Empieza la legislatura
Ha sido ahora, a la vuelta del verano, cuando de verdad ha comenzado la legislatura. Una legislatura distinta de la anterior, tanto porque el principal partido de la oposici¨®n ha renunciado a su estrategia de tierra quemada, como por la irrupci¨®n de una severa crisis econ¨®mica. Con estos datos de partida, el debate pol¨ªtico se ha inaugurado por donde ten¨ªa que hacerlo: por la pugna para fijar la agenda. El Gobierno intent¨® hasta el mes de agosto evitar que se centrara en la situaci¨®n econ¨®mica, un terreno que no le favorec¨ªa por m¨²ltiples razones. Primero, porque desment¨ªa el optimismo sobre el que adopt¨® algunas decisiones insensatas, como el paquete de medidas que, colocadas bajo la r¨²brica de "pol¨ªticas sociales", escond¨ªa, en realidad, una bater¨ªa de promesas electoralistas. Despu¨¦s, porque la prolongaci¨®n artificial del optimismo hac¨ªa m¨¢s dif¨ªcil cada vez el retroceso, la asunci¨®n del principio de realidad, dificultando el giro desde el triunfalismo hacia la preocupaci¨®n.
El Gobierno regresa a viejos temas y el PP a una oposici¨®n monotem¨¢tica
Convencido de que la crisis se perfilaba como el principal flanco del Gobierno, la oposici¨®n ha tratado de concentrar en este campo todas sus bater¨ªas. No es, desde luego, una mala opci¨®n para sus intereses, entre otras razones porque el Gobierno tendr¨¢ dificultades para desviar la atenci¨®n de asuntos tan acuciantes para la vida cotidiana como el paro, la inflaci¨®n, la subida de los intereses o la restricci¨®n del cr¨¦dito. Pero tal vez exista un punto en el que el Partido Popular se equivoca: reproducir el esquema de una oposici¨®n monotem¨¢tica, en la que la crisis ocupe el lugar del terrorismo, limita sus posibilidades como alternativa de Gobierno. Espa?a se enfrenta a una crisis econ¨®mica pero, junto a la crisis, existen otros problemas que no deben olvidarse y cuya soluci¨®n no puede quedar en suspenso. No basta, as¨ª, con que la oposici¨®n se limite a descalificar cualquier iniciativa del Gobierno que no tenga que ver con la econom¨ªa como un intento de ocultar las dificultades. Una alternativa de Gobierno solvente no es la que se empecina en un ¨²nico tema, sea el que sea, sino la que tiene respuesta para todos y cada uno de los asuntos pol¨ªticos que puedan surgir y, adem¨¢s, consigue imponer los que considera prioritarios.
A juzgar por sus ¨²ltimos anuncios, el Gobierno se ha propuesto ampliar la agenda pol¨ªtica hacia terrenos que le resulten m¨¢s propicios que el econ¨®mico. Quiz¨¢ por esta raz¨®n ha retomado la reforma de la ley del aborto, la consideraci¨®n de propuestas sobre el suicidio asistido o, apoy¨¢ndose en la providencia de la Audiencia Nacional sobre las v¨ªctimas de la Guerra Civil, la reactualizaci¨®n de las disputas a prop¨®sito de la Ley de Memoria Hist¨®rica. Algunas de estas iniciativas se enfrentan a un pecado de origen, que lleva a interpretarlas como oportunos conejos sacados de una chistera de recambio: el Partido Socialista las retir¨® de su ¨²ltimo programa electoral para, despu¨¦s, reintroducirlas a trav¨¦s de las resoluciones de su ¨²ltimo congreso. Adem¨¢s, pretende hacerlas avanzar por una v¨ªa en la que la prudencia se confunde con la indecisi¨®n e, incluso, con el temor. Es el caso del aborto, para el que se anuncia una nueva ley h¨ªbrida de plazos y supuestos que, aparte de las dificultades de t¨¦cnica jur¨ªdica, corre el riesgo de no contentar a nadie.
Pero la necesidad de que el Gobierno contrarreste a una oposici¨®n monotem¨¢tica no deriva s¨®lo de sus propios intereses para mantenerse en el poder, sino de la obligaci¨®n que tiene ¨¦ste o cualquier Ejecutivo de hacer que el pa¨ªs siga funcionando, con o sin crisis econ¨®mica. Por esta raz¨®n, no vale cualquier agenda dirigida a contrarrestar la obcecaci¨®n del Partido Popular. Los asuntos lanzados durante las ¨²ltimas semanas merecen, sin duda, una respuesta y, seguramente, una respuesta mejor que la que el Gobierno est¨¢ sugiriendo. En cualquier caso, son asuntos que no pueden considerarse fuera de una jerarqu¨ªa clara de prioridades: entre la crisis econ¨®mica y el aborto, el suicidio asistido o la memoria hist¨®rica existe un vasto territorio de problemas que deber¨ªa figurar en la agenda pol¨ªtica para los cuatro pr¨®ximos a?os. Por ejemplo, la penuria de los ayuntamientos al perder su principal fuente de financiaci¨®n, las recalificaciones. La calidad de vida en pueblos y ciudades no tiene por delante un panorama esperanzador. Pero, al parecer, tampoco un debate.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- IX Legislatura Espa?a
- Opini¨®n
- Ley Memoria Hist¨®rica
- Presidencia Gobierno
- Aborto
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Legislaci¨®n espa?ola
- Anticoncepci¨®n
- Legislaturas pol¨ªticas
- Pol¨ªtica social
- Coyuntura econ¨®mica
- Parlamento
- Reproducci¨®n
- Gobierno
- Espa?a
- Administraci¨®n Estado
- Medicina
- Salud
- Econom¨ªa
- Administraci¨®n p¨²blica
- Legislaci¨®n
- Pol¨ªtica
- Sociedad
- Justicia