D¨ªas de infarto
Ha sido todo un espect¨¢culo presenciar en directo la comparecencia esta semana ante el poderoso comit¨¦ bancario del Senado estadounidense de los dos hombres m¨¢s poderosos del mundo en este momento, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, flanqueados por el presidente de la comisi¨®n del mercado de valores, Christopher Cox, y el director de la agencia federal de financiaci¨®n de viviendas, James Lockhart, para defender ante los representantes de la soberan¨ªa popular el plan de salvaci¨®n del sistema financiero americano elaborado por Paulson y Bernanke con una inversi¨®n de dinero p¨²blico de 700.000 millones de d¨®lares. De democracia en acci¨®n podr¨ªa calificarse, sin exagerar, el desarrollo de los debates, que, entre otras cosas, demuestran la vigencia del principio de separaci¨®n de poderes -Montesquieu no ha sido enterrado en Estados Unidos-, y que el Congreso, y no los m¨ªtines pol¨ªticos o las televisiones, como ocurre en varios pa¨ªses europeos, incluido el nuestro, sigue siendo el centro neur¨¢lgico de la vida pol¨ªtica nacional. Es la Administraci¨®n, representada por Paulson, y el presidente del Banco Central, Bernanke, los que se someten a las dudas, que son muchas, de los representantes de la soberan¨ªa popular. Unos representantes que, a pesar de lo apremiante de la situaci¨®n, no quieren dar un cheque en blanco al ejecutivo porque su mayor preocupaci¨®n -si no, no ser¨ªan elegidos-, es la protecci¨®n del dinero del taxpayer o contribuyente, palabra que en s¨ª misma encierra todo un concepto de servicio a los ciudadanos y que rara vez se escucha en los debates pol¨ªticos espa?oles.
Estados Unidos ha demostrado su capacidad para regenerarse como el Ave F¨¦nix
Y me refer¨ªa antes a esa democracia en acci¨®n porque las cr¨ªticas m¨¢s demoledoras y las reticencias m¨¢s agudas hacia el plan de rescate de las instituciones financieras elaborado por la Administraci¨®n republicana han provenido, como no pod¨ªa ser menos, de varios legisladores republicanos, encabezados por el senador Richard Shelby, para quienes es anatema cualquier intervenci¨®n estatal en la econom¨ªa. Esa actitud es, precisamente, la que garantiza la independencia del poder legislativo frente al Ejecutivo en Estados Unidos y que ser¨ªa impensable en las partitocracias europeas. La posici¨®n contraria de Shelby es totalmente consecuente con su trayectoria pol¨ªtica, porque cuando el senador por Alabama presid¨ªa el mismo comit¨¦ bancario del Senado en 2005, en tiempos de mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara Alta, propuso unas medidas de control riguroso de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac que fueron rechazadas por los dem¨®cratas.
Son d¨ªas de infarto porque, a pesar de las reticencias de unos y otros, el plan debe ser aprobado o rechazado este fin de semana, si se quiere restablecer la confianza no s¨®lo en Wall Street, sino en todo el sistema financiero internacional. Y lo que es quiz¨¢s m¨¢s importante: entre los ciudadanos de a pie, insomnes ante el futuro de sus hipotecas, sus dep¨®sitos y sus planes de pensiones. Y, ?por qu¨¦ este fin de semana? Como ha dicho un congresista... "Si Dios hizo el mundo en siete d¨ªas, nosotros podemos darnos algo m¨¢s de una semana para estudiar el plan". La respuesta es que Dios no ten¨ªa que ir a defender su esca?o en unas elecciones, como tienen que hacer, a partir de la pr¨®xima semana, la totalidad de los miembros de la C¨¢mara baja y un tercio de los senadores. Paulson lo ha dicho sin tapujos. "Nunca me hubiera gustado presentar un plan como ¨¦ste -al fin y al cabo, el secretario del Tesoro procede de Goldman Sachs-, pero la alternativa es infinitamente peor".
En todo caso, la situaci¨®n actual no es nueva en la historia econ¨®mica y financiera de Estados Unidos. En 1907, el sistema amenaz¨® con irse a pique por causas similares. Fue salvado por la intervenci¨®n de un grupo de banqueros encabezados por JPMorgan. De esa crisis sali¨® la fundaci¨®n de la Reserva Federal (Fed). El crash del 29 se prolong¨® durante varios a?os hasta la elecci¨®n de F. D. Roosevelt y la puesta en marcha del New Deal, entre otras razones porque la Fed mantuvo una actitud de convidado de piedra en la crisis, algo que Bernanke, gran especialista del tema, no est¨¢ dispuesto a repetir. La gravedad de la crisis de las cajas de ahorro en los 80 y el viernes negro de 1987 est¨¢n en la memoria de todos. El pa¨ªs ha demostrado su capacidad para regenerarse como el Ave F¨¦nix. Es lo que Schumpeter llamaba "destrucci¨®n creativa". De momento, el ¨¢guila de las finanzas, Warren Buffet, ha decidido invertir 5.000 millones de d¨®lares en acciones de Goldman Sachs. No ser¨¢ para perderlos.
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