"Fernando no ha cambiado"
Sentado en el pabell¨®n de Renault de cualquier circuito del mundo, puede pasar inadvertido. A Jos¨¦ Luis Alonso no le gustan las c¨¢maras, la publicidad ni mucho menos el protagonismo. Es el padre de Fernando Alonso, doble campe¨®n del mundo de f¨®rmula 1, y en muchos aspectos es quien ha estado siempre detr¨¢s, tomando decisiones o aconsejando a su hijo de forma absolutamente an¨®nima. Pero firme. Ahora es la columna m¨¢s s¨®lida en que se apoya el asturiano cuando se lamenta de la mala temporada que est¨¢ viviendo -a¨²n no ha pisado el podio- por culpa del bajo rendimiento de su coche o cuando vislumbra las perspectivas de futuro en Honda, Ferrari, BMW o incluso en Renault.
"No", asegura cuando le dicen que hay quien ve muy cambiado a su hijo desde que gan¨® los dos t¨ªtulos en 2005 y 2006. "No es cierto. Yo le veo igual que siempre. No por su actitud conmigo, sino por c¨®mo act¨²a cuando est¨¢ con la familia, con los amigos y con todo el mundo. Es una persona cari?osa y bromista. Pero no puede tomarse una cerveza con las 120.000 personas que acuden a una carrera. Y los que no tienen acceso a ¨¦l son los que m¨¢s le critican".
"Siempre supo que yo deb¨ªa trabajar seis meses para pagarle una carrera de 'karts"
El tormentoso a?o 2007 de Fernando Alonso le empuj¨® a abandonar McLaren para volver a su casa, a Renault
En su relaci¨®n nada ha cambiado. Cuando Fernando Alonso ten¨ªa tres a?os, le sent¨® por primera vez en un kart construido por ¨¦l mismo. Y, desde entonces, han recorrido juntos todo el camino. Su incidencia en la mayor¨ªa de las decisiones de la vida de su hijo ha sido absoluta. "Todas las decisiones fueron consensuadas, eso s¨ª", afirma. Primero, porque era un ni?o, y despu¨¦s, porque Fernando confiaba ciegamente en ¨¦l, sus consejos resultaban determinantes. "Siempre le expliqu¨¦ muy bien las cosas, analiz¨¢bamos las ventajas y los inconvenientes. Hac¨ªamos una criba, que me tocaba a m¨ª, y luego era ¨¦l quien decid¨ªa. Lo hizo cuando pas¨® de los karts a los monoplazas, cuando fich¨® por Renault, cuando se march¨® a McLaren y cuando decidi¨® volver a Renault, aunque ahora Luis [Garc¨ªa Abad] nos ayuda mucho".
En realidad, la primera gran decisi¨®n fue de Jos¨¦ Luis Alonso. La tom¨® en el momento en que le subi¨® a un kart y, en cambio, no le tir¨® un bal¨®n de baloncesto o de f¨²tbol. "No hice nada especial. Le met¨ª en un kart, igual que muchos otros padres ense?aron a sus hijos a pescar o a jugar al tenis. Le llevaba a un circuito y era f¨¢cil que le gustase, porque los coches gustan a todos los ni?os. Y al cabo de un par de a?os ves si tiene aptitudes, porque empieza a ganar carreras".
Fue lo que ocurri¨®. Y Jos¨¦ Luis Alonso tuvo que dar un paso m¨¢s. Lleg¨® la competici¨®n nacional y la internacional. "Era necesario el consenso familiar. Y lo hubo", ha comentado muchas veces. "Si no, habr¨ªa sido imposible. Hubo una gran inversi¨®n en dedicaci¨®n y tiempo, pero no en dinero, fundamentalmente porque no lo ten¨ªamos", afirma para dejar muy claro este concepto. "Siempre quise que supiese el valor de las cosas. Sab¨ªa que una carrera costaba 6.000 euros y que, para ganarlos, su padre deb¨ªa trabajar seis meses". Jos¨¦ Luis Alonso era maestro industrial y trabajaba en una f¨¢brica de explosivos para las minas. Su esposa, Ana, era empleada de El Corte Ingl¨¦s en Oviedo.
"Cuando lo necesitamos, encontramos el apoyo de Gen¨ªs Marc¨® [propietario de varias pistas de karts y de una potente escuder¨ªa]". Y luego le cogi¨® la marca Iame y le hizo piloto oficial. As¨ª que de los 13 a?os a los 18 fue m¨¢s o menos profesional. Eso no impidi¨® que Jos¨¦ Luis tuviera que acompa?arle a Italia cada fin de semana en coche, para que el lunes pudiera reincorporarse a sus estudios. "No tuvo que dejarlos hasta los 18 a?os, cuando ya hab¨ªa concluido el bachillerato". De los karts, Alonso pas¨® a las World Series, y de all¨ª, a la F-3000.
Ten¨ªa 19 a?os cuando fich¨® por un equipo de F-1 y en 2003 debut¨® en Renault, siendo el m¨¢s joven en lograr la pole position, el primer podio y la primera victoria. "Entonces todav¨ªa me preguntaba si hab¨ªamos acertado; pensaba que si fracasaba, pod¨ªa encontrarme en casa con un chico de 20 a?os sin oficio ni beneficio", confiesa Jos¨¦ Luis. "S¨®lo cuando en 2005 le vi liderar el campeonato mundial, cre¨ª que ten¨ªa la vida solucionada. 'Acertamos', me dije entonces".
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