Ch¨¢vez, poeta
El estadista venezolano recurri¨® una vez m¨¢s a su fina prosa para mandarle un mensaje al imperio. "V¨¢yanse al carajo, yanquis de mierda", gritaba el presidente Hugo Ch¨¢vez en un discurso que merece ser visto y o¨ªdo en vivo (es f¨¢cil encontrarlo en Internet). ?Qu¨¦ pas¨®? ?Cu¨¢les fueron las razones que motivaron a Ch¨¢vez a expulsar al embajador estadounidense y empeorar sus ya malas relaciones con Estados Unidos? Las posibles respuestas a esta pregunta constituyen una especie de test de Rorschach pol¨ªtico, que en vez de revelar ciertas caracter¨ªsticas psicol¨®gicas de quien lo toma revela sus inclinaciones pol¨ªticas. D¨ªgame por qu¨¦ cree que el presidente venezolano expuls¨® al embajador de Estados Unidos y probablemente pueda adivinar cu¨¢les son sus opiniones sobre Irak, Rusia y la globalizaci¨®n.
Para el presidente Ch¨¢vez y sus muchos simpatizantes en el mundo la raz¨®n por la cual ¨¦l tuvo que actuar as¨ª es obvia: Estados Unidos est¨¢ conspirando para derrocar a Evo Morales en Bolivia y asesinar al l¨ªder venezolano. ?Por qu¨¦? Porque Ch¨¢vez defiende a los pobres, intenta corregir siglos de injusticia social y porque est¨¢ esparciendo por Am¨¦rica Latina y el mundo la resistencia a la hegemon¨ªa estadounidense. Adem¨¢s, Ch¨¢vez ahora tiene a Rusia como aliado y Putin est¨¢ de malas con los yanquis. Y no hay que olvidar, por supuesto, que al final lo que m¨¢s importa en todo esto es el petr¨®leo, por cuyo control los estadounidenses est¨¢n dispuestos -como vimos en Irak- a hacer cualquier cosa.
Otros ven en las im¨¢genes de Ch¨¢vez grit¨¢ndole al imperio cosas muy distintas. Ven a un pol¨ªtico haciendo uso del viejo truco de acusar al imperialismo yanqui para distraer a los incautos de problemas muy reales que son hechos en Caracas y no en Washington. La popularidad del presidente Ch¨¢vez -el mandatario con m¨¢s tiempo en el poder en el hemisferio occidental- ya no es la que era antes y las pugnas entre sus seguidores se han exacerbado. La econom¨ªa venezolana sufre una tasa de inflaci¨®n que est¨¢ entre las m¨¢s altas del mundo, y el estallido de asesinatos, asaltos y secuestros sit¨²an al pa¨ªs entre los m¨¢s inseguros. Todo esto a quienes m¨¢s da?o hace es a los pobres. Por si fuera poco, la econom¨ªa no petrolera ha sido devastada y s¨®lo quedan los ingresos por exportaciones de petr¨®leo, y ¨¦stos est¨¢n cayendo precipitadamente. Los ingresos petroleros no s¨®lo disminuyen porque los precios est¨¢n a la baja, sino, m¨¢s importante a¨²n, porque Venezuela produce cada vez menos petr¨®leo y consume internamente cada vez m¨¢s (en parte porque un litro de gasolina cuesta 12 c¨¦ntimos de d¨®lar, el m¨¢s barato del mundo). Esto hace que el petr¨®leo disponible para exportar sea hoy un 40% menos de lo que era cuando Ch¨¢vez lleg¨® al poder. Adem¨¢s, parte de las exportaciones no se cobran, ya que regalar petr¨®leo es un pilar fundamental de la pol¨ªtica internacional de Ch¨¢vez. Ir¨®nicamente, casi los ¨²nicos que pagan por el petr¨®leo venezolano son los odiados yanquis: 85% de todos sus ingresos por exportaciones petroleras Venezuela los recibe de Estados Unidos. Quiz¨¢s por eso el d¨ªa despu¨¦s de su discurso el presidente Ch¨¢vez pas¨® de la poes¨ªa escatol¨®gica a la contabilidad de costos: expulsar al embajador y mandar a los yanquis al diablo no quiere decir que se interrumpan las relaciones comerciales, aclar¨®.
Pero no todo es petr¨®leo. Para muchos el violento discurso de Ch¨¢vez no puede ser entendido sin tomar en cuenta las recientes revelaciones que implican a altos funcionarios del Gobierno de Venezuela en casos de corrupci¨®n (que tambi¨¦n involucran al Gobierno argentino) y en la complicidad con los asesinos de las FARC. Rorschach de nuevo: para unos, estas revelaciones son una conspiraci¨®n m¨¢s de los yanquis y, para otros, una muestra m¨¢s de la podredumbre que corroe al r¨¦gimen chavista.
En todo caso queda la pregunta: ?cu¨¢n en serio hay que tomarse este ¨²ltimo estallido de Hugo Ch¨¢vez? No mucho. En su d¨¦cada en el poder, Hugo Ch¨¢vez ha expulsado a los embajadores, o insultado, amenazado y denunciado a los gobiernos de Alemania, El Salvador, Espa?a, Estados Unidos, Chile, Colombia, M¨¦xico, Per¨² y la Republica Dominicana. Entre otros.
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