Los grandes grupos editoriales extienden su poder a las librer¨ªas

La venta de libros en las grandes superficies crece hasta hacerse enorme. Incluso en estos tiempos de crisis tan poco propicios para el papel. Varios grupos editoriales y supermercados culturales tienen previsto aumentar sus espacios, en algunos casos hasta doblar el n¨²mero de sus librer¨ªas en Espa?a. Entre los que han empezado a crecer, est¨¢ Casa del Libro (Planeta), que en los ¨²ltimos 18 meses ha abierto ocho centros y espera alcanzar los 40 antes de 2012. Es el caso tambi¨¦n de Bertrand, las tiendas de la cadena de la editorial Random House Mondadori. El grupo lleva abiertos en un a?o y medio siete tiendas, inaugurar¨¢ otra de 1.200 metros cuadrados en el centro de Barcelona antes de Navidades y para 2011 prev¨¦ llegar a los 30 centros. La FNAC, por su parte,acabar¨¢ el a?o con 19 locales (esta semana abri¨® el de M¨¢laga y en breve pondr¨¢ en marcha los de Zaragoza y Vallecas), para quedarse a mitad de camino de las 40 tiendas previstas para 2013. Cuando se producen 357 millones de libros al a?o en Espa?a, el punto de venta se convierte en la batalla crucial. Las cifras son espectaculares: en 2007 Casa del Libro vendi¨® casi nueve millones de libros. Los FNAC, ocho. En conjunto, las cadenas comercializan ya el 15% de los libros en Espa?a (483,4 millones de euros, un 4,5% m¨¢s que en 2006). A su ¨¦xito contribuye el cierre de librer¨ªas independientes y su lento pero constante descenso en la facturaci¨®n. "Desde hace un tiempo ya, al a?o cierran 90 y se abren 70", constata Mich¨¨le Chevallier, directora de la Confederaci¨®n Espa?ola de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL).

El punto de venta de los libros se convierte en la batalla crucial

"Hay una oportunidad clara de dar mayor servicio al cliente y el sector se ha dado cuenta", resume Miguel Mart¨ªn, responsable de C¨ªrculo de Lectores en Espa?a y Portugal y de la red portuguesa Bertrand, para explicar la eclosi¨®n de cadenas. "Ha tardado en llegar pero era inevitable", constata Chevallier, que observa con resquemor el fen¨®meno: "La irrupci¨®n de cadenas e hipermercados no dejan de ser ventas que se escapan de las librer¨ªas". Para Lluis Morral, de las librer¨ªas Laie (nueve tiendas, la ¨²ltima en el Caixaforum de Madrid), gran parte de la explicaci¨®n est¨¢ en las editoriales: "El mercado est¨¢ cada vez peor y para ellas es vital controlar el punto de venta". De ah¨ª que abran nuevas tiendas.

Los dos grandes, Random House y Planeta, est¨¢n aplicando distintas recetas a la crisis. As¨ª, Planeta (propietaria de Casa del Libro, que abri¨® su establecimiento madre en la Gran V¨ªa madrile?a, de 1923) planifica la expansi¨®n en 20 o 25 ciudades, de m¨¢s de 100.000 habitantes. En otras palabras: "Mercados grandes por poblaci¨®n y poder adquisitivo, porque aqu¨ª el tama?o s¨ª importa", fija Eduard Bofill, consejero delegado de Espasa y de la cadena. Por un lado, se trata de ubicar dos tercios de las 40 nuevas librer¨ªas en el centro de la ciudad. En locales de 450 a 600 metros cuadrados y con una oferta de 35.000 a 45.000 t¨ªtulos. Por otro lado, y ¨¦sa es la apuesta, se han instalado ya cuatro casas del libro en centros comerciales y est¨¢n previstas otras cuatro m¨¢s. Se trata de locales de 350 metros cuadrados, sin escaparates, pensados para "compras m¨¢s r¨¢pidas" y que ofrecen unos 15.000 t¨ªtulos, con predominio de narrativa y libro infantil y ocio.

La apuesta de Bertrand, de Random House, es la contraria. La marca de origen portugu¨¦s (54 tiendas, que en junio de 2006 adquiri¨® Bertelsmann) ten¨ªa presencia en centros comerciales (seis de las siete que tienen en Espa?a) y ahora se lanzan a por las ciudades. "Estamos probando esa v¨ªa", lanza Mart¨ªn.

El fen¨®meno de los libros en cadena da cabida a diversas estrategias. Las librer¨ªas brasile?as Nobel (180 tiendas s¨®lo en ese pa¨ªs), optan por las franquicias y ya han desembarcado en Espa?a. En dos a?os cuentan ya con ocho franquiciados y esperan abrir el 12 de octubre otro centro en Villareal.

Otro modelo lo aporta Laie, con los ocho hijos de su casa madre ubicados en centros culturales (como el Picasso de Barcelona). Hay un peque?o truco: tambi¨¦n tiene una divisi¨®n de hosteler¨ªa (su central tiene restaurante) y otra de merchandising. Es la concesi¨®n a la obsesi¨®n por convertir la compra de un libro en algo m¨¢s. Algo que busca Topbooks, desde la apertura de su primera tienda en Bilbao en 1995. "Tenemos cafeter¨ªas y hasta tiendas de chocolate en nuestras cuatro librer¨ªas", explica Ruth Gonz¨¢lez, responsable de m¨¢rketing de una empresa que lo tiene claro: nada de fondo sino t¨ªtulos "de alta rotaci¨®n" (best-sellers), por lo que su oferta es de 3.000 referencias y libros descatalogados.

Las nuevas Casa del Libro tambi¨¦n quieren tomar en parte ese camino, al a?adir espacios de cafeter¨ªa en sus nuevos centros como los que ya funcionan en tiendas del coraz¨®n de las ciudades. Y extienden esa filosof¨ªa a la incorporaci¨®n de la venta de complementos como libretas y objetos de escritorio. Una media de 18 personas trabaja en las tiendas, que centralizan sus compras y abren los siete d¨ªas de la semana en Madrid y Valencia.

Sea como sea, se impone crecer. Y, como en casi todo, el equilibrio es complejo. Y m¨¢s en un negocio como ¨¦ste; la rentabilidad de una librer¨ªa oscila entre cinco y diez a?os, y los libros caen en tres meses.