El sustento de cada d¨ªa
Dicen expertos e intelectuales, de los cuales fue el escritor y gastr¨®nomo Lorenzo Millo gu¨ªa y consuelo, que el arroz al horno constitu¨ªa el sustento de cada d¨ªa, al contrario que la paella u otros arroces de menor nombre pero m¨¢s fuste en cuanto a los materiales a emplear, que se reservaban para cuando el tiempo, la econom¨ªa y la prudencia as¨ª lo aconsejaran.
Escribe Millo: "Una de las causas de su ¨¦xito, radicaba en el hecho de que al ama de casa le daba menos trabajo que otros cocinados, ya que, en realidad, se desentend¨ªa bastante de su elaboraci¨®n. Lo preparaba en su cocina, de la forma habitual; un ligero sofrito, incluido el arroz, y efectuado en sart¨¦n, por separado, dada la advertencia anterior sobre el fuego directo (que rompe las cazuelas de barro, digo yo); posterior adici¨®n del caldo; sazonamiento del mismo; a continuaci¨®n, no hab¨ªa m¨¢s que llevarlo al horno p¨²blico, y luego, m¨¢s tarde, volver de nuevo a buscar la cazuela".
Para el tema de los ingredientes bueno ser¨¢ echar la vista a¨²n m¨¢s atr¨¢s, y convenir con el indispensable Rupert de Nola que los m¨¢s simples enaltecen la cocina, por lo que ser¨¢ suficiente con: "...despu¨¦s tomar una cazuela muy limpia y echarle caldo de carne que sea bien grueso y ponerlo a hervir al fuego, y cuando comenzare a hervir ponle dos o tres hebras de azafr¨¢n de manera que el caldo se pare bien amarillo..."
Muchos a?os despu¨¦s, cuando pasados los tiempos de El Libre de Coch, el hambre ya no hac¨ªa presa en los est¨®magos, las propuestas se adornaron, y hoy se recomienda y emplea a?adir productos c¨¢rnicos, en especial los del cerdo, sean o no embutidos, para que el arroz al horno sea un plato que justifique una comida por s¨ª mismo. Morcillas y longanizas se observan entre los granos de arroz, acompa?adas de costillas y magro del mismo u otro cerdo, y quiz¨¢s patatas, y tomates, tambi¨¦n asados al horno, y una dorada cabeza de ajos rematando el monumento.
Es X¨¢tiva capital de la comarca de La Costera, y goza de bien ganada fama por las haza?as que sus habitantes hicieron en las guerras fratricidas que siempre nos devoraron, y por los hijos ilustres que al mundo ha dado y que recorren la lista de los oficios, profesiones y devociones: de los obispos a los cardenales, y de ¨¦stos a los papas en lo tocante al cielo; y por lo dem¨¢s, taqu¨ªgrafos y marinos, poetas y otros cantantes se reparten la gloria mundana.
Para conocer la comarca no hay sino que seguir el curso del r¨ªo C¨¢?oles, que atraviesa la Font de la Figuera, all¨ª donde nace y crece, y alimenta f¨¦rtiles campos de alfalfa y hortalizas, y, donde no llega alimentar, observa otros en que se imponen olivos y cereales.
Y Mogente, de donde surgi¨® el guerrero ib¨¦rico de extraordinario dise?o, y Vallada, y Montesa, donde los de la orden de referencia ocuparon el castillo que perteneci¨® a los que juraron la Orden del Temple y fueron aniquilados por gran decreto papal, y Canals, y Vall¨¦s, y la propia X¨¢tiva, donde muere en beneficio de las aguas del Albaida.....
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