Ciprian, 30 a?os "En la iglesia nos dan comida"

En casa de Ciprian Barcia, rumano de 30 a?os, viven siete personas. Su madre, cinco hermanos y su cu?ado. Ninguno tiene trabajo y la ¨²nica ayuda social que reciben peri¨®dicamente son los bonos que trimestralmente percibe su madre para comida, por valor de 100 euros. La mendicidad es su fuente de ingresos m¨¢s habitual, unida a los trabajos espor¨¢dicos que realiza, sobre todo, en la agricultura, junto a un hermano y su cu?ado. En breve viajar¨¢n hasta Cuenca para vendimiar, aunque a¨²n no sabe cu¨¢nto percibir¨¢n por ello. En los d¨ªas buenos, Ciprian llega a sumar 20 euros, a veces m¨¢s. Pero tambi¨¦n hay d¨ªas que menos, despu¨¦s de siete horas en la puerta de un supermercado donde se sit¨²a, cada ma?ana y cada tarde, desde hace casi dos a?os. "A veces me compran pan, alubias o algo para una olla de carne". "No bebo, no fumo y no hago mal a nadie pidiendo", explica despu¨¦s de asegurar que hay quien le reprocha que se dedique a la mendicidad. "Robar es malo, pero otra cosa es pedir ayuda", asegura.

Los ingresos van destinados, en primer lugar, al alquiler de 480 euros "para no tener que dormir en la calle". Una iglesia evangelista y otra ortodoxa le echan una mano de vez en cuando. "Nos dan alimentos y nos ayudan si no podemos pagar el alquiler", dice. En los m¨¢s de tres a?os que lleva en Espa?a, nunca ha tenido un contrato.