Esclavos
Para levantar las pir¨¢mides fue suficiente un gran ge¨®metra, pero se necesitaron infinitos latigazos. En el a?o 447 antes de Cristo en la acr¨®polis de Atenas un paseante se acerc¨® a un picapedrero y le pregunt¨®: "?Qui¨¦n eres?". El hombre le contest¨®: "Soy un esclavo griego que est¨¢ levantando el Parten¨®n". Toda la filosof¨ªa que se elabor¨® en Grecia no habr¨ªa sido posible si S¨®crates y Plat¨®n, despu¨¦s de pasar el d¨ªa en el ¨¢gora parloteando dentro de una s¨¢bana, al volver a casa no hubieran encontrado la comida en la mesa. Los romanos veneraban a los dioses lares como protectores de la familia cuyo fuego sagrado ard¨ªa de forma perenne en el hogar. Se ha tardado veinte siglos en saber que los dioses lares eran los criados. Cuando ¨¦stos desaparecieron la familia qued¨® desestructurada. Hoy se ha recompuesto en torno al frigor¨ªfico. Nunca ha habido imperios sin esclavos. Todos los coliseos, acueductos, calzadas, murallas, castillos y catedrales se elevaron sobre musculaturas humanas sometidas a un ideal. Debajo de una gran epopeya siempre hay una gran ignominia. El imperio espa?ol iba directo hacia Dios, pero antes hubo que cazar negros a lazo, llevarlos a Am¨¦rica y someterlos a trabajos forzados. Inglaterra era la due?a del mundo mientras en sus minas de carb¨®n en el siglo XIX todav¨ªa trabajaban ni?os 16 horas diarias, lo que permit¨ªa a la aristocracia brit¨¢nica fundar todos los deportes y tomar el t¨¦ rizando el me?ique. En Estados Unidos fue abolida la esclavitud por Lincoln en 1862, pero son millones a¨²n las hormigas sin papeles que duermen en s¨®tanos clandestinos de la ciudad sometidas a la servidumbre de alargar la mano y agachar la cabeza. Generalmente se considera que el imperio de Norteam¨¦rica, que muerde m¨¢s de lo que puede tragar, se halla en la fase final de su curva hist¨®rica. La civilizaci¨®n que m¨¢s esclavos tenga ser¨¢ la que asuma el protagonismo del siglo XXI. El espect¨¢culo de la apertura de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn fue la demostraci¨®n ante el mundo de que China est¨¢ preparada para recoger el testigo. Son 1.300 millones de habitantes, de los cuales la mitad son abejas obreras del Estado. Si la esclavitud, bajo diversas formas, ha hecho la historia, vaya usted tomando nota.
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