Todos los funcionarios del juzgado de Tirado pedir¨¢n el traslado a final de a?o
"El trabajo es incontrolable, se te va de las manos", afirma una empleada
El Juzgado de lo Penal 1 de Sevilla, el de Rafael Tirado, va camino de ser un juzgado "fantasma". Sus cuatro funcionarios con plaza fija van a pedir el traslado en el pr¨®ximo concurso, que esperan que salga a finales de a?o. "Nos vamos todos.
Estamos llegando a un punto en el que no se puede controlar el trabajo", advierte una de las funcionarias que tiene decidido irse. ?Ad¨®nde? "Adonde sea menos a un juzgado de lo Penal. Antes prefiero un pueblo", apunta otra de sus compa?eras que, como el resto, pide que no se le identifique. Todos llevan en el Penal 1 m¨¢s de 10 a?os y han dejado pasar otros tantos concursos de traslado. Pero el pr¨®ximo no.
Desde que salieran a la luz los errores que permitieron a Santiago del Valle estar libre el d¨ªa que presuntamente mat¨® a Mari Luz, el Juzgado de lo Penal 1 est¨¢ en el ojo del hurac¨¢n. Sus funcionarios (cuatro fijos y cuatro interinos) reconocen que el asunto ha influido en su decisi¨®n de marcharse. Aunque aseguran que "la desbandada" va a ser general en los 13 Juzgados de lo Penal de Sevilla. Uno ya s¨®lo tiene interinos porque todos los titulares se han ido. Igual que, probablemente, funcionar¨¢ el de Tirado el a?o que viene.
Las mesas de los cuatro funcionarios encargados de ejecutar las sentencias est¨¢n tomadas por monta?as de carpetas. Cada una corresponde a un expediente distinto. "Es incontrolable. Intentas atender lo m¨¢s urgente, pero se te va de las manos". La situaci¨®n ya era delicada "hace a?os", pero aseguran que las reformas judiciales m¨¢s recientes han terminado por saturar sus negociados. "Llevamos las ejecuciones de condena de violencia de g¨¦nero y de tr¨¢fico con el mismo personal. Y de medios estamos como en el siglo XVIII. Nos han cambiado la m¨¢quina de escribir por un ordenador un poco m¨¢s moderno".
Desde el 1 de enero hasta ayer, el Penal 1 ha incoado 496 nuevas ¨®rdenes de ejecuci¨®n de condena. A las que hay que sumar los remanentes del a?o pasado, m¨¢s un centenar de nuevas sentencias firmes pendientes de empezar su tr¨¢mite de ejecuci¨®n. En total, "alrededor de 800". "Lo ideal para controlar los casos que tienes en tu mano ser¨ªa llevar 100 cada uno. Y aqu¨ª todos llevamos m¨¢s de 200".
Aseguran que el atasco es generalizado en los juzgados de lo Penal. "Pero nosotros no estamos an¨ªmicamente igual que el resto. Hay mucho miedo, bajones, depresiones", cuenta una funcionaria. El caso Mari Luz ha cambiado su forma de trabajar. "Todo va m¨¢s lento. Lo miras con 3.000 ojos. En el tiempo que antes hac¨ªas siete papeles ahora haces tres". El "miedo" les lleva tambi¨¦n a hacer horas extra que no les pagan. Unos van a la oficina por la tarde y otros hacen jornada intensiva m¨¢s all¨¢ de su horario oficial. En mayo pidieron a la Junta que les reconocieran las horas extraordinarias. "No nos han contestado, pero seguimos viviendo porque hay p¨¢nico".
La psicosis ha llevado, adem¨¢s, a cambios en el tr¨¢mite de las ejecuciones de condena. "Cuando te llega una condena grave dictas directamente el auto de no suspensi¨®n, se ordena la detenci¨®n y el ingreso en prisi¨®n. Antes primero se le notificaba la no suspensi¨®n, se le citaba para ingreso voluntario y si no iba se le deten¨ªa. Ahora saltamos esos pasos".
Los funcionarios constatan que el miedo tambi¨¦n ha llegado a la Junta de Andaluc¨ªa. Por primera vez ha mandado refuerzos: dos nuevas empleadas adscritas a la secci¨®n de ejecutorias. Pero sus compa?eros advierten de que tardar¨¢n "meses" en poder hacer su trabajo con la diligencia necesaria. "Una ha trabajado de abogada y la otra es psic¨®loga. Estamos ense?¨¢ndoles. Literalmente es como si te siento a ti aqu¨ª".
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