Damien Hirst cotiza mucho pero no tiene quien le compre
Damien Hirst no es s¨®lo el artista m¨¢s cotizado del Reino Unido, y uno de los mayores a escala planetaria, sino tambi¨¦n el m¨¢s prol¨ªfico. Su desenfrenada capacidad de producci¨®n, sin embargo, no parece encajar en los ¨²ltimos tiempos con el n¨²mero de clientes dispuestos a rascarse los bolsillos para hacerse con una de esas obras, exponentes del arte conceptual en grado sumo. Dos centenares de piezas de Hirst permanecen sin perspectivas de venta en la galer¨ªa londinense White Cube, que ejerce de marchante de su autor desde hace m¨¢s de una d¨¦cada.
La culpa de tal fiasco no puede atribuirse al contexto de crisis econ¨®mica porque, incluso en estos tiempos que amenazan recesi¨®n, el mercado del arte se ha revelado como una inversi¨®n al alza. Quiz¨¢ fuera m¨¢s acertado apuntar a un cierto agotamiento de la figura de Hirst (43 a?os), omnipresente en el panorama art¨ªstico con unas obras que empiezan a perder su capacidad de provocaci¨®n.
Negociante como pocos, Hirst ha decidido concentrarse en el mercado internacional, con la salida a subasta el pr¨®ximo mes de 223 de sus trabajos en la casa Sotheby's. Acord¨® la operaci¨®n directamente con la sala, salt¨¢ndose a la torera la relaci¨®n comercial que le une a la White Cube y deneg¨¢ndole con ello la habitual comisi¨®n del 40%. Ha puesto como excusa el "esnobismo" de muchas galer¨ªas frente a cierta clientela (l¨¦ase magnates rusos o ¨¢rabes), pero los observadores est¨¢n convencidos de que, con ese paso, el artista busca una salida a su voluminosa producci¨®n.
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