?Qui¨¦n manda aqu¨ª?
Algunos creen que un gobernante manda a capricho, decidiendo seg¨²n su humor y su inspiraci¨®n. En Galicia nos acostumbr¨® a eso la ¨¦poca de la Xunta de Manuel Fraga, un personaje con un agudo sentido teatral que encarn¨® hasta el extremo esa figura de gobernante caprichoso y carism¨¢tico. Hay, por el contrario, quien cree que los gobernantes no mandan ni deciden sobre nada, pues tanto las maquinarias de los partidos como los poderes f¨¢cticos ya lo determinan todo. Es decir, que la pol¨ªtica no tiene autonom¨ªa alguna, que no sirve para nada, y que un presidente no gobierna.
En el ¨²ltimo mes hemos visto como pol¨ªtica y gobierno, esas abstracciones, se encarnaban en alguien concreto. Todo gir¨® alrededor de Emilio P¨¦rez Touri?o, secretario general del PSdeG y presidente de la Xunta. El posible adelanto electoral fue la causa y la disculpa. Mientras ¨¦l callaba, se discuti¨® el posible adelanto: si era leg¨ªtimo, si era conveniente, a qui¨¦n favorec¨ªa...
Con Touri?o el PSdeG empez¨® a hacer oposici¨®n, con los medios y un sector de su partido en contra
La decisi¨®n tomada al fin, acabar la legislatura, seguramente sea la m¨¢s conveniente para Galicia y tambi¨¦n para la Xunta bipartita y su presidente. El verdadero gobierno son proyectos a medio plazo que piden tiempo, y la Xunta y su presidencia demuestran as¨ª que no hay provisionalidad. Pero lo interesante es como se plante¨® el debate y como se resolvi¨®. Rod¨® la especulaci¨®n un mes. Durante ese tiempo, todos, incluido su partido, sus conselleiros y socios de gobierno tuvieron su destino inminente en las manos de P¨¦rez Touri?o, enigm¨¢tico cual esfinge despert¨® la tensi¨®n electoral de todos.
El suspense mantenido este mes hizo ver que es ¨¦l quien manda en la legislatura, en la Xunta y en la pol¨ªtica gallega. Touri?o tiene que gobernar en coalici¨®n con el BNG, lo cual permiti¨® hasta aqu¨ª a sus competidores y adversarios cuestionar su liderazgo. Pero desde hace un mes eso ha cambiado, ha hecho valer su presidencia desmintiendo las acusaciones del PP de ser un semipresidente. Por otro lado, ese sacar pecho presidencial hace crecer la soledad e impotencia del l¨ªder popular, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, tan lejos ahora de la Xunta.
Ya que el rumor de un adelanto parti¨® de la organizaci¨®n del PSOE y del PSdeG, de paso hizo ver qui¨¦n manda en el PSdeG. Y como el debate entr¨® en la agenda pol¨ªtica espa?ola tambi¨¦n le dio un protagonismo que le permiti¨® a Touri?o acabar de presentarse como lo que ya viene anunciando en los ¨²ltimos meses: un nuevo tipo de bar¨®n con el que hay que contar para definir el proyecto de Estado. Habla de Espa?a, mantiene una posici¨®n cr¨ªtica, clara y definida frente a las reclamaciones financieras de la Generalitat y del PSC, pero equidista de andaluces, extreme?os, castellano-manchegos, aragoneses..., pues mantiene la idea de una Espa?a "plural". Todo indica que desea tener m¨¢s peso en el PSOE. Lo presenciado estos d¨ªas deber¨ªa obligar a revisar la imagen m¨¢s extendida de Emilio P¨¦rez Touri?o, la de un pol¨ªtico gris, sin car¨¢cter ni aristas, sin gancho populista, tecn¨®crata sin perfil pol¨ªtico, t¨ªmido... Aunque bastar¨ªa recordar sus pasos. Desde que es secretario general del PSdeG, derrot¨® en el partido a Francisco V¨¢zquez y su facci¨®n, aunque atraves¨® un desierto.
El partido socialista empez¨® al fin a hacer oposici¨®n al PP, pero tuvo que hacerlo teniendo a un sector de su partido que lo traicionaba y con todos los medios de comunicaci¨®n en contra. S¨®lo recordar eso deber¨ªa obligar a revisar esa idea de un pol¨ªtico sin car¨¢cter. Guste o no a sus rivales y adversarios, Touri?o es bastante m¨¢s que testarudo. Demostr¨® antes y ahora voluntad, aguante y decisi¨®n. Y, aunque apoy¨® a Zapatero de forma decidida desde la primera hora, mantuvo siempre respecto de ¨¦l una media distancia que le permite ahora marcar su terreno. Depende de s¨ª mismo, de su soledad. No es un "mingurrillas" como quieren verlo a veces sus adversarios, aunque yo m¨¢s bien dir¨ªa que deber¨ªan temerlo.
Emilio P¨¦rez Touri?o vive su hora. No s¨®lo ha demostrado que es un gobernante due?o del tiempo pol¨ªtico, sino que tambi¨¦n tambi¨¦n ha ense?ado al fin su ambici¨®n. No pretende estar ah¨ª, porque adem¨¢s de afirmar su autoridad y marcar su territorio, el espacio, pretende dejar su marca personal en el tiempo y en la sociedad gallega.
Seguramente que el presidente de la Xunta estuvo haci¨¦ndose consideraciones de todo tipo, pero probablemente tambi¨¦n el haber dejado pasar un mes responde a una intenci¨®n: hacer ver tanto a partidarios como a adversarios, y a la ciudadan¨ªa en general, qui¨¦n manda aqu¨ª.
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