Libertad de cr¨ªtica
Me permito dirigirme a usted en relaci¨®n a la carta publicada el pasado s¨¢bado 13, suscrita por un centenar de personas pertenecientes al ¨¢mbito cinematogr¨¢fico, titulada EL PA?S y el cine, que critica duramente el trabajo de Carlos Boyero en la recientemente celebrada Mostra de Cine de Venecia.
Pues bien, manifestarle que aunque respeto toda opini¨®n, en este caso discrepo profundamente sobre el contenido de dicha carta. La opini¨®n de la inmensa mayor¨ªa de los medios de comunicaci¨®n ha sido un¨¢nime en cuanto a su valoraci¨®n sobre el mencionado festival: que ha sido una muestra cinematogr¨¢fica deficiente, con unas pel¨ªculas en su mayor¨ªa insufribles, de baja calidad e indignas de tan prestigioso evento. Quiero dejar claro, para evitar malas interpretaciones y susceptibilidades, que soy amigo de Carlos Boyero. Ser amigo de Carlos no es algo f¨¢cil. Carlos Boyero es una persona honesta consigo misma y eso le hace ser absolutamente sincero con los dem¨¢s, por mucho que ello se traduzca a veces en situaciones dolorosas. Como amigo suyo, discrepo profundamente en demasiadas ocasiones de sus opiniones, lo que nos lleva a fuertes discusiones que a menudo han llegado al borde de la bronca. En multitud de ocasiones he sufrido en mis carnes -y en mi bolsillo- sus descalificaciones de pel¨ªculas que a m¨ª me parec¨ªan magn¨ªficas e igualmente me he beneficiado de sus elogios en otras muchas. Afortunadamente, nunca se ha dejado llevar o influenciar por factores o presiones externas a lo que ¨¦l piensa. En contra de lo que sostienen los firmantes de la carta, Carlos ha defendido y apoyado como nadie en este pa¨ªs muchas de esas pel¨ªculas mal llamadas "peque?as", "independientes", "experimentales", logrando con sus cr¨®nicas que vieran la luz de forma positiva, pero siempre porque le hab¨ªan motivado para ello. Acusarle de dar consignas a los distribuidores y exhibidores es, aparte de malintencionado, una estupidez soberana.
Para terminar, esta carta me recuerda al boicot que algunas majors americanas hicieron al diario EL PA?S hace varios a?os, retir¨¢ndole la publicidad como presi¨®n hacia las cr¨ªticas que de determinado cine americano hac¨ªa ?ngel Fern¨¢ndez-Santos, desgraciadamente desaparecido y que fue, al igual que Carlos Boyero, cr¨ªtico de verdad, de pura raza. ?ngel sigui¨® hasta su muerte haciendo cr¨ªtica en el peri¨®dico y las majors volvieron con su publicidad por necesidad, que no por convicci¨®n.
Por ¨²ltimo, confesar que yo, que veo mucho cine, quiz¨¢ demasiado, tambi¨¦n me levanto de muchas proyecciones sin ver completas algunas pel¨ªculas, igual que no termino de leer algunos libros o de escuchar algunos discos. Eso no es desprecio hacia la obra ajena, sino un acto l¨ªcito de autodefensa. Ojal¨¢ que surjan en el futuro muchos ?ngel Fern¨¢ndez-Santos y Carlos Boyero, aunque lo veo dif¨ªcil.
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