Pueblos que desconoces
El silogismo del d¨ªa: Galicia es el mundo; el mundo es extra?o; luego Galicia es un mundo extra?o. La extra?eza y la sorpresa no son la misma cosa, pero a veces van de la mano. En algunos lugares del mundo aparecen culturas, tecnolog¨ªas, religiones o actitudes que parecen no haberse comunicado con ninguna otra a pesar, incluso, de la proximidad geogr¨¢fica.
De repente, una comunidad se enquista y desarrolla sus propios c¨®digos al margen de sus vecinos. Se convierten en una singularidad, como los agujeros negros. Pasa a distintos niveles: Galicia es una singularidad en el mundo, y la Terra Ch¨¢ es una singularidad en Galicia. Su capital, Vilalba, cuenta tambi¨¦n con una singularidad interior.
La invitaci¨®n a George Steiner para que conozca Galicia deber¨ªa incluir una visita a Vilalba
No se trata de Rouco Varela o de Manuel Fraga: los dos personajes explotaron, salieron hacia afuera, se mezclaron con sus semejantes en el mundo exterior. En Vilalba existe una comunidad desconocida que se distingue por un curioso culto: son fan¨¢ticos de Glutamato Ye-y¨¦. El grupo de I?aki Fern¨¢ndez y Manuel Recio, Patacho, se form¨® en los a?os 80 en Madrid. Un vasco y un madrile?o pusieron -junto a Derribos Arias, Sindicato Malone, el Aviador Dro y unos cuantos m¨¢s- la m¨²sica popular del rev¨¦s. Se rodearon de gente af¨ªn, igual de irritante y despistada, que fue cambiando en distintas formaciones.
Algunos ya no est¨¢n, como Eugenio Haro Ibars (el hermano de Eduardo, hijos ambos de Haro Tecglen), y otros siguieron trabajando duro, como Fino Oyonarte, m¨¢s tarde bajista de Los Enemigos y productor. Pero, b¨¢sicamente, el n¨²cleo fueron I?aki y Patacho, que ten¨ªan un asombroso parecido con un d¨²o ingl¨¦s de los a?os 70, Sparks. El grupo, como cualquier organismo, naci¨®, creci¨® y muri¨® en un momento dado. Lo que no sab¨ªan es que tambi¨¦n se hab¨ªan reproducido. Cuando el grupo se disolvi¨®, una extra?a llama ya hab¨ªa prendido en Vilalba.
Este mismo a?o, I?aki y Patacho decidieron reunir la banda de nuevo y llamaron a Oyonarte y al Chaval¨ªn, bater¨ªa de Los Elegantes, para acompa?arles en este viaje. Hete aqu¨ª que, ante la buena nueva, recibieron noticias de Vilalba. La diosa aletargada (La balada de Karen Quinlan, 1983) hab¨ªa despertado. En un disco de otro proyecto, Buenas Vibraciones, Patacho ya advert¨ªa que "siempre habr¨¢ un lugar en el que no hayas estado", as¨ª que Glutamato se puso en marcha para participar en las fiestas de San Ram¨®n de Vilalba. La extra?eza y la sorpresa se dieron la mano el 5 de septiembre pasado: la gente llevaba camisetas del grupo, pon¨ªan sus canciones en los bares y se sab¨ªan las letras de memoria. Una comunidad que les recibi¨® al galaico modo: con comida y bebida, con c¨¢nticos y jolgorio. Hab¨ªan conseguido transformar las fiestas tradicionales de la villa alba.
Las orquestas que recorren Galicia en verano cumplen, con precisi¨®n milim¨¦trica, una funci¨®n: la de entretener a todo el mundo. Pero lo que es de todos, no es de nadie. Glutamato Ye-y¨¦, en cambio, eran suyos, personales e intransferibles. La comunidad celebr¨® el concierto, a pesar de la lluvia, como una noche m¨¢gica, como un solsticio de verano en Stonehenge. Los chicos de Glutamato y los que all¨ª estuvieron salieron transfigurados.
"Yo tengo libros sabios de pueblos que desconoces" (Ma?ana me pertenece), cantaban Glutamato en 1986. Era un aviso, pero algunos lo desoyeron. Los ¨¢rboles de la inmensa cultura de un George Steiner, por ejemplo, le impidieron ver el bosque. Ten¨ªa todos los ases de la baraja para buscar una aguja en el medio de la paja (Glutamato Ye-y¨¦, 1986) pero no dio con ella al hablar de la universidad gallega. El error est¨¢ en extasiarse ante la luz deslumbrante de la cultura oficial. Mientras uno mira a Shakespeare corre el riesgo de perderse a Glutamato. Steiner dej¨® la aguja -esto es la peque?a comunidad- al margen de la tremebunda paja de la literatura comparada. La respuesta, ?ay!, estaba "en el filo de mi navaja" (Hey, t¨ªo!, 1986). La invitaci¨®n a Steiner para que conozca Galicia deber¨ªa incluir una visita a Vilalba. Si ve ante sus ojos el enigma de lo oscuro, se despertar¨¢ temblando y el camello quiz¨¢ pase por el ojo de la aguja.
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