Ya estamos
Todo parece indicar que hemos entrado ya en periodo preelectoral. Aunque de forma colateral, las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas asoman ya en las declaraciones de nuestros l¨ªderes y hasta los temas mayores de la agenda pol¨ªtica adquieren un sesgo t¨¢ctico que los aligera de sustancia y comienza a relegarlos al ¨¢rea de servicio. De ser objetivos concretos a realizar se transforman ya subrepticiamente en materia electoral, materia que tratar¨¢ de ganar nuestras voluntades y que se orientar¨¢, como parece previsible, a ahondar en el gran cisma. El revuelo de la consulta, que se desatar¨¢ en fechas pr¨®ximas, ser¨¢, lo est¨¢ siendo ya, un revuelo interno nacionalista, y no creo que lo saque del gallinero interior apelaci¨®n alguna a instancias internacionales, seguramente poco proclives a complicarse la vida con problemas menores de cuyas consecuencias, cuando van a mayores, a¨²n se est¨¢ pagando un escarmiento tr¨¢gico. Vocer¨ªo nacionalista, por lo tanto, vocer¨ªo de inmolaci¨®n que marcar¨¢ el tono de una campa?a que, acentuando el perfil de todos los comicios recientes, girar¨¢ en torno a nuestra identidad.
Las identidades, como nos recuerda Amartya Sen, no se descubren, sino que se eligen
A m¨ª todo este asunto de la identidad me aburrir¨ªa mucho si no me resultara deprimente. Soy vasco, no me cabe duda, pero adem¨¢s soy otras muchas cosas y, sin dejar de ser ninguna de ellas, soy sobre todo y fundamentalmente Yo, una observaci¨®n que se les suele escapar a quienes hablan de identidades plurales. No quieran ver en esto una declaraci¨®n de individualismo rabioso; se trata, m¨¢s bien, de una declaraci¨®n de fe en mi libertad. Las identidades, nos recuerda Amartya Sen, no se descubren -como si fueran fuente de un destino-, sino que se eligen, y conviene a?adir que se transacciona con ellas, transacci¨®n que es al yo al que le compete realizar. En ocasiones, uno tendr¨¢ incluso que enfrentarse a lo que se le ofrece como imagen de su identidad, imagen con la que no podr¨¢ estar de acuerdo.
Miren, yo soy de Zumaia. No es que haya nacido all¨ª, es que soy de all¨ª, y eso lo tengo m¨¢s claro que lo de ser vasco. Y soy de all¨ª, porque ese Yo m¨ªo al que antes me refer¨ªa se configur¨® all¨ª de forma poderosa, lo que igual les puede parecer a ustedes una manera at¨ªpica de reclamarse de ninguna parte. Poseo adem¨¢s all¨ª un terrenito de dos metros cuadrados, en el que no me injertar¨¢n como un extra?o, ya que est¨¢ repleto de cenizas familiares, o sea, de ra¨ªces. Sin embargo, pese a ser de all¨ª, me resulta estomagante toda la cursiler¨ªa kitsch que se vende por estas tierras como marca de identidad y que me asalta en los peri¨®dicos todos los d¨ªas. No s¨¦ si ese parque tem¨¢tico, tan igualito al que se da tambi¨¦n por otras tierras, es aut¨¦ntico, pero a m¨ª me resulta ajeno. Las identidades no s¨®lo se eligen, tambi¨¦n se construyen, sobre todo desde el poder pol¨ªtico, y no se tiene tampoco por qu¨¦ estar de acuerdo con la que tratan de imponernos. Les dec¨ªa que adem¨¢s de vasco uno es otras muchas cosas, y a?ado que se puede ser vascos de diversas maneras, y a¨²n me atrevo a decir que uno mismo - yo, por ejemplo- puede serlo de distintas maneras a lo largo de su vida. El compromiso ¨¦tico puede ser aleccionador en este sentido.
Nos preparamos para unas elecciones identitarias, en las que velada o abiertamente se discutir¨¢ sobre qui¨¦n es m¨¢s o menos vasco. Veo que tambi¨¦n los socialistas se preparan para ese terreno de juego, y leo estas palabras de Ram¨®n J¨¢uregui: "No se puede ser l¨ªder en el Pa¨ªs Vasco sin tener una conexi¨®n con los elementos m¨¢s esenciales de su identidad". S¨¦ que J¨¢uregui trata de ilustrar con esas palabras la orientaci¨®n actual de su partido, con la que no estoy en desacuerdo. Hay realidades, bien arraigadas en este pa¨ªs, de las que los partidos pol¨ªticos no pueden desentenderse, y los no nacionalistas han pecado de ello. Me pregunto, no obstante, si es en t¨¦rminos de identidad -y de identidad esencial- como habr¨¢ que asumirlas y si no ser¨¢ tarea de los socialistas afrontarlas desde perspectivas m¨¢s generosas. Hacerlo de una u otra forma no resulta inocente de cara al futuro.
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