Nueva Orleans celebra el paso del Gustav

Un inmenso y profundo alivio. Es lo que se respiraba ayer entre los residentes que se quedaron en Nueva Orleans desobedeciendo la orden de evacuaci¨®n forzosa del Ayuntamiento. El Gustav lleg¨®, pas¨®, se transform¨® en tormenta tropical y la ciudad casi desierta descans¨®. No tendr¨¢n que enfrentarse econ¨®mica y psicol¨®gicamente a otra tragedia como el Katrina.

La urbe sufre un estr¨¦s postraum¨¢tico que algunos califican de insuperable

Ahora se discute si el Ayuntamiento exager¨® al evacuar a los residentes

El lunes por la tarde, cuando la lluvia y el viento empezaron a calmarse, los vecinos del barrio franc¨¦s salieron de sus guaridas. Hab¨ªan fortificado sus casas cubriendo las ventanas y puertas con tablones de madera. En la calle Bourbon casi todos los locales segu¨ªan cerrados, pero de un bar en el que se celebraba con cerveza la no tragedia sal¨ªa blues a todo volumen. La m¨²sica volv¨ªa a Nueva Orleans. En los balcones asomaban las primeras caras. Fumaban cigarrillos y dejaban respirar aire fresco a sus perros.

El barrio sal¨ªa del encierro preventivo mientras el alcalde ped¨ªa a los evacuados, m¨¢s de 200.000, que no regresaran a¨²n. Han puesto controles en las afueras para impedir la vuelta desorganizada. Los servicios municipales estaban ayer arreglando los desperfectos, reparando el tendido el¨¦ctrico y las ca?er¨ªas y retirando los ¨¢rboles ca¨ªdos. Pero, seg¨²n el Ayuntamiento, el peligro de tornados aconseja esperar unos d¨ªas antes de permitir el retorno.

En la esquina del Johnny White's Bar & Grill, en el barrio franc¨¦s, j¨®venes y mayores beb¨ªan y hablaban del benevolente paso del hurac¨¢n. Muchos decidieron quedarse porque no se creyeron las apocal¨ªpticas predicciones del alcalde, Ray Nagin, que dijo que Gustav iba a ser "la madre de todas las tormentas". Adem¨¢s, se sent¨ªan m¨¢s seguros porque el barrio est¨¢ construido en la parte alta de una ciudad situada casi toda ella bajo el nivel del mar. Y ten¨ªan miedo de abandonar sus casas por el recuerdo de los saqueos y robos tras el Katrina.

"Al final la polic¨ªa ha hecho un buen trabajo y despu¨¦s de la evacuaci¨®n hab¨ªa patrullas y militares vigilando toda la ciudad", dice Dan Phelnan, un residente de toda la vida con barba blanca, pendientes y varios collares de metal sobre su camiseta blanca. "Pero yo ten¨ªa dudas. Los ¨ªndices de delincuencia son brutales y todos tenemos en la cabeza lo que ocurri¨® hace tres a?os. Tengo una colecci¨®n de arte que no iba a abandonar", a?ade. "Yo tampoco pod¨ªa dejar mi casa y mi negocio sin proteger", dice Tamara Seene, de 29 a?os. "En 2005 tard¨¦ semanas en saber si lo hab¨ªa perdido todo".

La ciudad vive una situaci¨®n de estr¨¦s postraum¨¢tico por el Katrina que algunos califican de insuperable. "Yo estaba fuera, pero los que lo vivieron tienen determinadas im¨¢genes grabadas que no pueden olvidar", dice Chris Banner, un pintor californiano con estudios de psiquiatr¨ªa que vive en Nueva Orleans desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. "?C¨®mo olvidas 1.500 fallecidos, los cad¨¢veres podridos en la calle, el olor a muerte, los cuerpos mutilados, el haberlo perdido todo?", se pregunta. "Les dicen que sigan adelante, pero es dif¨ªcil. Muchos necesitan medicarse. El propio alcalde tiene estr¨¦s postraum¨¢tico y por eso en esta ocasi¨®n ha evacuado a toda la ciudad quiz¨¢ sin ser necesario".

Ahora se discute si el Ayuntamiento exager¨® desalojando la ciudad. S¨®lo 10.000 personas se quedaron. El resto se march¨® en sus veh¨ªculos o en el transporte p¨²blico dispuesto por las autoridades, y ahora espera en moteles y refugios. Pero el alcalde declar¨® en una entrevista en la cadena CBS que volver¨ªa a actuar igual.

"Vale, es cierto, ha sido una falsa alarma", dice Tamara Seene. "Pero, ?y si no lo hubiera sido? Ya hemos tenido bastante tragedia y aqu¨ª hay muchos barrios que se inundan en seguida. Ante la duda, mejor ser precavidos. El alcalde exager¨® para que la gente se marchara, pero nadie sab¨ªa lo que iba a pasar. Yo me hubiera ido si no viviera en una zona alta. Y lo bueno es que los diques aguantan al menos un hurac¨¢n de intensidad media. Hemos aprendido algunas cosas desde el Katrina".

"Una vez pasado el susto, ahora podemos seguir con una reconstrucci¨®n que est¨¢ muy lejos de haber terminado", dice Dan Phelnan. "El 30% de la poblaci¨®n no volvi¨® [tras el Katrina]. Faltan infraestructuras, hospitales, controlar la delincuencia, nadie acaba de tener claro qu¨¦ ha pasado con los subsidios... La ciudad est¨¢ empezando a resurgir de sus cenizas, pero queda tant¨ªsimo por hacer...". Una casa cercana recuerda la historia reciente de los huracanes que han azotado la ciudad, algunos marcando su destino para siempre. En la esquina de las calles Royal y Orleans, los tablones de madera que tapan las puertas dejan constancia: Georges 1999, Isidore y Lili 2002, Ivan 2004, Katrina y Rita 2005. El pr¨®ximo en aparecer en letras negras ser¨¢ Gustav, el que dio un respiro a Nueva Orleans.