'Bombes i banderes'
"Las heredades se han hecho hiermas, y los ¨¢rboles se han secado y el a?ud se ha derruido y las ?equias se han enrronado", se dec¨ªa en un informe sobre el estado de los regad¨ªos de la Corona de Arag¨®n en 1620, narrando un hecho espec¨ªfico, aunque situaciones similares se viv¨ªan en todos los lugares que hab¨ªan habitado los moriscos.
Con este estado de la naci¨®n era necesario repoblar a toda costa las tierras que hab¨ªan quedado desiertas de personal, para lo cual fue necesario echar mano de la inmigraci¨®n, que vino de otros lugares de la Corona o incluso de allende esos dominios, y se integr¨® en los poblados aportando sus modos y sus costumbres.
No fue la peor de ellas el conocimiento que de las virtudes del gorrino ten¨ªan, que resultaron ser muchas pese a ser el animal tan denostado por las culturas musulmanas como enaltecido en las cristianas, ya fuesen los practicantes de dicha religi¨®n sinceros o mendaces, viejos o nuevos, o tan recientes que parec¨ªan convertidos por un soplo en el mismo instante de abjurar de las inc¨®modas y peligrosas antiguas creencias.
Las tierras de La Vall d'Albaida se repoblaron, y con ello se produjo la cultura del embutido, que tantos sabores ha proporcionado a los pueblos que la forman. La botifarra, en especial la de cebolla, goza de amplio predicamento, y no le van a la zaga otros art¨ªculos de carnes remetidas en la tripa del animal, aunque forzoso es reconocerlo, hoy las tripas que se embuten han resultado ser en su mayor¨ªa de col¨¢geno y de quesalina, en vez de veras tripas de cerdo plenas de grasas y prote¨ªnas. Misterios de la gen¨¦tica.
En las poblaciones a lo largo del cauce del r¨ªo Albaida se reproducen, con sus altos y sus bajos, las costumbres aludidas, ya que las culturas, como la flora y la fauna, no suelen ser patrimonio de un solo due?o. As¨ª, a lo largo del r¨ªo y sus alrededores monta?osos, de forma continuada, hay una uniforme flora, con los pinos y frutales -magn¨ªficos albaricoques- y multitud de peque?as hierbas de car¨¢cter espec¨ªfico y sonoro nombre, como la doradilla, el polipodio, el pipirigallo, el culantrillo, la palomilla de nueve hojas o los zapatitos de la Virgen, esta, sin duda, medicinal y muy milagrosa.
Tambi¨¦n, en la ¨¦poca propicia, setas, como el robell¨®n, muy apreciado en su vertiente m¨¢s fina, la lactarius sangifluus, y en la otra m¨¢s vulgar, lactarius delicius, que nos podr¨¢n servir para acomodar unas coques de pebrassos que dar¨¢ gusto comer una vez endomingadas con embutidos de la tierra y alg¨²n que otro trozo de tocino del cerdo en estado puro.
Un arroz al horno; otro, negro con alcachofas; otro, de tordo, y alguno m¨¢s de conejo, de aquellos silvestres de los que la zona parece tener superproducci¨®n.
Y para postre, algo dulce, almoj¨¢banas, o arnad¨ª, o alguna torta de las que se suelen en los pueblos en los que el almendro est¨¢ cercano. Y para pasar la tarde, qu¨¦ mejor que un peque?o rompecabezas: ?Qu¨¦ ex¨®ticos productos contendr¨¢ el tan aclamado arroz de la tierra que lleva por t¨ªtulo amb bombes i banderes?
![Vista de Ontinyent, que lleg¨® a ser la capital del textil de la comarca de La Vall d'Albaida.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/V35GU5MY542ER4AIVX6JUFOWTA.jpg?auth=81c69e315eae92a3df94a17f7d50cecd4a1b5d5cb1a30743e30ebf959927fbf3&width=414)
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