Obama y McCain se unen a la negociaci¨®n
Los candidatos dan su apoyo al plan contra la recesi¨®n, pero los congresistas republicanos frenan el acuerdo - Paulson y Bernanke intervienen de urgencia
Los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama y John McCain, se reunieron ayer en la Casa Blanca con el presidente, George W. Bush, para abordar la gigantesca crisis financiera nacional y el contenido de una operaci¨®n de salvamento, presupuestada por el Gobierno en 700.000 millones de d¨®lares (unos 477.000 millones de euros), cuyo contenido negociaban anoche republicanos y dem¨®cratas en el Congreso sin llegar a un acuerdo. Las dobles intenciones y las maniobras pol¨ªticas, relacionadas con la campa?a electoral en marcha, lo impidieron a ¨²ltima hora despu¨¦s de una tentativa de acuerdo inicial. La reuni¨®n se interrumpi¨® por falta de acuerdo, aunque a las ocho de la tarde (dos de la madrugada en la Espa?a peninsular) estaba previsto un nuevo encuentro con la presencia del secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.
"Ahora debemos tener un esp¨ªritu de cooperaci¨®n", dice el senador de Illinois
El par¨®n econ¨®mico es la prioridad de los electores, por delante de Irak
"Todav¨ªa hay diferencias, pero podemos solucionar el problema", admiti¨® Barack Obama al t¨¦rmino de la reuni¨®n bipartita en la Casa Blanca.
Tras prolongadas negociaciones, que incluyeron el extraordinario encuentro de candidatos y l¨ªderes del Congreso con Bush, el presidente del Comit¨¦ de Banca del Senado, el dem¨®crata Christopher Dodd, anunci¨® un acuerdo sobre "aspectos fundamentales", que a media tarde ¨¦l mismo puso en duda y negaron legisladores republicanos. Pocas horas despu¨¦s, la incertidumbre fue creciendo hasta convertirse en desconcierto total, ante la evidencia de que eran los congresistas republicanos los que se resist¨ªan a respaldar el plan de Paulson, mientras que los l¨ªderes dem¨®cratas le apoyaban con algunas enmiendas. Entre ellas figuraba, seg¨²n fuentes del Congreso, la entrega inmediata al Gobierno de la mitad de la cantidad reclamada por la Administraci¨®n y la habilitaci¨®n del Congreso para bloquear el desembolso de la cantidad restante. Cualquier acuerdo deber¨¢ ser aprobado por la C¨¢mara de Representantes y el Senado, y despu¨¦s ser rubricado por el presidente.
Pese a ello, legisladores y funcionarios del Ejecutivo parecen haber acercado posiciones sobre dos de los principales obst¨¢culos del plan de salvamento: el formato de intervenci¨®n, sobre el que no se entr¨® en detalles, y sobre el monto, a la baja, de las indemnizaciones a los ejecutivos de las firmas beneficiadas por el plan en preparaci¨®n, de m¨¢s de mil millones de d¨®lares. Desde el principio, Paulson y Bernanke apremian la aprobaci¨®n de una operaci¨®n que establece la compra masiva, con dinero p¨²blico, de los activos bancarios contaminados por las hipotecas subprime. La meta es impedir una da?ina onda expansiva y recuperar la confianza en el sistema financiero.
"Ahora es tiempo de ir juntos, dem¨®cratas y republicanos. Tener un esp¨ªritu de cooperaci¨®n por los estadounidenses", declar¨® Obama antes de su reuni¨®n con Bush y McCain, que compar¨® la actual situaci¨®n con la emergencia posterior a los atentados terroristas del 11-S. "El crecimiento econ¨®mico tiene que venir de abajo a arriba. Tiene que afectar primero a los ciudadanos de a pie", agreg¨®.
La activa irrupci¨®n de los contendientes presidenciales en las negociaciones del Congreso no gust¨® a todos. Harry Reid, el l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en el Senado, teme que el electoralismo y la pol¨ªtica contamine las negociaciones sobre asuntos eminentemente econ¨®micos. El abrupto cambio de rumbo electoral, cuyos efectos demosc¨®picos se conocer¨¢n pronto, fue detonado por McCain al proponer a Obama, tambi¨¦n senador, el regreso al hemiciclo para la aprobaci¨®n del plan.
Pero a menos de cinco semanas de las elecciones, cualquier iniciativa es sospechosa de haber sido concebida para ganar puntos y perjudicar al contrario. "Necesitamos l¨ªderes, no un encuentro fotogr¨¢fico", protest¨® Reid al comentar la convocatoria a la Casa Blanca del presidente Bush. Legisladores dem¨®cratas sospechan que la reuni¨®n fue tambi¨¦n una maniobra republicana para levantar la figura de McCain, manifiestamente torpe en los asuntos econ¨®micos y perdedor en las ¨²ltimas encuestas. El representante dem¨®crata por California, Brad Sherman, dijo ante los periodistas que parece como si "McCain y su camarilla republicana est¨¢ bloqueando este proyecto de ley".
Un d¨ªa antes de anunciar la suspensi¨®n de su campa?a, la cadena de televisi¨®n ABC y The Washington Post public¨® un sondeo, en el que Obama le aventajaba por nueve puntos.
Todo cambi¨® en Estados Unidos con el estallido de Wall Street y los decibelios del ruido pol¨ªtico son ensordecedores y frecuentemente ininteligibles al mezclarse con valoraciones y t¨¦rminos econ¨®micos que la mayor¨ªa no entiende. Pero el cruce de convocatorias al patriotismo y a la solidaridad nacional es tan intenso que la gente empieza a tomar conciencia de la gravedad de la situaci¨®n.
Totalmente movilizada la clase pol¨ªtica, los dem¨®cratas trataron de atemperar la trascendencia de la reuni¨®n en la Casa Blanca para evitar que McCain magnificara arteramente su significado. "El mensaje m¨¢s importante ser¨¢ que [Obama y McCain] entiendan la necesidad de sacar esto adelante", anticip¨® una fuente del partido mayoritario en las dos c¨¢maras. "El encuentro ser¨¢ muy corto", a?adi¨®. Dur¨® una hora. El distanciamiento de Obama de la convocatoria republicana no era f¨¢cil, y menos despu¨¦s de que Bush anunciara, l¨²gubremente, en un mensaje a la naci¨®n, que la econom¨ªa del pa¨ªs estaba en peligro.
No pocos norteamericanos est¨¢n convencidos de que la codicia y la rapi?a fueron dos de los detonantes del terremoto en Wall Street. Barack Obama aludi¨® a esta percepci¨®n al declarar ayer, en Florida poco antes de viajar a Washington, que "la corrupci¨®n es un desperdicio de dinero y arruina los Derechos Humanos".
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