"Somos la primera potencia"
La selecci¨®n se clasifica para su cuarta final en ocho a?os y confirma a Espa?a como la gran dominadora del tenis mundial
"Cualquiera que se enfrente a los espa?oles sabe lo que le espera. Es un equipo muy duro". Andy Roddick sali¨® ayer de Las Ventas pertrechado con sus pantalones de camuflaje, acompa?ado por los chistes que hab¨ªa preparado para los periodistas, y perseguido por la convicci¨®n de que Espa?a es mucha Espa?a. El estadounidense sabe de lo que habla: se ha enfrentado tres veces en cuatro a?os a la selecci¨®n en la Copa Davis (2-1 en su contra). Su conclusi¨®n se resume en cuatro palabras. "Un equipo muy duro". La gran potencia del tenis mundial en lo que va del siglo XXI.
"Hoy por hoy, Espa?a es la primera potencia mundial", razona con gesto serio Javier Duarte, director t¨¦cnico de la federaci¨®n. "Es el relevo de los equipos estadounidenses o suecos de la d¨¦cada de los a?os 80, pero con m¨¢s duraci¨®n en el tiempo, m¨¢s calidad y m¨¢s cantidad", contin¨²a el t¨¦cnico. "La respuesta a qu¨¦ lugar ocupamos en el mundo del tenis no es m¨ªa, sino mundial: nos respetan. Antes, nuestros grandes jugadores estaban solos. Desde Sergi Bruguera, sin embargo, se cre¨® la famosa armada. Cuando un tenista se enfrenta a un espa?ol, sabe que le espera un partido de gran dificultad".
"Relevamos a los suecos de los ochenta, pero con m¨¢s calidad y cantidad", dice Duarte
Desde 2000, Espa?a ha logrado dos Davis, siete 'grandes' y cuatro medallas
Habla Duarte en el pasillo de la Puerta de Cuadrillas, donde las c¨¢maras de televisi¨®n, los fot¨®grafos y los adolescentes persiguen a Rafael Nadal, el h¨¦roe. El ¨¦xito de Espa?a en el siglo XXI gira entorno al mallorqu¨ªn, pero no le pertenece en exclusiva. Desde 2000, el tenis espa?ol vive en absoluta plenitud. Ning¨²n otro pa¨ªs se acerca a los ¨¦xitos cosechados por la armada en el nuevo siglo, antes y despu¨¦s del tenista de Manacor: dos Copas Davis (2000 y 2004); siete t¨ªtulos grandes (seis de Roland Garros y uno de Wimbledon); otras cinco finales en torneos del Grand Slam (dos en Roland Garros, otras tantas en Wimbledon y una en el Abierto de Estados Unidos); adem¨¢s de cuatro medallas repartidas en tres Juegos Ol¨ªmpicos y de dos n¨²meros uno (el mallorqu¨ªn y Juan Carlos Ferrero), en lo que va de d¨¦cada.
Por algo miles de espectadores se pasearon por Madrid durante todo el fin de semana bajo una gorra en la que se anunciaban como miembros de la armada. Espa?a tiene quince jugadores entre los cien mejores del mundo, y cinco entre los 20 primeros. Ning¨²n pa¨ªs puede decir lo mismo.
"Me siento muy afortunado, porque tengo a mi disposici¨®n mucha calidad", razon¨® Emilio S¨¢nchez Vicario, el seleccionador, tras conseguir la victoria. "Tengo jugadores luchadores y batalladores que se adaptan a cualquier circunstancia. Creo que podemos estar satisfechos por lo que est¨¢ viviendo el tenis espa?ol", a?adi¨®. "Hay que disfrutarlo, porque nos tiene mal acostumbrados".
Espa?a aborda la final de la Copa Davis con una certeza: ser¨¢ visitante. Eso siempre fue interpretado como un mal augurio. Ya no. Emilio S¨¢nchez Vicario lleg¨® al equipo con la misi¨®n de hacerlo competitivo fuera de Espa?a. Este a?o, la selecci¨®n habr¨¢ jugado tres de las cuatro eliminatorias que deciden el t¨ªtulo lejos del calor de su p¨²blico. Objetivo cumplido: Espa?a es ya una selecci¨®n multipista, capaz de jugar en cualquier lado, como le corresponde a un equipo con dos de los seis mejores del mundo (Nadal y Ferrer).
"Jugar como visitante es un h¨¢ndicap a pesar de que Espa?a tenga grandes raquetas que juegan bien en cualquier superficie", opin¨® Patrick McEnroe, el seleccionador estadounidense. "Sin embargo, no creo que sus adversarios, ni siquiera Argentina, ponga tierra batida para jugar contra ellos". Las razones de ese temor son conocidas. "Los ¨²ltimos diez a?os", explica Duarte, "sin olvidar la d¨¦cada anterior, porque sin los jugadores de entonces no tendr¨ªamos a estos, han sido excepcionales. Adem¨¢s, a eso se une otra cosa. Tenemos a Rafael Nadal, un n¨²mero uno que se sale de lo imaginable".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.