Mar en el templo de Debod y sol nocturno en Chueca

Aunque empez¨® hace casi una d¨¦cada en los pa¨ªses n¨®rdicos y luego la adoptaron Par¨ªs, Bruselas, Roma y Riga, La Noche en Blanco ya es casi tradici¨®n en Madrid. Qui¨¦n no recuerda las riadas humanas de madrugada por el paseo de la Castellana, la Gran V¨ªa o la calle de Alcal¨¢ para ver esa puerta hist¨®rica de la ciudad envuelta en una nube al estilo del Golden Gate...

Estuvo a punto de morir de ¨¦xito en las pasadas ediciones (600.000 personas el primer a?o, y 1,5 millones el segundo). Quiz¨¢ por eso, en esta tercera, el navarro Pablo Ber¨¢stegui, comisario general por segundo a?o consecutivo, ha puesto el ¨¦nfasis en la "ampliaci¨®n de las rutas" y en la "diseminaci¨®n de las propuestas por calles y plazas", as¨ª como en la mejora de la locomoci¨®n: gran parte del centro se cortar¨¢ al tr¨¢fico, habr¨¢ b¨²hos y circulares toda la noche y metro hasta las 3.00, seg¨²n explicaba ayer en la presentaci¨®n de esta tercera edici¨®n, que ha contado con un presupuesto de 1,5 millones de euros, 250.000 menos que en 2007.

As¨ª, el pr¨®ximo s¨¢bado, con el leitmotiv de "la ilusi¨®n" y bajo el lema de que "El mejor sue?o ocurre con la ciudad despierta", Madrid volver¨¢ a convertirse en un escenario gigante para acoger las propuestas de 295 artistas y 170 actividades, desde las 21.00 hasta las 6.00.

En esta ocasi¨®n, el Palacio de Telecomunicaciones se llenar¨¢ de los besos de la artista Teresa Sapey; y la Puerta de Alcal¨¢ har¨¢ honor a su nombre y a su origen, y se podr¨¢ cruzar andando en una instalaci¨®n realizada por el vallisoletano Eugenio Ampudia (Evacuad Madrid). Habr¨¢ sitio, como siempre, para las artes pl¨¢sticas, el cine, el teatro y la m¨²sica. Pero, adem¨¢s, este a?o la organizaci¨®n ha realizado un esfuerzo explicativo de las distintas propuestas art¨ªsticas. Lo han llamado Reflex (de reflexi¨®n). Y son un conjunto de actividades (conferencias, talleres, visitas guiadas a estudios de artistas, encuentros...) previos a la noche del 13 de septiembre, que pretenden hacer al espectador m¨¢s conocedor de aquello que observa y, con ello, incrementar su disfrute y su capacidad interpretativa. Es una manera de huir de lo ef¨ªmero de esta brutal exposici¨®n temporal (apenas 10 horas) de la obra, una manera de hacerla m¨¢s perdurable y, en cierto modo, un contrapunto a esta cultura del espect¨¢culo y de fuegos artificiales (tambi¨¦n los habr¨¢) que caracteriza a La Noche en Blanco.

Porque, esta vez, quien quiera podr¨¢ sentir el mar en el Templo de Debod, con un espect¨¢culo musical (Wave Phases) que evoca una playa, del artista estadounidense Bill Fontana. O se podr¨¢ ver un firmamento en el suelo de la Explanada del Rey a trav¨¦s de la obra del napolitano Giancarlo Neri y sus 10.000 bombillas. Quien quiera podr¨¢ tomar el sol en una hamaca, como en el Tr¨®pico de Capricornio, pero en la plaza de V¨¢zquez de Mella, gracias a una instalaci¨®n de Fabric I CH (Perpetual (tropical) sunshine). Ser¨¢ una noche alumbrada por la luna llena, agrandada con la gigantograf¨ªa Luna/Gong de Chema Madoz, que se desvelar¨¢ a las 21.00, por supuesto con fuegos artificiales.