Batasuna, sin burladero
La detenci¨®n en Francia de 14 miembros de Batasuna, de los que seis son miembros de las dos ¨²ltimas direcciones de esa formaci¨®n, se produjo pocas horas despu¨¦s de que en el mismo pa¨ªs fueran apresados dos activistas armados de ETA, uno de los cuales era tambi¨¦n, hasta su reciente huida, miembro de la Mesa Nacional de Batasuna.
La teor¨ªa del juez Garz¨®n de que no existe soluci¨®n de continuidad entre el brazo pol¨ªtico y el militar hace tiempo que qued¨® confirmada en la pr¨¢ctica por las trayectorias personales de varios activistas que pasaron de la Mesa Nacional, e incluso del esca?o parlamentario, al comit¨¦ ejecutivo de la banda; y viceversa. Algunos, como Josu Ternera, hicieron el viaje en las dos direcciones.
Al igual que en el caso del IRA en Irlanda, uno de los motivos de la pervivencia durante d¨¦cadas de ETA ha sido la existencia de una frontera que permit¨ªa a sus dirigentes organizar sus atentados desde un territorio relativamente seguro para ellos. El principio del fin de ETA, en los a?os noventa, coincidi¨® con la implicaci¨®n francesa en la persecuci¨®n de los activistas en ese pa¨ªs. La ilegalizaci¨®n de Batasuna y suced¨¢neos en Espa?a hizo que tambi¨¦n el brazo pol¨ªtico trasladara parte de estructura a Francia, donde goza de un estatus legal, si bien como asociaci¨®n ciudadana y no como partido. Esto es una cierta incoherencia en un pa¨ªs que apoy¨® la declaraci¨®n de Batasuna como organizaci¨®n terrorista por parte de la UE.
Pero, aunque no la haya ilegalizado formalmente, persigue sus actividades il¨ªcitas: posible implicaci¨®n en actos violentos en Francia y en movimientos de dinero dudosos. As¨ª, el cerco al brazo pol¨ªtico de ETA se extiende tambi¨¦n a Francia. Se trata de demostrar a los que ven¨ªan teniendo un pie dentro y otro fuera de la legalidad que se acab¨® el burladero. Que experimenten que su conexi¨®n con ETA no sale gratis; tampoco en Francia.
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