Relato
Los fabricantes de pol¨ªticos prestan cada vez m¨¢s atenci¨®n a algo que llaman "narrativa", o "relato". No se trata de esas historietillas que nos cuentan en las campa?as electorales, sino, hasta donde alcanzo a entender, a la capacidad que posee el pol¨ªtico para integrarse (¨¦l, su biograf¨ªa, sus circunstancias, su mensaje) en el relato que la gente hace de su propia vida. ?se podr¨ªa ser, dicen, el punto fuerte de Sarah Palin, la aspirante republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos. Veremos.
En cualquier caso, lo de la "narrativa" tiene sentido. La comercializaci¨®n de candidatos, las series televisivas y dem¨¢s g¨¦neros de la ficci¨®n popular alcanzan el ¨¦xito cuando consiguen que su relato parezca el nuestro, y el nuestro, el suyo. Cu¨¦ntame, que anoche estren¨® su d¨¦cima temporada, ya lo ha logrado. La familia Alc¨¢ntara forma parte de nuestro imaginario colectivo, y se ha introducido en ¨¦l sin cometer indignidades. No es poco.
A causa de una larga excursi¨®n por el extranjero, no pude ver cuando se emitieron los much¨ªsimos episodios anteriores. He tenido que ponerme al d¨ªa en poco tiempo, y la tarea no me ha resultado penosa. La muy comprobada qu¨ªmica entre Imanol Arias (Antonio) y Ana Duato (Mercedes), la sobredosis justa de alm¨ªbar y la fluidez de los guiones hacen de Cu¨¦ntame una excelente serie de entretenimiento.
La nueva temporada cuenta con un personaje invisible: Adolfo Su¨¢rez, ese pol¨ªtico al que tanto apaleamos en su momento y al que tanto queremos ahora. Su¨¢rez, al que Antonio Alc¨¢ntara elige como inspiraci¨®n, es hasta cierto punto el hilo conductor de los nuevos cap¨ªtulos. Tambi¨¦n aparece, fugazmente, el desnudo de Pepa Flores. Aquellas fotos, con las que tal vez nos despedimos de Marisol, fueron un hito, el fin de una ¨¦poca y el principio de otra.
Su¨¢rez y Pepa Flores forman parte del relato vital de mi generaci¨®n y las generaciones colindantes. Creo que el silencio, impuesto por la enfermedad en un caso, hermosamente voluntario en el otro, ha hecho aumentar su estatura. A veces se da esa paradoja en la narraci¨®n colectiva, y el silencio de algunos personajes les eleva por encima de los dem¨¢s.
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