Las verdades susurradas por el silencio
Aunque sus vi?etas se lean como pu?etazos, s¨¢tiras gr¨¢ficas que Andr¨¦s R¨¢bago firma con el seud¨®nimo de El Roto, el autor no tiene la m¨¢s m¨ªnima pinta de boxeador. No. Es el arquetipo de una persona serena, reflexiva. Habla bajito, medita mucho las respuestas, busca la palabra precisa... Parece un profesor antiguo. No es de extra?ar que admire tanto la pintura anterior al Renacimiento, realizada por maestros artesanos de los que no sabemos ni el nombre o de los que s¨®lo nos ha quedado una referencia vaga. R¨¢bago reconoce su influencia en los ¨®leos que expone hasta el 15 de octubre en la Fundaci¨®n C¨ªrculo de Lectores (Consell de Cent, 323). Los cuadros comparten espacio con dibujos y una selecci¨®n de las vi?etas publicadas por El Roto en EL PA?S. Para noquear diariamente las mentiras del sistema, le basta con unos pocos trazos y palabras. "Todo es negociable... ?menos los negocios!", dice un ricach¨®n en una de sus estampas de tinta. En otras se encuentran aforismos como el que le sale a un hombre apenas esbozado al contemplar un vertedero: "Antes de ser basura, fue riqueza" (todo un memento mori anticonsumista). O el "?somos inversores!" que gritan unos desesperados desde un cayuco. Y el di¨¢logo de una pareja aburguesada:
Andr¨¦s R¨¢bago, 'El Roto': "Cuando dibujo tengo la sensaci¨®n de hacer un servicio p¨²blico"
—El mundo est¨¢ fatal.
—Es verdad, echa las cortinas.
Ejemplos todos los anteriores no s¨®lo de su anclaje moral, sino tambi¨¦n de su concepci¨®n art¨ªstica, que en esta exposici¨®n se bifurca y descubre a un Andr¨¦s R¨¢bago poco conocido: el pintor que se esconde tras el l¨¢tigo con el que azota desde la prensa las mentiras de los p¨²lpitos, los dogmas de las ideolog¨ªas, la insolidaridad que emana del capitalismo m¨¢s salvaje o la manipulaci¨®n medi¨¢tica. Sobre estos lienzos, no hay nada de eso: siete ¨®leos en los que la abstracci¨®n est¨¢, adem¨¢s, declarada persona no grata. Un agricultor aqu¨ª, un esquiador all¨¢... Son algunos de los moradores de estos cuadros a todo color que retratan un mundo ideal, alejado de las batallas diarias: lo que podr¨ªa ser en vez de lo que es. R¨¢bago considera que el arte actual ha dado la espalda al figurativismo y que con esa actitud iconoclasta se ha perdido un valor importante. "Al desaparecer la figura humana, ha desaparecido una referencia cultural b¨¢sica para entendernos a nosotros mismos", lamenta.
Y de eso, de la humanidad, tratan tambi¨¦n sus vi?etas, tanto las de ahora como las que firmaba como Ops en Triunfo y Hermano Lobo. No obstante, cuando se mete en la piel de El Roto su inter¨¦s se concentra exclusivamente en la vida cotidiana. Incluso dice sentirse a veces un m¨¦dium a trav¨¦s del que se expresan ideas de una parte de la sociedad espa?ola.
Su intenci¨®n es "ayudar a crear las herramientas de defensa" necesarias frente a las mentiras de don Dinero. Y sin recurrir nunca a la mofa caricaturesca de los pol¨ªticos. "Los he visto desaparecer y ser reemplazados por otros. Ellos no me interesan, me interesan aquellos a los que sirven".
Con el tiempo, las s¨¢tiras sociales de El Roto han creado una escuela de la que es alumno aventajad¨ªsimo Miguel Brieva. En su esencia, el compromiso. "Cuando dibujo tengo la sensaci¨®n de hacer un servicio p¨²blico. Siempre me pasa lo mismo. Es un servicio de limpieza, como si fuera un barrendero de los desechos de los medios. Es necesaria una cierta ascesis para no vernos saturados y tener una visi¨®n m¨¢s clara de las cosas. Esa limpieza diaria es la que intento realizar como El Roto".
Si bien en esas vi?etas resuena la calle, R¨¢bago va por libre. "Mi trabajo consiste b¨¢sicamente en escuchar el silencio. Donde encuentras el pensamiento colectivo de tu ¨¦poca es en el silencio, no en los sitios donde se est¨¢n produciendo ruidos, palabras o ideas". Y de ese silencio arrancan frases tan memorables como aquella que puso en boca de un vendido locutor de radio: "?Por su propia tranquilidad: permanezcan asustados!".
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