Detr¨¢s de toda mujer hay un gran gay
'Sexo en Nueva York'? ?se es el show de cuatro mujeres que act¨²an como cuatro gays, ?no?". La frase -aunque pueda parecerlo- no pertenece a ning¨²n cr¨ªtico homof¨®bico o a alg¨²n detractor de la serie -que arrasa ahora en su formato cinematogr¨¢fico-. La frase sali¨® de la boca de Marge, la encantadora esposa de Homer, en un cap¨ªtulo de Los Simpson.
Existe un t¨®pico que reza que declararse homosexual en Hollywood es el equivalente a un billete de ida a la nada; no sucede lo mismo con la televisi¨®n. En el universo cat¨®dico no hay necesidad alguna de distorsionar la sexualidad, y aunque a d¨ªa de hoy no existe ninguna constancia de que los gays est¨¦n armando un lobby (grupo de presi¨®n) para impulsar sus intereses, quiz¨¢ deber¨ªan pensar en ello.
Tras los pasos del gur¨². Darren Star, de 47 a?os, es el productor de moda. Lo ha sido durante los ¨²ltimos 18 a?os, desde que a principios de los noventa se sac¨® de la manga una serie llamada Sensaci¨®n de vivir (de la que prepara un remake para este mismo a?o), seguida de Melrose place y Sexo en Nueva York, que en 1998 se convirti¨® en el show preferido de millones de mujeres (y hombres) en todo el mundo. Star es lo que la prensa estadounidense denomina openly gay (abiertamente homosexual). Los programadores le adoran y es uno de los iconos de la televisi¨®n para mujeres, que este a?o han podido engancharse a Cashmere Mafia (otra serie protagonizada por f¨¦minas). El productor prepara adem¨¢s con HBO -la cadena que crey¨® en Sexo en Nueva York desde el principio- Diary of a Manhattan call girl, otra serie que busca la complicidad de la audiencia femenina. La adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de la serie, que ya lleva acumulados en taquilla 150 millones de d¨®lares s¨®lo en Estados Unidos, es obra de Michael Patrick King, mano derecha de Star e igualmente gay, quien dirigi¨® algunos de los mejores episodios de la serie en sus ¨²ltimas temporadas.
Star y King son los arietes de una nueva especie que ha surgido en la ¨²ltima d¨¦cada, el productor-escritor gay que escribe (y lo hace a la perfecci¨®n) prioritariamente por y para el p¨²blico femenino, hurgando en sus constantes vitales, con una sorprendente habilidad para seducir a una audiencia deseada. Larry Gross, profesor de comunicaci¨®n en la Universidad de Pensilvania, declaraba a The New York Times: "Sexo en Nueva York es un ejemplo de personajes gays transformados en mujeres heterosexuales, mujeres a las que les gusta hablar abiertamente de sexo y pedir bebidas fuertes".
Medidas desesperadas. Mark Cherry es el multimillonario creador de Mujeres desesperadas. Cherry adquiri¨® popularidad en los noventa cuando formaba parte del elenco de escritores de Las chicas de oro, para muchos la semilla y el aut¨¦ntico referente para Carrie y su tropa de Sexo en Nueva York. Despu¨¦s sufri¨® de lo que ¨¦l mismo defini¨® en el diario Washington Post como "sequ¨ªa creativa" hasta que decidi¨® "escribir una historia bas¨¢ndome en las experiencias de mi madre y de mis amigas, que se pasan el d¨ªa hablando de hombres o de la falta de ellos". As¨ª naci¨® Mujeres desesperadas, una serie que ataca directamente a las mujeres que integran la audiencia estadounidense. "Es absurdo que un 60% de los espectadores potenciales sean mujeres y que a pesar de todo no dejemos de producir series del tipo macho-men", afirmaba el cr¨ªtico William Booth en la web sobre radio y televisi¨®n The Age. Cherry declar¨® que "si creces siendo gay, pronto te ves inmerso en un mundo de secreto tras secreto tras secreto, y est¨¢ claro que eso cambia tu forma de ver las cosas. As¨ª que entiendo muy bien la naturaleza de eso? de los secretos".
Pronto la serie lleg¨® al n¨²mero uno y algunos medios de comunicaci¨®n empezaron a prestar atenci¨®n al hecho de que los escritores, directores y productores gays estuvieran copando los primeros puestos de las parrillas televisivas con productos espec¨ªficamente femeninos. "?Es esto una coincidencia? Los escritores gays te dir¨¢n que las relaciones humanas son algo universal. Y tienen buenas razones para decirlo: los escritores gays sufren el riesgo de ser tachados de? escritores gays", dec¨ªa James Poniewozik en la revista Time. De hecho, King, Star y Ryan Murphy (el creador de Nip/Tuck) se negaron a participar en el art¨ªculo y raramente discuten sobre su sexualidad, seguros de no mezclar churras con merinas.
A varios metros bajo tierra. Uno de los creadores homosexuales que nunca han tenido problemas para discutir sobre ese factor como motor creativo ha sido Alan Ball, el cerebro tras la pel¨ªcula American beauty y la serie A dos metros bajo tierra (adorada por la audiencia femenina), quien declar¨® en la mencionada Time: "Siendo gay, cuando eres adolescente tienes una desagradable noci¨®n de lo que es ser un rebelde. Todos los referentes que son normales para los dem¨¢s no lo son para ti". Ball, al igual que Murphy, ha desarrollado gran parte de su carrera en el mundo de la televisi¨®n por cable, donde los creadores gozan de una gran cuota de libertad. Precisamente en una de esas cadenas, HBO, Ball presentar¨¢ en octubre su ¨²ltimo proyecto, True blood, sobre la historia de una chica que se enamora de un vampiro -que ha salido del armario-. Tal y como confes¨® el copresidente de la cadena, Richard Plepler, a EPS, la ¨²ltima serie de Alan Ball "da otra vuelta de tuerca al tema de las relaciones humanas". El precepto de la serie es que un laboratorio japon¨¦s ha logrado fabricar sangre artificial, as¨ª que los vampiros ya no tienen necesidad de ocultarse y empiezan a salir del armario, todo ello contemplado -de nuevo- a trav¨¦s de los ojos de una mujer (Anna Paquin) con capacidad para leer la mente de sus semejantes.
Bryan Singer, uno de los pocos habituales de Hollywood que han reconocido su homosexualidad (realizador de Sospechosos habituales y de Valkiria -a¨²n por estrenar-), se prepara para rodar Football wives, una adaptaci¨®n de la serie brit¨¢nica Footballer's wives, que disecciona la vida de un grupo de mujeres casadas con jugadores de f¨²tbol americano (en el original eran jugadores de f¨²tbol) desde una ¨®ptica que recuerda a Mujeres desesperadas, pero sin sus azucaradas dosis de humor negro.
Jon Robin Baitz (creador de Cinco hermanos), Greg Berlanti (Eli Stone, Dirty sexy money), Max Mutchnick (Will and Grace), David Crane (productor ejecutivo y guionista de Friends), Joe Keenan (Frasier), Kevin Williamson (Dawson crece) o Bryan Fuller (Heroes, Pushing Daisies), todos declaradamente gays, son otros de los protagonistas de un movimiento que muchos de ellos se negar¨ªan a calificar como tal, pero que ha dejado -y est¨¢ dejando- huella en el ¨¢mbito de la televisi¨®n mundial.
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