No dormir
Incurro en m¨¢s insomnio del habitual cuando alguien a quien aprecio toma un avi¨®n al d¨ªa siguiente. As¨ª es la vida. Acumula fatigas.
Me acompa?an las tecnolog¨ªas. Yo le doy mucho a la onda corta, y escucho, sobrecogida, La Voz de Rusia en un espa?ol sacado del doblaje de Ninotchka: interminables epopeyas acerca de los logros de la moderna Rusia. La ¨²ltima noche la inici¨¦ con una cr¨®nica dedicada a la Feria del Libro de Mosc¨², con 250.000 autores, asistentes o metros cuadrados de superficie, no me fij¨¦. No importan los individuos, s¨®lo las cifras. Aqu¨ª como all¨ª.
Record¨¦ La Casa Rusia, de Le Carr¨¦, y la pel¨ªcula que hicieron Sean Connery y Michelle Pfeiffer. Ten¨ªa encanto: Lisboa, la Feria de Mosc¨², un editor borrach¨ªn, jazzista y honesto, un cient¨ªfico sovi¨¦tico, una rusa en apuros... y la Verdad. Habla de la mierda que el poder maneja y derrama, y de la ¨²nica salida posible ante las encrucijadas moralmente asquerosas: mi patria eres t¨². Pensaba en Connery, un hombre m¨¢s all¨¢ de los gobiernos, yendo calmadamente al piso franco en donde cometer¨¢ la traici¨®n que le salva de la ignominia.
?sta fue la mejor parte de mi insomnio. Cambi¨¦ de emisora, me lleg¨® la noticia del enjuague del Consejo General del Poder Judicial y, con ¨¦l, una vaharada apestosa, un tufo de mafia pol¨ªtica, de pompas de cera derriti¨¦ndose sobre el discurso vac¨ªo. Abr¨ª el ordenador y le¨ª la advertencia de la OCDE, trufada de porcentajes, de que en Espa?a va a producirse una "demanda m¨¢s d¨¦bil" de titulados superiores y una entrada de ¨¦stos en el mercado laboral con salarios "relativamente bajos".
En ese avi¨®n que me desvela viaja una de las muchas personas que estudiaron con esfuerzo, ilusi¨®n y provecho: camino de un pa¨ªs en donde su injusta paga le cundir¨¢ algo m¨¢s, y en el que espera trabajar en lo que m¨¢s ama.
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