Dean Martin y la ataraxia
La felicidad no debe ser confundida con el bienestar, o con la euforia. En un sentido heroico, podr¨ªa estar relacionada con el cumplimiento del deber. Lo m¨¢s cercano a un concepto sensato de la felicidad sigue siendo un viejo concepto griego, la ataraxia: un camino de equilibrio emocional, control de las pasiones y fortaleza de ¨¢nimo.
Se supone que las personas ansiamos la felicidad por encima de cualquier otra cosa. Pero faltan modelos. Incluso las grandes figuras religiosas tienen sus fallos. La madre Teresa de Calcuta cumpli¨® con mucho m¨¢s que su deber, demostr¨® una enorme fortaleza y control¨®, hasta donde sabemos, sus pasiones; sufri¨®, sin embargo, tremendas crisis de fe que la hicieron infeliz en algunas fases de su vida. Existe tambi¨¦n la opci¨®n oriental de la meditaci¨®n y la renuncia, demasiado austera para mi gusto.
Se supone que las personas ansiamos la felicidad por encima de cualquier otra cosa. Pero faltan modelos
La gran pregunta es: ?puede ser feliz un hombre con una copa en la mano, un chiste en los labios, un mont¨®n de mujeres alrededor y una monta?a de d¨®lares en el banco? Mi opini¨®n es que s¨ª. Absolutamente, s¨ª. Pongo como prueba a Dean Martin. No cabe duda de que fue el hombre m¨¢s cool del siglo XX. Yo sostengo que fue tambi¨¦n el m¨¢s feliz.
Dino Paul Crocetti (1917-1995), conocido como Dean Martin, naci¨® en una aldea de Ohio y trabaj¨® como contrabandista de alcohol, crupier, obrero metal¨²rgico, escritor de chistes, boxeador, cantante, pareja art¨ªstica de Jerry Lewis, actor y presentador de televisi¨®n. Se le recuerda sobre todo como miembro fundador del rat pack de Frank Sinatra, como personaje relacionado con la mafia y como crooner borrachuzo.
?sa fue la imagen p¨²blica que forj¨® para ocultarse, para no ofender con su elegancia y disponer de margen para desarrollar su particular ataraxia. En realidad, era Sinatra quien sent¨ªa hacia Martin una curiosa dependencia psicol¨®gica, y era Sinatra quien manten¨ªa las relaciones mafiosas. En cuanto al vaso, Shirley MacLaine, que tambi¨¦n perteneci¨® al rat pack, revel¨® en su autobiograf¨ªa que sol¨ªa estar lleno de zumo de manzana. A Martin le gustaba el J&B, y lo consum¨ªa en grandes cantidades, pero tambi¨¦n le gustaba trabajar sobrio y acostarse temprano.
Martin parec¨ªa no tener pasiones, ni opiniones, ni ideolog¨ªa. Se mostraba indiferente a todo. Jeanne Biegger, que estuvo casada con ¨¦l durante 24 a?os, afirm¨® que ni ella ni nadie sab¨ªan qui¨¦n se escond¨ªa en el interior de aquel tipo bromista, sonriente, que fascinaba por igual a hombres y mujeres. Jam¨¢s discuti¨®. Si algo no le gustaba, contaba un chiste y se iba.
Como no daba importancia a su ¨¦xito, los dem¨¢s tampoco se lo daban. Tiende a olvidarse que Elvis Presley reconoci¨® haber copiado su fraseo para interpretar canciones como Love me tender o Are you lonesome tonight?; que ya casi en la vejez desbanc¨® del n¨²mero uno de ventas a los Beatles con Everybody loves somebody sometimes; que obtuvo no una, sino tres estrellas (como cantante, como actor y como showman) en el Paseo de la Fama de Hollywood; que tuvo uno de los programas televisivos m¨¢s exitosos y duraderos de la televisi¨®n estadounidense, y que muri¨® con 50 millones de d¨®lares en el banco y el mayor paquete de acciones en la productora RCA.
Tambi¨¦n se olvida a veces que fue, con Sinatra y Sammy Davis Jr., uno de los principales contribuyentes econ¨®micos a la campa?a de Martin Luther King por los derechos civiles de los negros.
?Equilibrio emocional? Lo demostr¨® en abundancia. Carec¨ªa de vanidad, y no le importaba trabajar en pel¨ªculas mal¨ªsimas con tal de que el ambiente fuera divertido; se zambull¨® durante a?os en los disparates orgi¨¢sticos que Sinatra organizaba en Las Vegas, sin dejar de portarse como un caballero; fue, tal vez, el ¨²nico amigo de Marilyn Monroe que no abus¨® de ella.
?Control de las pasiones? Sufr¨ªa de claustrofobia, y supo curarse ¨¦l mismo: se encerr¨® en un peque?o ascensor y permaneci¨® en ¨¦l, subiendo y bajando un rascacielos neoyorquino, sudando y desmay¨¢ndose, hasta que desapareci¨® la ansiedad.
?Fortaleza de ¨¢nimo? Cuando Sinatra se empe?¨® en realizar una ¨²ltima gran gira con el rat pack, en 1988, hac¨ªa pocos meses de la muerte de Dino, uno de los ocho hijos de Dean Martin. Adem¨¢s, sufr¨ªa de enfisema. Le horrorizaba la idea de que tres viejos dieran el espect¨¢culo en los mayores estadios del pa¨ªs. Pero nunca hab¨ªa fallado a los amigos, y tampoco pod¨ªa fallar esta vez. Acudi¨® a la cita, sabiendo que har¨ªan el rid¨ªculo.
Muri¨® sin enemigos, el d¨ªa de Navidad de 1995. Diez a?os despu¨¦s consigui¨® un disco de oro por un ¨¢lbum p¨®stumo de grandes ¨¦xitos. Hace dos a?os, en 2006, todav¨ªa coloc¨® una canci¨®n (Baby, it's cold outside) entre las 10 m¨¢s vendidas en Estados Unidos.
Todo esto lo hizo tranquilo, sonriente, con un vaso en la mano, un chiste en los labios y muchas mujeres estupendas a su alrededor. Fue feliz, estoy seguro.
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