"Los chicos espa?oles"

Estoy igual de enfadado con el equipo estadounidense de baloncesto que con el espa?ol. Estaba acostumbr¨¢ndome a mi actitud de suficiencia respecto a esto de observar el deporte que juego para ganarme la vida. Pero han tenido que llegar y jorobarlo. La final me entretuvo de verdad y casi no lo puedo soportar.

Antes de los Juegos, mi opini¨®n sobre ver los deportes hab¨ªa ca¨ªdo hasta un m¨ªnimo c¨®modo. Pero, cuando Rudy machac¨® por encima de la cabeza de Howard, ca¨ª en las t¨ªpicas payasadas masculinas. Creo que pegu¨¦ un gritito pese a que eran las tres menos cuarto de la madrugada y todos los dem¨¢s en casa estaban durmiendo.

Tambi¨¦n deber¨ªa conceder parte del m¨¦rito a mis compatriotas. Contribuyeron a que el partido fuera divertido. Incluso parec¨ªan estar contentos de verdad con la victoria. Chris Bosh iba pegando saltos con tanta energ¨ªa que, por un momento, podr¨ªa haberlo calificado de infantil. No me malinterpreten; ese momento se desvaneci¨® y no tard¨® en volver a su apariencia normal, la de un Tiranosaurius Rex.

Por encima de todo, me sent¨ª orgulloso del equipo espa?ol a pesar de que no tengo derecho a sentirme orgulloso de ellos (hace que parezca el abuelo de Ra¨²l L¨®pez). Jugaron muy bien. No se equivoquen: es dif¨ªcil concebir un equipo con m¨¢s talento que el que mi pa¨ªs llev¨®. Pero, de no ser por algunos pasos en falso al final, los chicos cuyos apellidos terminan casi todos en z o en vocal podr¨ªan haber ganado. Como mantuvieron ajustado el marcador, me salvaron de tener que o¨ªr c¨®mo Estados Unidos ha vuelto a su supremac¨ªa de anta?o. En cierto modo, ha vuelto, por supuesto, pero la gente mantiene la atenci¨®n durante periodos de tiempo relativamente cortos: se acordar¨¢n del ¨²ltimo partido m¨¢s que de las palizas de las eliminatorias.

Adem¨¢s, el partido hizo mucho bien al baloncesto. Y, aunque est¨¦ acerc¨¢ndome al crep¨²sculo de mi carrera, eso me complace por razones que no llego a entender del todo. S¨ª que s¨¦ que tuve una sensaci¨®n de orgullo cuando sal¨ª por el portal esta ma?ana y mi vecino, que se hab¨ªa quedado despierto hasta tarde para ver el partido, me acribill¨® a preguntas sobre el juego. Quer¨ªa saber d¨®nde jugaban "los chicos espa?oles". Me alegr¨® poder hablarle del Unicaja, el Real Madrid o los Raptors de Toronto.