos ni siquiera paraban, pues muchos llegaban ya rebosantes de personal a sus paradas. Hubo usuarios osados que ni siquiera pagaron por el servicio.