El rescate selectivo de la Fed
Los expertos coinciden: la Reserva Federal s¨®lo socorrer¨¢ a las entidades cuya ca¨ªda ponga en riesgo el sistema y sea m¨¢s costosa que salir en su ayuda
La debacle de Wall Street, adem¨¢s de subirle los colores al liberalismo econ¨®mico m¨¢s salvaje, ha destapado el debate sobre el riesgo moral. Si la Reserva Federal ayudase a todos los bancos en serios apuros, ¨¦stos dar¨ªan por descontado que las autoridades iban a echarles un cable: los motivos para controlar los riesgos se aguar¨ªan y es m¨¢s que probable que se lanzaran a carreras kamikazes. La Fed se ha arremangado para salvar a la aseguradora AIG, pero no movi¨® ficha para rescatar al cuarto mayor banco de inversi¨®n de los Estados Unidos, Lehman Brothers. ?Por qu¨¦ a veces s¨ª y a veces no?
Xavier Adser¨¢, presidente del Instituto Espa?ol de Analistas Financieros, resume la doctrina que en su opini¨®n est¨¢ aplicando la econom¨ªa m¨¢s liberal del planeta: "Si las p¨¦rdidas que la quiebra de una entidad provocar¨¢ en los ciudadanos son superiores a lo que le cuesta al Estado socorrerla, se la ayuda". Si el coste es superior al perjuicio ciudadano, la entidad se hunde en el pozo.
Los problemas de Lehman o General Motors no atacan el sistema
Algunos analistas creen que cualquier rescate puede resultar in¨²til
Lehman Brothers es un banco de inversi¨®n privado, que lidia con inversores institucionales, y, sin duda, su ca¨ªda libre hace temblar al sistema financiero. Pero AIG, la mayor aseguradora del mundo, pondr¨ªa en graves apuros a miles de ciudadanos, peque?as y grandes empresas. "Si dejan caer Lehman es porque su quiebra no pone en peligro el sistema. Una aseguradora como AIG puede provocar un da?o en los ciudadanos mayores al coste que supone ayudarla", a?ade.
"Es una pol¨ªtica de intervenci¨®n selectiva, que distingue entre bancos de inversi¨®n, bancos comerciales y aseguradoras. La clave es que el actor en cuesti¨®n sea o no sist¨¦mico, si est¨¢n en juego o no dep¨®sitos de clientes", reflexiona Jos¨¦ Manuel Amor, director de An¨¢lisis de Analistas Financieros Internacionales (AFI). "?El problema es que no sabemos qu¨¦ entidades de entre todas son sist¨¦micas para la Fed!", a?ade.
La Administraci¨®n de Bush tambi¨¦n ha intervenido apostando por las inyecciones de capital en el sistema. El mensaje enviado es doble: primero, de estabilidad -las autoridades no actuar¨¢n al arbitrio del p¨¢nico del mercado-, y segundo, de asunci¨®n del riesgo moral (el Estado s¨®lo salvar¨¢ si no hay otro remedio). Por eso, mientras la Reserva Federal da un pr¨¦stamo puente de 85.000 millones de d¨®lares a AIG y se queda con un 80% de la firma en garant¨ªa, el Gobierno estadounidense no ha hecho adem¨¢n con el gigante automovil¨ªstico General Motors, cuya crisis arrastra miles de empleos en todo el mundo. "General es muy importante, pero no pone en peligro el sistema productivo americano", apunta Adser¨¤.
Hay, desde luego, un cambio de criterio respecto al affaire Bear Stearns, el pasado marzo, cuando el banco central estadounidense sali¨® al rescate de este banco de inversi¨®n, facilitando su compra por parte de JP Morgan Chase. Como banco de inversi¨®n, Bear Stearns no ten¨ªa acceso al descuento que la Fed hab¨ªa activado para paliar las turbulencias financieras, y utiliz¨® a JP Morgan Chase para comprar los activos.
Seis meses despu¨¦s, el panorama es distinto. Antonio Villarroya, analista de Merrill Lynch, cree que Stearns tuvo de su parte la circunstancia de ser el primer banco en problemas. "Se debi¨® pensar que no ir¨ªa a m¨¢s. Fue la primera intervenci¨®n", explica.
Otro banquero de inversi¨®n que pide anonimato apunta que "el caso Bear Stearns lleg¨® muy r¨¢pido y cogi¨® algo desprevenida a la Fed, pero para Lehman ya estaban calculadas las consecuencias, y se han considerado controlables". Sin embargo, AIG "tendr¨ªa una gran repercusi¨®n en las pensiones de los retirados, en los seguros de vida y en el bienestar de los consumidores. Se ha hablado de un impacto de hasta 180.000 millones de d¨®lares", a?ade la misma fuente. Al final, "el regulador pone en una balanza el incentivo que uno genera si rescata y las consecuencias de la quiebra si no lo hace. Y decide". Pero la capacidad de intervenir es limitada. Y, adem¨¢s, "si ayudas al que arriesga demasiado y lo hace mal, favoreces un mal comportamiento", advierten fuentes financieras.
Del principio de intervenir para evitar males mayores se acaba de beneficiar AIG. Pero tambi¨¦n las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, que respaldan la mitad de las hipotecas concedidas a las familias estadounidenses. "Esta ayuda tambi¨¦n logr¨® tipos de inter¨¦s de hipotecas m¨¢s bajos. Eso ayuda la parte m¨¢s macroecon¨®mica de la crisis, el mercado inmobiliario", razona Villarroya.
Algunos analistas se preguntan por los peligros del rescate selectivo: Bank of America es un megabanco comercial y ha engullido al tercer gigante de la banca de inversi¨®n, Merrill Lynch, con los riesgos potenciales que haya asumido ¨¦ste. Si dichos riesgos acabaran estallando, ?deber¨ªa entonces la Fed salir al rescate del nuevo coloso financiero americano? Aunque se supone que el comprador, antes de la adquisici¨®n, ha estudiado bien qu¨¦ compra.
Los m¨¢s pesimistas, como Lorenzo Bernaldo de Quir¨®s, socio de Freemarket International, no s¨®lo critica la actuaci¨®n de la Fed por "contradictoria", sino tambi¨¦n por "in¨²til". "La prueba fue Bear Stearns. La ayuda no tranquiliz¨® al mercado", constata, con negros augurios: "En la din¨¢mica actual, ninguna acci¨®n p¨²blica podr¨¢ contener esta crisis. Es una met¨¢stasis, imparable". La alternativa es dejar que la crisis toque fondo y que las fusiones, ventas de activos y quiebras limpien el paisaje. De nuevo, el mercado.
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