Tranquilidad total en Mallorca
HOTEL ES RATXO, un coqueto retiro rural en el interior de la isla balear
En la isla de Mallorca todav¨ªa es posible la aventura. Pero lejos de la costa, por los andurriales aparentemente in¨¦ditos que ascienden desde el pueblecito de Puigpunyent, al pie del tot¨¦mico Puig de Galatz¨®. All¨ª ha surgido casi de la nada un h¨¢bitat de cuento para el solaz de quienes huyen del mundanal ruido a pocas horas de avi¨®n de sus hogares. Hasta hace poco se distingu¨ªa entre la espesa floresta un caser¨ªo semiderruido y unas cuadras anexas que hab¨ªan conformado la identidad geogr¨¢fica de una possessi¨® mallorquina propiedad en el siglo XVI del enigm¨¢tico Comte Mal. Su leyenda aullando desde los infiernos a lomos de un corcel verde ha asustado por generaciones a los ni?os de la isla. El lugar invita a la exploraci¨®n: un sendero de 3,5 kil¨®metros se adentra por el parque natural de la Reserva de Galatz¨® y sigue la huella de los antiguos carboneros en excursiones organizadas (m¨¢s informaci¨®n en la web www.lareservaaventur.com).
HOTEL ES RATXO
Categor¨ªa: 5 estrellas. Direcci¨®n: Camino de Son Net, s/n. Puigpunyent (Mallorca). Tel¨¦fono: 971 14 71 32. Fax: 971 61 41 80. Web: www.esratxohotel.com. Instalaciones: jard¨ªn, piscina, spa, sal¨®n, bar, comedor. Habitaciones: 12 dobles, 10 j¨²nior suites, 3 suites; con calefacci¨®n, aire acondicionado, tel¨¦fono, TV sat¨¦lite, minibar, secador, albornoz. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, no admite animales, transporte al aeropuerto. Precios: desde 195 euros + 7% IVA la habitaci¨®n doble. Tarjetas: American Express, Diners Club, MasterCard, Visa.
El hotel se descubre en su hondonada desde la vertiginosa carretera de acceso a las fuentes del Ratxo, muy refrescantes en verano. Es un conjunto de edificaciones r¨²sticas mimetizadas en el paisaje, unas rescatadas de la ruina con mucho respeto por los sucesivos retoques de su fachada y otras de nueva planta en las que se ha pretendido un remedo de lo que existi¨® en tiempos del conde malo.
Jardincitos y parterres
En los recodos y encuentros, fieles a la topograf¨ªa del valle, medran jardincitos y parterres con arbustos, arriates y hiedras ensortijadas en los muros. El tiempo har¨¢ de ellos una delicia sensorial. Una piscina de horizonte infinito, junto a la caseta utilizada como spa, marca los l¨ªmites habitables de la finca. M¨¢s all¨¢, el bosque impone su autenticidad.
Arcos y escaleras de piedra, fuentes perfectas, ventanas sim¨¦tricas, dinteles de madera y pasamaner¨ªa de forja crean adentro una imagen de postal. Su aparente rusticidad contrasta con la decoraci¨®n de las 25 habitaciones, definida en claves m¨¢s actuales y urbanas, algo trompicada en la disposici¨®n del mobiliario, pese a la holgura del espacio concedido a cada dormitorio. Dos cuadros abstractos intrascendentes remedian el horror vacui que debieron de sentir sus art¨ªfices en las paredes y tambi¨¦n en los suelos, alfombrados sobre el terrazo. Cierto es que nada falta para sentirse en familia, ni siquiera un monitor panor¨¢mico de televisi¨®n instalado sobre un aparador seudocastellano...
El hotel deleita mejor en otros ¨¢mbitos menos privados, como el restaurante Sa Tafona. En parte situado sobre la antigua almazara, se aplica en una cocina de tradici¨®n renovada y algunos gui?os a la modernidad, as¨ª como en una bodega seleccionada con mucho criterio. Una terraza exterior da servicio, si se quieren vistas y ox¨ªgeno, a unos desayunos de buf¨¦ simplemente alimenticios.
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