La estrafalaria moda tokiota
Una antrop¨®loga analiza en un libro las tendencias urbanas japonesas
La sociedad japonesa es una mina para cualquier antrop¨®logo occidental: consumista, introvertida, trufada de tribus urbanas y movimientos estrafalarios. Y si el experto resulta ser joven y biling¨¹e de japon¨¦s, saltan chispas. "Me enamor¨¦ de Jap¨®n nada m¨¢s conocerlo.
Ten¨ªa 18 a?os y fui a visitar a una amiga", dice Philomena Keet, londinense de 28 a?os y autora del libro The Tokyo look book, una minuciosa radiograf¨ªa de los diferentes looks que pululan por la capital japonesa. "Hay muchas publicaciones sobre el tema. Pero s¨®lo muestran una parte del fen¨®meno. Mi intenci¨®n ha sido reflejarlo todo: desde el medi¨¢tico lolita hasta el desconocido yamamba
[sus seguidores est¨¢n morenos y llevan maquillaje blanco en los ojos y en la boca]".
Cuenta Keet que todo empez¨® cuando termin¨® sus estudios de antropolog¨ªa en 2001. "Recib¨ª una beca para vivir en Osaka. Una noche me llevaron a un concierto de una banda de visual-kei
[estilo visual, una mezcla de elementos g¨®ticos y andr¨®ginos nacida en los noventa]. Flip¨¦: los m¨²sicos llevaban botas altas de plataforma, corpi?os y maquillaje. Algunos de los asistentes iban como ellos. Otros iban disfrazados de personajes manga y algunas chicas parec¨ªan mu?ecas de porcelana ".
Si en Osaka, la segunda ciudad de Jap¨®n, hab¨ªa material, Tokio ten¨ªa que ser el no va m¨¢s. Keet convenci¨® a la editorial nipona Kodonsha y a la fot¨®grafa Yuri Manabe para editar un libro con im¨¢genes y art¨ªculos sobre la moda tokiota.
Su primera parada fue el centro comercial Shibuya 109, meca de las tendencias en Tokio. En palabras de Shozo Kita, relaciones p¨²blicas del centro: "No queremos tiendas que existan en otros lugares. Nuestras marcas son nuevas y originales". Kita es uno de los entrevistados en The Tokyo look book, como tambi¨¦n lo es Reiko Nakane. Esta dise?adora empez¨® trabajando en una tienda de Shibuya 109 y acab¨® siendo una "dependienta carism¨¢tica", que en Jap¨®n equivale a saltar a las revistas de moda. En 2005, Nakane cre¨® su propia l¨ªnea, Rienda, y abri¨® su primer negocio en Shibuya 109. Hoy tiene 10 por todo Jap¨®n.
Su trayectoria es paradigm¨¢tica. En Tokio, toda revoluci¨®n est¨¦tica empieza desde abajo. En calles como las de Harakuru, otro barrio tokiota, "sus callejones son una incubadora de modas", describe Keet. All¨ª nacieron los B-boys japoneses, raperos que adoran a Nigo, responsable de la c¨¦lebre BAPE. Su firma orientaliza iconos hip-hoperos como las gorras y camisetas anchas.
Algunos clubes de Shibuya y Shinjuku est¨¢n llenos de Angelers, nombre que reciben los fans de la firma Takuya Angel, una marca que incorpora detalles occidentales al atuendo tradicional. "Me cabreaba que la gente no llevase quimonos. En Takuya Angel los reciclamos", dice Takuya, su dise?ador. Otra firma importante, con sede en Harajuku, es Og, un batiburrillo punk, grunge y mod. Su creador, Kai Satage, explica en el libro: "La moda occidental lleg¨® a Jap¨®n a mediados del siglo XIX, pero no se generaliz¨® hasta despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial. Nuestro conocimiento de sus c¨®digos es superficial".
La moda callejera tiene su propia fiesta: Tokyo Decadense. Esta sesi¨®n, donde participan lolitas, yamamba o drag queens, se celebra tambi¨¦n en Francia, Reino Unido o Alemania. El dise?o tambi¨¦n tiene su cita oficial: la Semana de la Moda Japonesa. Pero, como lamenta Philomena Keet, pocos se dan cuenta de su importancia. "Cuando vino Suzy Menkes [editora de moda del International Herald Tribune]
en 2006, los peri¨®dicos reflejaron su indiferencia en los desfiles y hablaron de su entusiasmo por lo que ve¨ªa en Harajuku".
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