El gran rescate americano
Cuando se llega a una situaci¨®n en la que los mercados no dan ya ninguna se?al, el p¨¢nico se apodera de los inversores y ¨¦ste puede generar una crisis sist¨¦mica mundial. Hemos estado al borde del precipicio, pero una vez m¨¢s, las autoridades monetarias y econ¨®micas americanas, esta vez con m¨¢s raz¨®n ya que la han iniciado, han sabido reaccionar los primeros para reducir dicho p¨¢nico y para intentar salvar, no s¨®lo a Wall Street, sino a todo el sistema financiero mundial y de paso a la econom¨ªa no financiera mundial que ir¨ªa detr¨¢s, ya que todas las familias y las empresas viven del cr¨¦dito para poder invertir y consumir.
Las inyecciones de liquidez por parte de los bancos centrales no han sido suficientes, ya que el problema est¨¢ en los balances de los intermediarios financieros (bancos, fondos etc¨¦tera) que sufren p¨¦rdidas crecientes en sus activos derivados de la compra de cr¨¦ditos garantizados por hipotecas, cr¨¦ditos al consumo y otros productos estructurados titulizados o en los colaterales que han tomado para garantizar sus cr¨¦ditos. Lo que ha propuesto el Tesoro americano finalmente es comprar dichos activos. Para ello crea una agencia gubernamental que compre directamente hasta 700.000 millones de d¨®lares de activos t¨®xicos o da?ados (que incluyen desde hipotecas residenciales y comerciales hasta CDO) de los balances de dichos intermediarios.
Ser¨ªa bueno que Europa imitase el plan de Estados Unidos
Con ello se consigue: primero, que ¨¦stos tengan que reconocer la cantidad de dichos activos que tienen en sus balances. Segundo, que al comprarlos se sepa el precio aproximado que tienen dichos activos, que en buena parte no tienen precio, ya que no existen transacciones. Tercero, que se sepa qu¨¦ cantidad de capital realmente necesitan, ya que las p¨¦rdidas incurridas en su balance al venderlos reducen capital y el desapalancamiento aumenta la necesidad de capital por unidad de balance. Cuarto, que se conozca el coste de reestructurar los t¨¦rminos de los pr¨¦stamos hipotecarios que se han concedido para que puedan ser pagados, lo que ayuda a los prestatarios, pero tambi¨¦n a los prestamistas. Estas compras permitir¨ªan despejar muchas de las inc¨®gnitas que provocan dicha falta de confianza que ya se ha llegado a tornar en p¨¢nico, que los mercados vayan regulariz¨¢ndose y que las ampliaciones de capital necesarias sean menos costosas. Ser¨ªa bueno que Europa lo imitase.
Por ¨²ltimo, dicha agencia puede llegar a costar poco a los contribuyentes americanos, ya que depende del coste de las compras (los 700.000 millones de d¨®lares) menos el valor de recuperaci¨®n de los activos comprados. El precio de las compras deber¨¢ ser algo mayor que su valor de mercado actual o el mismo que su valor intr¨ªnseco si no hay mercado y el menor posible consistente con la viabilidad del banco o fondo. Si, por ejemplo, el Tesoro paga un precio medio de 60 centavos de d¨®lar por cada activo con un valor intr¨ªnseco de 50 centavos y luego lo mantiene hasta vencimiento, su coste ser¨ªa de 100.000 millones de d¨®lares. Pero lo l¨®gico es que pague un precio por encima de su valor de mercado, hoy muy deprimido, pero por debajo de su valor intr¨ªnseco, con lo que saldr¨ªa ganando.
Guillermo de la Dehesa es presidente del CEPR.
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