Todo vale contra la crisis del disco
Las discogr¨¢ficas editan por sorpresa para evitar filtraciones en la Red. Otra iniciativa convierte a los 'fans' en inversores
El barco de la industria musical se hunde. Hay que soltar lastre. ?Qu¨¦ tiramos primero por la borda? ?La palabra industria o el adjetivo musical? Todo parece indicar que es el adjetivo el que saltar¨¢ por la ventana. Dos ejemplos: la edici¨®n del tercer largo de la banda brit¨¢nica Bloc Party en "formato emboscada" (t¨¦cnica consistente en anunciar por sorpresa la publicaci¨®n de un disco para evitar filtraciones indeseadas en Internet) y el anuncio ayer de que los abogados de los combos Primal Scream y Kaiser Chiefs han dado con la f¨®rmula definitiva para evitar a las malvadas multinacionales gracias a un formato a trav¨¦s del cual el fan es quien financia el disco.
Todo esto no hace sino confirmar que, para que un grupo sea relevante, ya no necesita escribir buenas canciones. "Es marketing, nada m¨¢s", comenta Manuel Torresano, del sello Nuevos Medios. El mismo que en octubre editar¨¢ la versi¨®n f¨ªsica del disco de Bloc Party (desde el 21 est¨¢ disponible en formato online). Torresano se enter¨® de los planes del grupo al mismo tiempo que prensa y fans, y escuch¨® el ¨¢lbum s¨®lo 24 horas antes de que pudiera descargarse. "Tanto lo de lanzar los discos por sorpresa como lo de comprar acciones no son m¨¢s que movimientos en busca de credibilidad. Los sellos tienen la imagen de ser agentes malvados, y los grupos saben que cualquier movimiento que hagan y que parezca que fastidia a una multinacional va a ser celebrado por parte del p¨²blico. Quieren caer bien, aunque decisiones como las de comprar acciones no sean m¨¢s que un chantaje emocional al fan, quien siempre ha financiado los discos. Al final, estamos hablando de todo menos de la calidad de los discos".
El accionista recibir¨¢ un ejemplar gratis en casa y su nombre aparecer¨¢ en los cr¨¦ditos del ¨¢lbum
Se trate de una cortina de humo o de fuegos artificiales pregrabados, como los de Pek¨ªn, el hecho es que Bloc Party ha vuelto a ser noticia, incluso en territorios como el nuestro, donde venden apenas 5.000 copias y muy pocos se apuntan a las descargas.
Bandstocks, el nombre de la compa?¨ªa que ha incluido la variable burs¨¢til en todo este embrollo, parece una iniciativa menos abocada a satisfacer el ego revolucionario de algunos combos y m¨¢s a tratar de rentabilizar las emociones de los fans, convirtiendo su pasi¨®n en una partida de Monopoly. Las acciones de las bandas se comprar¨¢n en paquetes de 10 libras (12,4 euros). Cuando se haya alcanzado una cifra razonable (?unos 124.000 euros?), se proceder¨¢ a grabar el disco. El accionista, con el ¨¢lbum terminado, recibir¨¢ una copia gratis en casa, su nombre aparecer¨¢ en los cr¨¦ditos del ¨¢lbum y tendr¨¢ prioridad a la hora de comprar entradas para las giras de su inversi¨®n.
Fryars, un chaval de 19 a?os, cantautor y primer paquete de acciones que saldr¨¢ a la venta, recordaba que "hab¨ªa tenido muchas ofertas para editar el disco en un sello grande. Pero me decid¨ª por esto, porque creo que es una forma m¨¢s honesta y transparente de editar discos". Esperemos que, si alg¨²n grupo de Bandstocks decide editar su disco en "formato emboscada", al menos los accionistas sean avisados.
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