La noche de Iv¨¢n Vasiliev

Dentro de las irregularidades propias de la programaci¨®n estival de danza en Espa?a, la noche del s¨¢bado en el Festival de Cap Roig se puede estimar como una velada de calidad y con el elegante perfume de ser una gala en homenaje a la gran diva del ballet del siglo XX, Maya Plis¨¦tskaya, que a sus 83 a?os cerr¨® la funci¨®n con su emotivo solo gestual Ave Maya, de inspiraci¨®n japonesa, que le regalara Maurice B¨¦jart al cumplir la prima ballerina assoluta moscovita 80 a?os. Fue la vez que m¨¢s firme se la ha visto, sentida, musical, entregada a la pantomima ritual y a todo lo que encierran esos breves braceos o desplazamientos plenos de concentraci¨®n.

Hab¨ªa tres parejas de artistas j¨®venes rusos, dos del Teatro Marinskii de San Petersburgo (Ekaterina Osmolkina y Andr¨¦i Bat¨¢lov; Alina Somova y Vlad¨ªmir Schkiliarov) y una del Teatro Bolsh¨®i de Mosc¨²: Natalia Osipova e Iv¨¢n Vasiliev. La danza espa?ola estuvo representada por Lola Greco y Francisco Velasco. Osipova, ya conocida del p¨²blico espa?ol, de t¨¦cnica explosiva y potente ejecuci¨®n, hizo dos fragmentos cl¨¢sicos acompa?ada de un joven de 19 a?os todo energ¨ªa, arrojo y buen baile; hay que retener el nombre de Iv¨¢n Vasiliev: est¨¢ clar¨ªsimo que est¨¢ destinado a ser grande, si no es que ya est¨¢ en los puestos de salida de serlo. No es s¨®lo un h¨¦roe por su f¨ªsico apol¨ªneo, su t¨¦cnica limpia y su bravura, sino por sus dotes art¨ªsticas. Bailaron Llamas de Par¨ªs y El corsario, y en ambos dej¨® claro que era su noche. Despleg¨® esas secuencias donde se mezclan lo heroico y lo l¨ªrico, t¨ªpico de la escuela de Mosc¨², a¨¦reo, llevando a triple lo que ya siendo doble es un hallazgo del virtuosismo.

Hay que retener el nombre de este bailar¨ªn: est¨¢ claro que est¨¢ destinado a ser grande

Vasiliev encontr¨® buena respuesta en Osipova, que posee s¨®lidas puntas sobre las que riza el rizo de vueltas m¨²ltiples, saltos y desplazamientos de envergadura. Pero Iv¨¢n dio algo m¨¢s, se volc¨® con intensa poes¨ªa actoral en esa parte esencial del ballet que la propia Plis¨¦tskaya reclama para la supervivencia de un arte en peligro de extinci¨®n: la gran danza cl¨¢sica. Se trata de hacer cre¨ªbles piruetas, saltos o elevaciones, llevar las evoluciones al rango del arte. Es buena ocasi¨®n para especular sobre el destino del ballet, el cambio generacional actual aboca definitivamente a un cambio que va m¨¢s all¨¢ de la est¨¦tica de las chicas con las piernas interminables. Ronda al ballet mimetizaciones, globalizaci¨®n de estilo y otros fantasmas. Todo ello hace necesario, vital, que surjan estrellas como Iv¨¢n Vasiliev. Y podr¨ªamos entrar en jugosos detalles de su baile, c¨®mo es actual pero evoca, para bien, la gestualidad de su ¨¢rbol est¨¦tico natural, lo que usufruct¨²a para entregarse al riesgo y rozar, a veces, una excelsa perfecci¨®n de h¨¦roe. Habr¨¢ que seguirle, y ¨¦l rindi¨® reverencia a Maya de la mejor manera que sabe hacerlo, con su baile.