Ceremonias
Hay veces en que la agenda pol¨ªtica se parece a un dolor cr¨®nico o a un dolor estomacal, un dolor no especialmente agudo, pero constante en la puntual recurrencia de su liturgia, reiterada, tasada, una liturgia de la que nada se puede esperar que no sea la ritual celebraci¨®n, la repetici¨®n del mismo ceremonial. Los debates de pol¨ªtica general en la C¨¢mara vasca adquieren el aspecto de una ceremonia. En castellano, la palabra "ceremonia" significa, entre otras acepciones, "adem¨¢n afectado". Pues bien, es dudoso que cualquier otra retrate mejor la representaci¨®n de ayer: un ceremonial largo y pesado, que algunos seguimos a trav¨¦s de los medios, a la fuerza, como hubi¨¦ramos seguido el bogar de las aves sobre el puerto, de haber sido esa la penitencia que nos hubieran impuesto a la hora de escribir.
Toda disquisici¨®n sobre la soberan¨ªa adquiere un aire filos¨®fico cuando lo que apremia es el bolsillo
El lehendakari dedic¨® gran parte de su discurso a la crisis econ¨®mica y a las pol¨ªticas sectoriales de su gobierno, algo que es de agradecer, ya que de la alta pol¨ªtica estamos bastante cansados. Quiz¨¢s Ibarretxe ya ha detectado c¨®mo por ese flanco ha cundido el des¨¢nimo y que la sociedad prefiere hablar de otras cosas. Por ejemplo, de qu¨¦ pasa con el dinero. Quiz¨¢s es esta una forma un tanto tosca de expresarlo, pero el dinero ha vuelto a ser algo importante. Hemos pasado con naturalidad de los derechos pol¨ªticos de Euskal Herria a los problemas monetarios de las familias. Y es que, a decir verdad, toda disquisici¨®n sobre la soberan¨ªa adquiere un aire filos¨®fico y abstracto cuando lo que apremian son las cosas del bolsillo.
En el recorrido por las distintas ¨¢reas de gobierno, el lehendakari utiliz¨® uno de sus recursos m¨¢s queridos: subrayar nuestro liderazgo continental o mundial en ¨ªndices diversos. Ya hablemos de desarrollo humano, renta per c¨¢pita o n¨²mero de certificados en gesti¨®n medioambiental, los vascos ocupamos primeros o segundos puestos en el conjunto de Europa. En cuanto a gasto p¨²blico, el lehendakari garantiz¨®, con donaire socialista, que el gasto social no va a experimentar ning¨²n recorte, lo cual garantiza que ser¨¢ la carga impositiva la que no va a experimentar ning¨²n recorte.
De las intervenciones de la oposici¨®n no hay mucho que hablar. Hace tiempo aprendimos que, en la pr¨¢ctica parlamentaria, la oposici¨®n lleva los discursos tan preparados como el propio Gobierno. Esa es otra de las demostraciones de que los debates son previsibles como cualquier operaci¨®n ceremonial. Sabemos que un pol¨ªtico jam¨¢s convencer¨¢ a otro en sede parlamentaria. Lo malo es que en otro lugares tampoco son capaces de hacerlo.
Un aspecto m¨¢s que destacar del discurso del lehendakari: a pesar del esfuerzo que realiz¨® para dar cuenta de las pol¨ªticas de su Gobierno, el debate sobre el derecho a decidir sigue en el centro de su acci¨®n pol¨ªtica. Volvi¨® a la consulta para concluir su intervenci¨®n, y al considerarla inevitable lanzaba, impl¨ªcitamente, una declaraci¨®n de principios: que esto no se ha acabado, que nadie albergue esa esperanza y que su partido deber¨¢ seguir a la defensiva, en las trincheras. La conclusi¨®n que puede extraerse de esta ¨²ltima declaraci¨®n es lo ¨²nico novedoso en el ceremonial de ayer: las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, a¨²n no convocadas, van a tener un claro sentido plebiscitario. Ser¨¢ una especie de preconsulta: m¨¢s que elegir parlamentarios, nos pronunciaremos sobre si queremos o no que haya consulta. ?No ser¨¢ esa, en cierto modo, una forma de consultar? Sin duda va a ser as¨ª. Y va a ser tambi¨¦n el test definitivo para el proyecto de Ibarretxe. El desenlace, en primavera.
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